Ante una pandemia que ya ha causado la muerte de al menos 400 mil brasileños, el Pacto por la Vida y por Brasil, firmado el 7 de abril de 2020, Día Mundial de la Salud, se convirtió en un instrumento para “provocar la unión de toda la sociedad, la solidaridad, la disciplina y la conducta ética y transparente del gobierno, con base en las directrices de la ciencia y de las organizaciones nacionales e internacionales de salud pública en el enfrentamiento de la pandemia de coronavirus en el país”.

Concretar esto en la región amazónica es una exigencia, sobre la que se ha reflexionado en el encuentro organizado por el Servicio Amazónico de Acción, Reflexión y Educación Socioambiental - SARES, este jueves 29 de abril, "Construyendo el Pacto por la Vida y Brasil en la Amazonía". Estuvieron presentes en el evento, transmitido por las redes sociales, Patricia Cabral, del Consejo de Laicos de la Arquidiócesis de Manaos, Mons. Leonardo Steiner, arzobispo de Manaos, Helso do Carmo Ribeiro Filho, presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales - CORI/OAB-AM y Marcivana Sateré Mawé, Coordinadora General de la COPIME, Coordinación de Pueblos Indígenas de Manaos y Entorno.

Generar conciencia crítica es uno de los objetivos del Consejo Nacional de Laicos de Brasil ante el Pacto por la Vida y por Brasil, según su presidente en la Arquidiócesis de Manaos. La CNLB ha creado grupos de trabajo en los Regionales de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) para movilizar a través de encuentros de formación que parten de la realidad local. Las banderas del CNLB, según Patrícia Cabral, son la vacuna para todos, la defensa del Sistema Único de Salud - SUS, la ayuda de emergencia y la investigación de la falta de responsabilidad en las decisiones del poder público en relación con la pandemia.

Recordando la fiesta de Santa Catalina de Siena, celebrada el 29 de abril, una de las primeras doctoras de la Iglesia, que vivió un momento de oscurantismo similar al actual, el representante de la OAB defendió la necesidad de conjugar fe y razón, de apostar por una ciudadanía activa, de actuar, más aún en una Amazonía vista como algo periférico, sin importancia, para el Gobierno Federal. Helso do Carmo Ribeiro Filho denunció que el elevado número de víctimas del Covid-19 es consecuencia del oscurantismo, reclamando el ejercicio efectivo de los derechos de nuestra ciudadanía, exigiendo "la vacuna en el brazo y la comida en el plato", una exigencia urgente dado el hecho de que la vacunación está suspendida durante dos semanas en Manaos como consecuencia de la negligencia del poder público.

Los pueblos indígenas han sido víctimas de la negación de la historia y de sus derechos, según Marcivana Sateré Mawé. Esta política que separa está presente hoy en día en el hecho de que a los que viven en las ciudades se les niega la condición de pueblos indígenas, una injusticia porque "estamos en nuestro territorio", insistió Marcivana. Así lo demuestran los "numerosos indicios de la presencia de nuestros antepasados", según la coordinadora de la COPIME. La pandemia, que definió como "uno de los momentos más oscuros de la historia", niega los derechos de los pueblos indígenas que viven en las ciudades, que no tienen acceso a la vacuna, que son víctimas de la falta de seguridad alimentaria y que han visto su economía, basada en la artesanía y el turismo, gravemente afectada.

La dirigente indígena denunció la violación de derechos, que pone en riesgo la existencia de los pueblos indígenas. No hay que olvidar que la Amazonía es la cuna de muchos pueblos, basados en los elementos sagrados de la creación que forman parte de las cosmovisiones indígenas. Hizo un llamamiento a no alimentar los discursos colonialistas, algo que también está presente en los propios pueblos indígenas. Esto debe llevar a un cambio de paradigma, de la forma de ver a los pueblos indígenas, destacando la necesidad de ver a la Madre Tierra como generadora de vida.

Brasil está en peligro, advirtió Mons. Leonardo Steiner, "está en peligro no sólo contra su salud, sino que Brasil está en peligro en términos de salud democrática, salud institucional y salud en la justicia". El Pacto por la Vida y por Brasil es visto por el arzobispo de Manaos como "un signo de una construcción mucho mayor", destacando que defendemos la vida humana y de todos los seres, la vida que está en peligro. Insistió en que "el Pacto también quiere superar cierto negacionismo y tomar realmente el camino de la ciencia". Al mismo tiempo, insistió en la importancia de los espacios en los que se está ampliando la reflexión en torno al Pacto, como ha ocurrido en el encuentro organizado por el SARES.

Mons. Leonardo denunció que el gobierno actual y el anterior están dilapidando el SUS, algo que ha demostrado su importancia decisiva para afrontar la pandemia. Hizo referencia a la vacunación y al hambre, que empieza a crecer, algo cada vez más evidente en Manaos. El arzobispo de Manaos reclamó sensibilidad al Gobierno y al Congreso Nacional, al que definió como "un pequeño nido de serpientes". En este sentido, insistió en que "nos cuesta entender cómo hay insensibilidad hacia los pobres, insensibilidad hacia la cuestión de la justicia".

La democracia en Brasil "está siendo atacada, atacada en el sentido de que no se respeta la democracia, no con la participación de todo el pueblo", según Mons. Leonardo. En su reflexión, relacionó los elementos presentes en el Pacto con los cuatro sueños del Papa Francisco en Querida Amazonía, que "hablan de una totalidad de la existencia", y pueden considerarse como "la visibilidad de nuestra casa común". En el Pacto por la Vida y por Brasil, "estamos viendo la necesidad de cuidar el medio ambiente", afirmó el arzobispo. También insistió en la "necesidad de cuidar y respetar las culturas", recordando la diversidad cultural presente en la Amazonía y la necesidad de cultivarla.

El Pacto, en el que la Iglesia participa activamente, quiere tener en cuenta los grandes desequilibrios presentes en la sociedad amazónica, según el arzobispo. Insistió en que "donde hay dolor, donde hay sufrimiento, tenemos que estar. No podemos ignorar el dolor y el sufrimiento de la humanidad y de los pueblos. No podemos permanecer ajenos a los problemas. Nosotros, como personas que queremos seguir a Jesús, ser sus discípulos misioneros, vivir el Evangelio, tenemos en cuenta el dolor y el sufrimiento de la gente que sufre, de los más pobres”.

Por eso, según el arzobispo de Manaos, "este Pacto por la Vida y por Brasil nos ayudará mucho en todo Brasil a situarnos realmente cerca de la gente que más lonecesita", insistiendo en que la vida tiene que ver con el cuidado de la democracia, la justicia, el medio ambiente, y por eso, concluyó diciendo que "si queremos hablar de Brasil, cuidemos bien de nuestra querida Amazonía".

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