A lo largo de tres videos, Mons. Oscar Ojea, reelegido presidente del episcopado argentino el pasado 9 de noviembre, ha ido reflexionando sobre los desafíos pastorales que tiene la Iglesia Argentina en los próximos años.

En la tercera entrega, el obispo de San Isidro aborda los abusos en la Iglesia y la ideología de género. Al respecto del primer tema, afirmó que “no debemos ceder a ningún tipo de encubrimiento. Tenemos que ser muy firmes en esta determinación. Los Obispos, en estas situaciones, llevamos una verdadera cruz.  Debemos proteger en primer lugar a las víctimas, reconocernos que, si bien hay algunas denuncias falsas, la inmensa mayoría de las denuncias son verdaderas y esto debe preocuparnos, ocuparnos e invitarnos a profundizar en un saneamiento de la estructura eclesial”.

En su reflexión, el prelado argentino, citando el documento preparatorio del Sínodo, en su número 6, dijo que “la Iglesia entera esta llamada a confrontarse con el peso de una cultura impregnada de clericalismo heredada de su historia y de formas de ejercicio de la autoridad en las que se insertan los diversos tipos de abusos de poder, económicos, de conciencia y sexuales, que favorecen la impunidad”.

Sobre la ideología de género, Mons. Oscar Ojea afirmó que “en estos temas necesitamos un laicado preparado porque en cierto sentido nos hemos encontrado sorprendidos en medio de un velocísimo cambio cultural”. En ese punto se ha referido a un documento de los obispos argentinos, del 26 de octubre de 2018, donde se dice que “se puede distinguir sin separar, el sexo biológico del papel sociocultural del sexo. La ideología de género en cambio distingue sexo y genero separándolos y de este modo impidiendo una relación armónica de todos los aspectos de la persona humana”.

En el mismo documento, señaló el Obispo, se dice que “preferimos adoptar una perspectiva de género. La ideología de género en cambio piensa el género como una realidad fluida y autoconstruida independientemente de la biología por lo que la identidad propia podría diseñarse de acuerdo al deseo autónomo de cada persona”.

Para el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, “todas las personas deben ser tratadas según su igual dignidad. No podemos negar que nuestra historia lleva huellas de una historia patriarcal en la que no se ha reconocido en la práctica la igual dignidad de varones y mujeres y vemos que aquí es necesario un profundo cambio”.

En referencia a la imposición de esta ideología manifestó que “nos preocupa que se pretenda imponer la ideología de género a todos los proyectos educativos desconociendo la libertad que asiste a los padres y a las instituciones educativas de educar de acuerdo a sus idearios propios. Esta ideología intenta imponerse como un pensamiento único. El ser dialogantes no nos exime de la firmeza para sostener nuestros valores”.

Ante las acusaciones de ser “anti derechos”, por poner en “una misma bolsa”, el estar contra del aborto y matrimonio igualitario a la violencia ejercida contra la mujer, Mons. Ojea Insistió en que “debemos dejar en claro que no somos anti derechos porque en primer lugar defendemos el derecho de cada madre y de cada niño por nacer, es decir, el derecho de todos, sin excluir a nadie”. Finalmente insistió en que “debemos afirmar siempre con contundencia nuestro más rotundo rechazo a todo tipo de violencia, especialmente la que se ejerce contra los más vulnerables, las mujeres y los niños”.