Presidente de Caritas América Latina y Caribe en los últimos 10 años Mons. Azuaje: “Si se desliga de ese servicio a los hermanos más necesitados, podrá ser cualquier otra cosa menos Cáritas”

Mons. José Luis Azuaje
Mons. José Luis Azuaje

"En los distintos países, en las distintas experiencias de las Cáritas nacionales siempre hay un punto fundamental, que es el servicio a los hermanos más necesitados, a los pobres, y esto nos da a nosotros una pauta fundamental"

"El empobrecimiento es uno de los dolores gravísimos, la inequidad es otro de los dolores gravísimos, el desarraigo familiar, viendo nosotros las migraciones forzadas, tanto en el ámbito de la violencia como también en el ámbito de las políticas erráticas que hay en muchos de nuestros países"

"Continuar el proceso, el proceso que ya viene de unos años atrás. El primer ámbito del proceso es el trabajo sinodal, que hemos tratado nosotros de encauzar desde el ámbito de las redes de servicios con articulaciones"

Mons. José Luis Azuaje, arzobispo de Maracaibo (Venezuela), ha sido presidente de Cáritas América Latina y el Caribe durante los 10 últimos años. En esta entrevista hace un balance de lo vivido en este tiempo, destacando algunos elementos que marcan de aquello que el Papa Francisco llama “la caricia de la Madre Iglesia para sus hijos más necesitados”.

Como pauta fundamental de Caritas destaca “el servicio a los hermanos más necesitados, a los pobres”, hasta el punto de resaltar que “si se desliga de ese servicio a los hermanos más necesitados, podrá ser cualquier otra cosa menos Cáritas”. Algo importante en un continente marcado por diversos dolores, como es el empobrecimiento, la inequidad o el desarraigo familiar.

Una Cáritas que tuvo un papel fundamental durante la pandemia del COVID-19, pues siempre estuvo ahí. Un proceso que debe ser continuado, “con un sistema sinodal, de redes, de entramados, de articulaciones donde todos puedan participar y nadie se quede fuera”.

XX Congreso Caritas

¿Qué ha supuesto para usted ser presidente de Cáritas América Latina y el Caribe durante los últimos 10 años?

Primero, una gracia de Dios, porque muchas veces estamos tranquilos en nuestras diócesis y nos llaman a ciertos servicios, y cuando uno se siente llamado por la Iglesia, uno responde. Y ese llamado, especialmente en este tiempo, que para mí es privilegiado, porque coincide con un tiempo entre Benedicto y el Papa Francisco, es un tiempo de mucha movilidad, de mucha creatividad, especialmente en el ámbito del aspecto doctrinal, que lo aprendimos con el Papa Benedicto, con las grandes encíclicas en orden a la caridad, como también todo lo que es el ámbito de la práctica pastoral, que sugiere un dinamismo, crear cosas nuevas, meterse de lleno con realidad, y ahora estamos en un proceso sinodal que más que otra cosa, es sencillamente la esencia misma de la Iglesia.

¿Qué es lo que más le ha marcado personalmente en este tiempo?

El encuentro con los hermanos más necesitados. En los distintos países, en las distintas experiencias de las Cáritas nacionales siempre hay un punto fundamental, que es el servicio a los hermanos más necesitados, a los pobres, y esto nos da a nosotros una pauta fundamental, que si Cáritas continúa sobre todo enmarcada en ese servicio a los hermanos más necesitados es porque está cumpliendo su misión, si se desliga de ese servicio a los hermanos más necesitados, podrá ser cualquier otra cosa menos Cáritas.

Por eso es importante el sentirse uno inmerso dentro de esa realidad. El Papa Francisco nos lo dice, tocar la realidad, tocar también el dolor humano, tocar también el dolor de la madre tierra. Esto es fundamental para poder tener un proceso de conversión tanto personal como pastoral y eclesial dentro de nosotros.

Entrevista con Mons. José Luis Azuaje

Usted habla de dolores, ¿cuáles son los principales dolores que América Latina y el Caribe y sus pueblos están viviendo en los últimos años?

El empobrecimiento es uno de los dolores gravísimos, la inequidad es otro de los dolores gravísimos, el desarraigo familiar, viendo nosotros las migraciones forzadas, tanto en el ámbito de la violencia como también en el ámbito de las políticas erráticas que hay en muchos de nuestros países. Considero que esos son grandes dolores que vive nuestro pueblo y que, poco a poco, Cáritas ha dado respuesta y quiere seguir dando respuesta a través de sus equipos de trabajo.

Respuestas que podríamos decir que se incrementaron durante la pandemia del COVID-19. En su opinión, ¿Cuál fue la importancia de la misión de Cáritas durante ese periodo que tanto afectó a la vida de los pueblos en el continente?

La primera importancia es que Cáritas siempre estuvo ahí, muchas instituciones se paralizaron menos Cáritas, Cáritas mantuvo su actividad. Es algo muy hermoso cuando se hace el balance, fue en todos los países, a riesgo incluso de la vida humana de cada uno de los servidores, incluso de voluntarios. Este es un elemento fundamental en este tiempo de pandemia y sobre todo de tanto sufrimiento hermano, el acompañar a los hermanos, no solamente en el ámbito de la medicina, sino a la misma familia.

La creatividad con la cual se desarrollaron tantas actividades y acciones en favor de nuestros hermanos más necesitados en ese momento, especialmente aquellos con contagios. Este es un elemento fundamental de nuestras Cáritas, nunca se cerraron nuestras Cáritas, siempre estuvieron abiertas.

XIX Congreso Caritas América Latina

¿Podríamos decir que Cáritas es la mejor expresión o una de las mejores expresiones de la Iglesia en salida de la que tanto habla el Papa Francisco?

El mismo Papa Francisco lo dice, Cáritas es la caricia de la Madre Iglesia para sus hijos más necesitados. Esto es fundamental, hay que seguirlo cultivando y profundizando, y en este sentido es un llamado ahora que vamos a empezar un nuevo cuatrienio, con nuevas autoridades, con los equipos de trabajo, se va a llamar a mucha gente a prestar sus servicios, que lo hagan de esa manera desinteresada y sobre todo con un sentido de fe, profundamente de fe para la entrega a los hermanos más necesitados en toda América Latina y el Caribe.

Y a es nueva directiva de Cáritas América Latina y el Caribe, ¿qué es lo que usted les diría, a qué los animaría en este camino que ahora se va a iniciar con el XX Congreso de Cáritas América Latina y el Caribe?

Continuar el proceso, el proceso que ya viene de unos años atrás. El primer ámbito del proceso es el trabajo sinodal, que hemos tratado nosotros de encauzar desde el ámbito de las redes de servicios con articulaciones. Durante estos 10 años se han creado muchas instituciones, la REPAM, REMAM, CEAMA, CLAMOR, la Red del Acuífero Guaraní y Gran Chaco, las plataformas de derechos humanos, la asistencia a la niñez.

Son plataformas que se fueron creando donde Cáritas estuvo involucrada y va a seguir involucrada. Sabemos que tanto Mons. Gustavo, como también Nicolás y todo lo que es la CORE, los responsables de zonas, que es la gobernanza de Cáritas América Latina y el Caribe, van a continuar profundizando estos temas que ya vienen desde hace unos años, pero sobre todo con un sistema sinodal, de redes, de entramados, de articulaciones donde todos puedan participar y nadie se quede fuera.

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