El secretario ejecutivo de la REPAM analiza la Conferencia Eclesial de la Amazonía Mauricio López: "una respuesta concreta a la luz de la revelación de Dios para una realidad lastimada, herida”

Mauricio López
Mauricio López

Esta Conferencia Eclesial es un “acumulado de caminos, posibilidades, vidas, encuentros, desencuentros”, algo que ha ido buscando “lo que Dios nos ha querido decir, no en estos últimos años, sino en décadas”

“Hay muchos emprendimientos que el Espíritu nos ha revelado que nos superan en dimensión, en institucionalidad, que requiere una visión de largo plazo, sostenida en el tiempo”, algo que encuentra su expresión concreta en la Conferencia Eclesial de la Amazonía.

“Pido mucho que purifiquemos la intención de aquellos que se niegan a la metanoia, tenemos algunas posiciones que quieren evitar cualquier cambio, en un sentido de conservar, pero también tenemos posiciones que quieren evitar cualquier cambio en un sentido de defender una visión unívoca

“Esta conferencia es una invitación a lo nuevo, a lo inédito, incluso a ir avanzando en lo que estos últimos años hemos considerado como algo esencial o central, el camino de la REPAM, del Sínodo”

“Se abre paso para esta conferencia eclesial, que da espacio con una condición de igualdad y que va evolucionando también a nivel estructural, orgánico y estatutario para que haya una participación más amplia”

Una conferencia, “donde esta vivencia, que creemos que es un gesto de esperanza y de vida, pueda también ser símbolo para otros y otras, para otras regiones y para otras realidades de una verdadera sinodalidad eclesial”.

Amazonía
Pensar en la Amazonía nos adentra en el mundo de las aguas, de los ríos, una imagen que viene a la cabeza de Mauricio López cuando piensa en el proceso de nacimiento de la Conferencia Eclesial de la Amazonía. El Secretario Ejecutivo de la Red Eclesial Panamazónica – REPAM, afirma ante ese nuevo alumbramiento que “no puedo sino pensar en la imagen de los ríos, en la convergencia de distintos afluentes, que comienzan con pequeños hilos de agua que recorren largas distancias, que van dando vida, y la vida se va ampliando en su expresión cada vez más potente, hasta dar paso a los grandes ríos”.

Nos encontramos ante un camino que, según Mauricio “definitivamente resulta de la revelación del Espíritu Santo, la ruah, a través del Concilio Vaticano II, del Magisterio de la Iglesia en América Latina”, algo que se ha concretizado en la Amazonía en “las vidas de tantos y tantas mártires, de miembros de la Iglesia encarnados en medio de la realidad, amándola, sufriendo también con los dolores de sus pueblos y del territorio”. Se trata de gente que se ha encarnado, que se ha hecho “parte de ella, abrazándola con sus luces y con sus sombras, poco a poco, hasta llevarnos, así como afluentes de agua, a la conexión con la REPAM”.

Surgida oficialmente hace seis años, pero tejida desde hace casi diez, la REPAM ha ido tomando forma “poco a poco, a partir de las voces de la vida y de la dimensión territorial de la Iglesia en el pequeñito Ecuador, y así, poco a poco, caminando, avanzando”, afirma quien sabe bastante de como tejer esas redes amazónicas. En ese caminar de la REPAM, el Sínodo amazónico “ha sido un impulso de vida en el cambio de perspectiva, donde la periferia se torna el centro, sin pretender tomar el lugar del centro”. Se trata, según el auditor sinodal, de “iluminarlo sin dejar de ser periferia, queriendo acompañar al centro para mirar con otros ojos y abrir posibilidades de lo nuevo”.

Todo ello forma de un camino sinodal al que se dio inicio “desde las múltiples y más diversas escuchas territoriales”, que tuvo su continuación en “la preparación de los documentos, honrando las voces de los pueblos y comunidades de la Iglesia en la Amazonía, del discernimiento del Sínodo, que produjo un documento final con más de 150 propuestas concretas, que no podemos dejar que se queden guardadas, y luego con la exhortación apostólica del Papa Querida Amazonía con sus cuatro sueños, el sueño social, el sueño cultural, el sueño ecológico y el sueño eclesial”.

