El segundo vicepresidente de la CNBB critica "la mala gestión en nuestra nación en este momento de pandemia" Mons. Mario Antonio da Silva a Bolsonaro: "No queremos, querido presidente, una nación sin dirección, sin proyectos de vida y democracia"

Monseñor Mario Antonio da Silva, Segundo Vicepresidente de la CNBB
Monseñor Mario Antonio da Silva, Segundo Vicepresidente de la CNBB

"Necesitamos tener el coraje de Jeremías frente al desmantelamiento de los derechos que vivimos en nuestro Brasil, el desenfreno e ironía de nuestros gobernantes, el autoritarismo y la mala gestión en nuestra nación en este momento de pandemia"

“Debemos eliminar de nosotros todo lo que nos impide acoger a los migrantes y refugiados, para construir puentes, incluso, si es necesario, derribar muros y eliminar todos los obstáculos”

"La migración no es un problema, la migración es un derecho y una oportunidad para una sociedad consciente de la dignidad de la vida humana"

Misa de clausura de la 35ª Semana del Migrante en Brasil
La 35ª Semana de los Migrantes, que este año tuvo el tema "Migración y Acogida", y el lema "¿Dónde está tu hermano, tu hermana?", finalizó este domingo 21 de junio con una Eucaristía presidida por Monseñor Mario Antonio da Silva, Obispo de Roraima, segundo vicepresidente de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil - CNBB, y presidente de Caritas Brasileña.

En su homilía, partiendo de la figura del profeta Jeremías y su confianza en Dios, incluso ante la persecución, la soledad y el abandono, el obispo enfatizó que "aceptando la orden del Señor, Jeremías va a Jerusalén y delante del Templo pronuncia su discurso profético, acusa a las autoridades y desenmascara sus trampas”. La actitud de Jeremias representa un desafío para la Iglesia y la sociedad brasileña, como dijo Monseñor Mario Antonio en sus palabras, afirmando que "necesitamos tener el coraje de Jeremías frente al desmantelamiento de los derechos que vivimos en nuestro Brasil, el desenfreno e ironía de nuestros gobernantes, el autoritarismo y la mala gestión en nuestra nación en este momento de pandemia".

El segundo vicepresidente de la CNBB denunció que "no queremos, querido presidente, una nación sin dirección, sin proyectos de vida y democracia, sin esperanza para la población", unas palabras que llegan en un momento en que, según cifras oficiales, ya hay en Brasil más de un millón de infectados y más de 50 mil fallecidos. Junto con esto, siguiendo las actitudes de Jeremías, defendió la necesidad de “la religión al servicio del Reino de Dios y no alienando a las personas, queremos política en favor del bien común y no por estafas acordadas entre grupos o partidos, queremos la economía al servicio de la vida y no de un sistema de mercado depredador que excluye y mata, queremos ecología integral, que cuide la vida humana y toda la creación, en la lucha contra proyectos para la destrucción de la naturaleza, la deforestación, la minería ilegal, los embalses, el acaparamiento de tierras, contaminación, y la lista continúa".

Recordando las palabras de Jesús contra Herodes, llamándolo zorro, "un animal astuto, y al mismo tiempo cobarde, astuto para matar como el zorro que mata y devora, y cobarde por no atacar de frente sino con fraudes, mentiras, distorsión de la verdad, hoy fake news, como el zorro que avanza con malicia desde sus escondites”. Las palabras del obispo de Roraima pueden entenderse como una lectura de la situación política y social que vive Brasil en los últimos días. Un gobierno que se sirve de fake news, de hecho existe una investigación de la Policía Federal, que ya está en el Supremo Tribunal Federal, en ese sentido, donde uno de los acusados es Carlos Bolsonaro, hijo del presidente.

