Preservar la cultura indígena entre las nuevas generaciones es uno de los desafíos que enfrentan los pueblos amazónicos. Por eso, buscar el modo de transmitir esas cosmovisiones ha sido asumido como una prioridad en el Vicariato Apostólico de Yurimaguas, Amazonía peruana, que aprovechando el Sínodo para la Amazonía está promoviendo la campaña Amazonízate.

Jóvenes indígenas Kukama-kukamiria y kichwa, de la Residencia Estudiantil “Misional Goretti-Fe y Alegría nº80” de Lagunas (Alto Amazonas, Loreto), incentivados por la comunidad corazonista en la región, han elaborado un videoclip que lleva por título “Katupe Tsuriai – Aparecimos”, y que ha sido lanzado con motivo del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, celebrado el 9 de agosto.

Con la colaboración técnica de Radio Ucamara de Nauta, que han dado forma a la canción, y promovido por la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y el Vicariato Apostólico de Yurimaguas, las nuevas tecnologías han servido para rescatar la tradición ancestral de los relatos de la creación contados por sus propios abuelitos, como informa el propio Jaime Palacio.

El videoclip forma parte del exitoso proyecto “Kumbarikira”, cuyo nombre se debe al primero de una serie de videoclips, lanzado en 2013, y que promueven la defensa de la lengua Kukama, utilizada en la música junto con el castellano. En ese sentido, los líderes del proyecto reconocen que “más allá de la elaboración de la canción como producto final, tiene a los propios jóvenes como principales destinatarios para el fortalecimiento de su liderazgo en la defensa de su identidad cultural”. Para la realización del material, “el proceso partió de los diferentes relatos que sus abuelitos les contaban sobre el nacimiento de sus pueblos y tras ello fueron ellos mismos quienes subrayaron las ideas fuerza con las que más se identificaban para, con ellas, armar la canción”, reconoce Jaime Palacio.

Entre los jóvenes participantes del videoclip, la experiencia también ha sido enriquecedora, como reconocen algunos de ellos. “Ha sido una experiencia muy buena, sentir que podemos ser líderes para difundir el valor de nuestra cultura y nuestras raíces, ahora que otros jóvenes no los valoran y prefieren lo que viene de fuera” ha afirmado Marbelí Salas Arirama, joven Kukamiria de 17 años procedente de la comunidad de Vista Alegre del río Huallaga. En el mismo sentido, Jeidith Díaz Murayari, dice estar orgullosa de grabar su intervención en su propia casa con su abuelita y sus primitos en la comunidad de Emmanuel de Varadero (río Tibilo). La joven destaca la importancia de este momento, pues “no importa que hayamos sido nosotros u otros los que hubieran cantado, lo importante es que somos muchos los que estamos descubriendo el tesoro que tenemos con nuestra lengua y nuestra cultura”. 

Junto con una afirmación de su cultura y cosmovisión, el videoclip ha querido ser un instrumento de denuncia. Ideas como la “sombra negra que vienen trayendo las aguas” en clara referencia a la contaminación de los ríos o “el espíritu de tristeza” que hace llorar a “la sirena que busca un lugar donde vivir” denuncian el despojo de su territorio que hoy sufren tantos pueblos en la Amazonía. Junto con eso, en el material elaborado se destaca, según Jaime Palacio, “la espiritualidad de los pueblos originarios que conecta de manera profunda los ríos, los seres que en ellos moran y la necesidad de territorio en las condiciones de “buen vivir” que sus ancestros han tenido por años”.

Al fin y al cabo, lo que se pretende de una forma nueva y diferente es hacer actual el clamor de los relatos con los que la tradición amazónica transmite de una generación a otra “una comprensión de la vida se caracteriza por la armonía de relaciones entre el agua, el territorio y la naturaleza, la vida comunitaria y la cultura, Dios y las diversas fuerzas espirituales”, como recoge el Instrumentum Laboris del Sínodo para la Amazonía en su número 13. Esta es una narrativa que gana fuerza, si tenemos en cuenta que “este grito está proviniendo de jóvenes que han sido víctimas en primera persona de los recientes derrames de petróleo del oleoducto norperuano en sus comunidades en la cuenca del río Nucuray”, hace ver el misionero laico. 

En ese sentido, Jaime Palacio agradece profundamente a Radio Ucamara y REPAM el esfuerzo en la producción de “Aparecimos”. En una tentativa de recoger las voces de la Amazonía, este proyecto “contagia valores como la fraternidad, el amor a la tierra o la unión inseparable con la naturaleza desde la espiritualidad y que contribuye al liderazgo de los jóvenes y el fortalecimiento de la identidad de nuestros pueblos en la Amazonía”. Es una forma diferente, que puede tener un impacto positivo entre las nuevas generaciones y puede servir de estímulo para iniciativas similares en otros rincones de la Amazonía, revelando esas semillas del verbo presentes en las culturas amazónicas y que nos lleva a transitar los “Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral” a los que el Papa Francisco nos ha convocado con este Sínodo, y que sin duda nos conducen como Iglesia con rostro amazónico hacia “LaTierra sin males”.