“Aparecida, 15 años después, a la luz del Magisterio del Papa Francisco” Mons. Cabrejos: Aparecida, “recuperación del sentimiento de una Iglesia con características propias”

Monseñor Miguel Cabrejos
Monseñor Miguel Cabrejos

“Una oportunidad para revisar sus propuestas, ver los avances, honrar las deudas y reconocer los nuevos desafíos que han surgido en los años siguientes y demandan nuestra atención hoy”

El presidente del Celam ha apuntado cosas nuevas que Aparecida no vislumbró y hoy tenemos en nuestro horizonte

“Releer el documento conclusivo de esa Conferencia General del Episcopado, porque aún tiene mucho que entregarnos y que debemos asimilar”

La Iglesia de América Latina y el Caribe reflexiona de 12 a 14 de septiembre a la luz del Documento de Aparecida, fruto de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe. Teniendo como tema “Aparecida, 15 años después, a la luz del Magisterio del Papa Francisco”, se debate sobre las perspectivas de futuro que surgieron de un momento que ha marcado la vida de la Iglesia, sobre todo a partir del pontificado de quien fue su relator general, el cardenal Bergoglio, hoy Papa Francisco.

Aparecida

Revisar Aparecida y reconocer los nuevos desafíos

Entre los ponentes ha estado el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), que ve el congreso como “una oportunidad para revisar sus propuestas, ver los avances, honrar las deudas y reconocer los nuevos desafíos que han surgido en los años siguientes y demandan nuestra atención hoy”.

Un documento que no fue fácil de elaborar, como recuerda Mons. Cabrejos, que se debía elaborar en una Conferencia vivida en un tiempo de crisis nacida en la década de 1960, marcada por el “estado de bienestar social”, que dejó para atrás “las utopías colectivas”. Un tiempo marcado en América Latina y el Caribe por el aumento de “la violencia, el desempleo, la pobreza. Junto con la desigualdad, la corrupción y el narcotráfico”.

Aportes de Aparecida

En esa tesitura, el presidente del Celam recuerda los aportes de Aparecida, considerando el primero de ellos “la recuperación del sentimiento de una Iglesia con características propias, que desde esa originalidad es capaz de aportar a la Iglesia universal”, marcada por el “caminar con los pobres y las personas vulnerables y cuidar la naturaleza, nuestra casa común”. Junto con ello, la conversión pastoral, ser una Iglesia en salida, alegre, con un “carácter samaritano, solidario, cercano, acogedor, de compañía en el camino y de abogada de los pobres”, que acompaña “a los pueblos en los desafíos sociales y ambientales, que incluyen la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, pasando por el cuidado de la tierra”.

El arzobispo de Trujillo también ha hablado de las “deudas con Aparecida”. Entre ellas cita la misión y el estado de Misión”, para lo que ve necesario “recuperar el ardor misionero con identidad discipular”, una fe inculturada, ir al encuentro como amigos y huéspedes, no como colonizadores, estar al lado del que sufre, promover el diálogo, evangelizar en el espacio digital y la cultura. Junto con ello, profundizar en la conversión pastoral, asumir nuevos espacios como Iglesia, nuevas estructuras, vivir en unidad, superar el clericalismo, fomentando el discipulado misionero, apostar por el cuidado de la casa común y la formación de los discípulos misioneros.

Mons. Cabrejos

Nuevas realidades a tener en cuenta

El presidente del Celam ha apuntado cosas nuevas que Aparecida no vislumbró y hoy tenemos en nuestro horizonte. Algo que parte de un cambio antropológico en el ser humano y que se concreta en la sinodalidad, que supone un corresponsabilizarse de la vida eclesial, la participación y protagonismo de la mujer en la Iglesia y en la sociedad, las consecuencias de los abusos eclesiales de poder, de conciencia y sexuales, la acogida a la diversidad, el reconocimiento de la cultura y sabiduría de los pueblos originarios y afrodescendientes, de los movimientos populares, la práctica de la caridad a través de la política y la economía, los desafíos que nacen de la ciencia y la tecnología, el diálogo ecuménico e interreligioso, entre otras muchas cuestiones.

Finalmente, el presidente del Celam recuerda la invitación del Papa Francisco a “releer el documento conclusivo de esa Conferencia General del Episcopado, porque aún tiene mucho que entregarnos y que debemos asimilar”, destacando la importancia de un congreso que puede ayudar en la “profundización y proyección de este magisterio para un mejor servicio al Pueblo de Dios”.

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