Queiroz y Flávio Bolsonaro

Un gobierno que esconde criminales, como Fabricio Queiroz, detenido la semana pasada, durante mucho tiempo amigo de la familia Bolosnaro y asesor de Flávio Bolsonaro, actualmente senador, acusado de participar de esquemas de blanqueo de dinero, una acusación en la que está envuelto el hijo del presidente. Lo mismo se puede decir en relación a Abraham Weintraub, que el viernes fue exonerado como ministro de educación, fugándose el sábado a Estados Unidos, ante las amenazas de la justicia, con el apoyo del aparato gubernamental, hasta el punto de que el presidente no firmó su cese como ministro hasta que no se encontraba en suelo estadounidense, pues eso le permitía entrar con pasaporte diplomático. Como ciudadano común no podría entrar, pues Trump no permite la entrada de quien haya estado en Brasil en los últimos 14 días. Un gobierno, el brasileño, que distorsiona la verdad en todo lo que se refiere a la lucha contra el coronavirus.

Ante esta situación en la que vive Brasil, el obispo se preguntó "qué diría Jesús sobre nosotros, en religión, en política y otros sectores de liderazgo, en vista de las necesidades de la población, especialmente de los más pobres, frente a esta pandemia, en la situación de familias desconsoladas, personas enfermas, personas necesitadas de pan, comida, vivienda”. De hecho, la situación que vive el país es cada vez más trágica. Es por eso que, dada la falta de medidas, Monseñor Mario Antonio incluso dijo que "Jesús tal vez diría hoy: zorros con pelaje liso y un rabo peludo". En vista de esto, reclamó la necesidad de "líderes religiosos y políticos capaces de amar al pueblo y gobernar con humildad".

Al referirse a los migrantes y refugiados, una realidad que está muy presente en la diócesis de Roraima, la puerta de entrada a miles de venezolanos en Brasil, el presidente de Caritas Brasileira, que está llevando a cabo una enorme campaña para ayudar a aquellos que el gobierno ignora, enfatizó que “debemos eliminar de nosotros todo lo que nos impide acoger a los migrantes y refugiados, para construir puentes, incluso, si es necesario, derribar muros y eliminar todos los obstáculos”. El obispo recordó que el Papa Francisco nos alienta a reconocer a Jesús en el drama de los migrantes y refugiados.

Migrantes venezolanos Roraima

Esto se hace realidad, en palabras del presidente de Caritas brasileña, “en la acogida, en la donación de alimentos, en ofrecer seguridad, en ser solidarios, en brindar sanidad, educación, trabajo, vivienda, también invirtiendo nuestro tiempo, incluso nuestros ahorros". Junto con esto, "declararse a favor del migrante es demostrar acogida, integración en la comunidad eclesial, en nuestra Iglesia, en la sociedad, en todas las áreas, es abrir realmente caminos con oportunidades", una realidad que todavía es algo muy lejano en la sociedad brasileña.

Por esta razón, el obispo de Roraima insistió en que "la migración no es un problema, la migración es un derecho y una oportunidad para una sociedad consciente de la dignidad de la vida humana". Desde esa perspectiva denunció lo que es desfavorable para los migrantes, "leyes estrictas y anti migratorias, racismo, discriminación, prejuicios, xenofobia, aún más, criminalización de los migrantes, el oportunismo de muchos, al decir que el problema de la sanidad, en la educación, que el problema en la seguridad se debe a la presencia de migrantes”, actitudes presentes en Brasil y en muchos países del mundo, donde se han instalado ideas cada vez más inhumanas. Monseñor Mario Antonio da Silva califica esto como "una injusticia para nuestros hermanos y hermanas, sin mencionar la incompetencia para asumir sus compromisos y, al mismo tiempo, sus responsabilidades".

El segundo vicepresidente de la CNBB ha advertido contra los especuladores de la migración, que están presentes "a través de la explotación en el trabajo, salarios mal pagados, rechazan pagar las diarias, abuso sexual, se aprovechan de la fragilidad, trata de personas criminalmente, violencia y asesinatos", graves clamores cada vez más presentes en el mundo, lo que debe llevarnos a reflexionar y adoptar una posición, como seres humanos y como cristianos, frente a estos crímenes.

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