Abertura de la Asamblea Sinodal

En esa dinámica, “la Conferencia Eclesial de la Amazonía, sólo puede ser entendida como resultado de este proceso, como una acumulación de vida, pero también como una respuesta concreta a la luz de la revelación de Dios para una realidad lastimada, herida, afectada”, insiste Mauricio López, que en esa situación destaca que “pueblos y comunidades están sufriendo de muchas maneras situaciones de injusticia”, lo que tiene como consecuencia que “el proyecto de Reino y el sueño de Dios para que tengan vida y vida en abundancia, les queda lejano o está amenazado”. Pero en la Amazonía también hay lugares, “donde se vive en plenitud la belleza de la diversidad cultural, el misterio de la presencia de Dios como semilla del Verbo, un Cristo también encarnado, en esa diversidad y que cada vez va sintiendo que su futuro está amenazado”.

Esta Conferencia Eclesial es vista por el secretario ejecutivo de la REPAM como “acumulado de caminos, posibilidades, vidas, encuentros, desencuentros”, algo que ha ido buscando “lo que Dios nos ha querido decir, no en estos últimos años, sino en décadas”, buscando, afirma Mauricio, ser “más conscientes de su voz, de su palabra, de lo que nos va revelando, y nos vamos poniendo en marcha para ir tejiendo el camino de los y las tejedoras de Iglesia, del Reino”. En este tejer en red, “vamos sumando más manos, aunque sea más difícil tejer con muchas personas”, insiste, pues “es necesario tejer juntos y juntas”.

En las palabras de Mauricio López se deja ver uno de los motivos de esta Conferencia Eclesial de la Amazonía, que es fomentar el trabajo en conjunto, pues “hay muchas propuestas que surgen del Sínodo amazónico que no pueden ser llevadas de manera aislada por las jurisdicciones eclesiásticas o la Iglesia doméstica”. Su secretario ejecutivo, afirma que “tampoco la REPAM puede, ni debe llevar adelante tareas que podrían poner en riesgo su identidad de red, su identidad de una plataforma ligera, de servicios puntuales, de articulación”. Al mismo tiempo, Mauricio insiste en que “hay muchos emprendimientos que el Espíritu nos ha revelado que nos superan en dimensión, en institucionalidad, que requiere una visión de largo plazo, sostenida en el tiempo”, algo que encuentra su expresión concreta en la Conferencia Eclesial de la Amazonía.

Para que esta nueva conferencia pueda avanzar, el secretario ejecutivo de la REPAM, hace una advertencia, “pido mucho que purifiquemos la intención de aquellos que se niegan a la metanoia, tenemos algunas posiciones que quieren evitar cualquier cambio, en un sentido de conservar, pero también tenemos posiciones que quieren evitar cualquier cambio en un sentido de defender una visión unívoca”. En verdad, esta situación no es algo nuevo, pues como advierte, “esto lo vivimos en el Sínodo, y eso no da espacio para el Espíritu Santo. La Iglesia es diversa, es como la primera carta a Corintios, con cada parte del cuerpo en esa imagen de complementariedad”.

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A partir de estas consideraciones, se puede decir que “esta conferencia es una invitación a lo nuevo, a lo inédito, incluso a ir avanzando en lo que estos últimos años hemos considerado como algo esencial o central, el camino de la REPAM, del Sínodo”. Siguiendo la imagen evangélica, Mauricio López sostiene que “es tiempo de que los nuevos odres den espacio para el vino nuevo, manteniendo y cuidando todos aquellos otros procesos que complementan y que convergen”. La forma en que esto va a ser llevado a cabo será el dialogo de esta Conferencia Eclesial de la Amazonía “con la REPAM, con la CLAR, con las Caritas, con las Iglesias locales, con otras instituciones, y también hará parte del CELAM, vinculada de manera orgánica, pero con autonomía”.

Cada vez son más elementos que dejan claro, según el secretario ejecutivo de la REPAM, “que el Sínodo nos está abriendo nuevos caminos, nos pide la valentía de salir a nuevos caminos, pues éstos son, esta conferencia expresa eso”. Mauricio López resalta que “es una conferencia, no es una comisión, por lo tanto tiene una estatura grande en cuánto identidad orgánica, peso propio, capacidad de impulsar procesos de la dimensión de lo que el Sínodo nos ha dado como frutos”, un detalle que no puede ser olvidado, pues en él se recoge la identidad de esta novedad que está surgiendo.

Tampoco podemos pasar por alto, y ahí nos encontramos con otra novedad decisiva, que “es eclesial, no es una estructura solamente episcopal, pero también lo episcopal forma parte de la eclesial”, enfatiza alguien que conoce los entresijos, pues ha formado parte de la asamblea constitutiva de la Conferencia Eclesial de la Amazonía. En ese sentido, Mauricio López recuerda la Episcopalis Conmunio, un documento pontificio sobre el que podemos decir que no se ha reparado en su importancia, pues en él se muestra como debe ser el actuar de los pastores, a quienes se les invita “a ir a veces delante, a veces detrás, a veces en medio del pueblo, a reconocer el sensus fidei del Pueblo de Dios, la capacidad de revelación de Dios a través de su modo de creer”.

Desde esa perspectiva, “se abre paso para esta conferencia eclesial, que da espacio con una condición de igualdad y que va evolucionando también a nivel estructural, orgánico y estatutario para que haya una participación más amplia”, enfatiza Mauricio. En su opinión, “lo eclesial aquí se expresa con una presencia inédita de tres representantes de los pueblos originarios dentro de la asamblea, de las instituciones claves de la región y del territorio, como ya habíamos dicho, el CELAM, del cual hace parte la conferencia, la CLAR, las Caritas, la REPAM, con representaciones también laicales además de los pueblos originarios, en mi caso, la secretaría ejecutiva de la REPAM, con delegados oficiales, obispos de las siete conferencias episcopales en territorio amazónico, y en el caso de Brasil con dos delegados, y con las instancias promotoras que son el CELAM y la REPAM, a través de sus presidencias, acompañando este proceso”.

Conferencia Eclesial de la Amazonía

Algo que es importante destacar, y que pone de manifiesto que estamos delante de un proceso que va dando pasos, es que “hemos tratado de abrazar y asumir el planteamiento de la diversidad del Sínodo amazónico”, afirma el secretario ejecutivo de la REPAM. Él ve en la Conferencia Eclesial para la Amazonía, “un vehículo concreto en medio de la pandemia, que está devastando tantas vidas, sobre todos los pueblos originarios más vulnerables, donde muchos intereses económicos, particulares, están explotando más que nunca el territorio y amenazando la vida de los líderes y de las comunidades”. Ante esa situación, ”hoy, más que nunca, esa Iglesia que se comprometió a ser aliada, necesita equiparse, tener vehículos, tener una canoa para navegar estas aguas, que sea adecuada para las corrientes de los ríos grandes, del gran Amazonas”, que Mauricio López dice hacerse realidad en esta conferencia. Con el discurrir del tiempo, la Conferencia Eclesial de la Amazonía, “encontrará modos de articularse de múltiples maneras y será un proceso paulatino, pero intenta abrazar las novedades del Sínodo amazónico”.

No será un proceso fácil, pues nos encontramos, en opinión de Mauricio, ante “propuestas desafiantes, complejísimas, enormes, como puede ser la universidad amazónica, como puede ser el avanzar y desarrollar en la propuesta de un rito amazónico, que se construya en diálogo con las instancias respectivas del Vaticano”. Junto con eso, destaca también como desafíos, “el acompañamiento a experiencias nuevas y procesos nuevos alrededor de la ministerialidad, potenciar una voz también profética mucho más fuerte, de incidencia, movilizando las estructuras de la Iglesia toda”. En ese sentido, comparando con lo que se dice en Episcopalis Conmunio de los obispos, “la conferencia eclesial irá a veces por delante, en temáticas que sólo se pueden impulsar desde ella, a veces en medio del pueblo de la Amazonía, del territorio, de las expresiones de la Iglesia, y otras veces detrás, tratando de animar a que sigamos adelante”.

Finalmente, Mauricio López resalta que “esto es un verdadero kairos, y como kairos significa que es el tiempo propicio y el tiempo de Dios, no nuestro tiempo cronológico, no nuestro tiempo de visiones particulares, por más buenas que sean”. Esa realidad demanda la necesidad de “darle tiempo también, hay que darle espacio a que esta conferencia vaya madurando”, una visión muy a tener en cuenta dada la radical novedad que supone esta Conferencia Eclesial de la Amazonía, una novedad en la historia de la Iglesia, que supone una puesta en práctica de la Iglesia Pueblo de Dios nacida del Concilio Vaticano II.

El secretario ejecutivo de la REPAM, insiste en que “hemos cumplido un paso en este momento, que es confirmar con la Iglesia del territorio, en su más amplia diversidad y con la presencia de instancias de la Santa Sede, una propuesta, pero que tiene que ir al Papa Francisco, a las instancias respectivas que él considere para su aprobación”. Después de eso, “poco a poco, se irá estructurando, intentando que pueda ser una verdadera respuesta, de vida y de esperanza, en medio de esta pandemia que está marcando un antes y un después, un hito global humanitario”, según Mauricio López, destacando la importancia de una conferencia, “donde esta vivencia, que creemos que es un gesto de esperanza y de vida, pueda también ser símbolo para otros y otras, para otras regiones y para otras realidades de una verdadera sinodalidad eclesial”.

Mauricio López en el Sínodo

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