Comentario al Evangelio del XVII Domingo del Tiempo Ordinario Mons. Ojea: “Dirigirnos a Dios como Padre nos inspira confianza”

Mons. Oscar Ojea
Mons. Oscar Ojea

“La oración es confiada porque se dirige al Padre

“Además de ser confiada, la oración es humilde porque el Padre Nuestro reconoce nuestras necesidades, sin las cuales no podemos vivir, sin pan, sin perdón y sin ayuda en la tentación"

“Nunca lo rezamos solos, aunque estemos solos lo rezamos siempre con Jesús, porque le rezamos al Padre de Jesús, con Jesús”

Oración

La pregunta de los discípulos a Jesús, en la que le cuestionan ¿cómo se reza?, y le piden que les enseñe a rezar, a orar, lleva a Mons. Oscar Ojea a ver en ello el modo maravilloso que Jesús tuvo de rezar en el momento en que les enseña el Padre Nuestro, que define como “un modelo de oración confiado, humilde y perseverante”.

Según el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, “la oración es confiada porque se dirige al Padre”. En ese sentido, destaca que “es conmovedor como san Pablo pone en boca de Jesús un término arameo: Abba, que significa el padre en la intimidad, como decir papá o como decir papito, así se relacionaba Jesús con su Padre”.

Para el Obispo de San Isidro, “dirigirnos a Dios como Padre nos inspira confianza, le rezamos al Padre Misericordioso, al Padre que recibe con los brazos abiertos al hijo pródigo porque sufre su orfandad, su lejanía, sufre por el hijo. A ese Padre nosotros dirigimos nuestra oración, al Padre que nos ama, que nos quieren entrañablemente”.

El prelado argentino resalta que “además de ser confiada, la oración es humilde porque el Padre Nuestro reconoce nuestras necesidades, sin las cuales no podemos vivir, sin pan, sin perdón y sin ayuda en la tentación. Por eso le pedimos danos el pan, danos el perdón como nosotros perdonamos a los que nos ofenden, y no nos dejes caer en la tentación, ayúdanos en los momentos de extrema debilidad”.

Orar

Una oración que “es confiada, es humilde y es perseverante, insistente, busquen, golpeen, pidan, insiste Jesús”. Para Mons. Ojea, “esto es golpear el corazón del Padre, insistir en el corazón del Padre”. El Padre Nuestro, “pone varios ejemplos en los que se nos habla del coraje en la oración, de la valentía en la oración”, recuerda el Obispo de San Isidro. Según él, “así como tenemos que ser valientes para la vida apostólica y para la misión, también tenemos que ser confiados en ponernos delante del Señor para pedirle a aquello que necesitamos, como hacía Moisés, como hacia Abraham, como hacia las grandes figuras del Antiguo Testamento”.

El presidente del episcopado argentino invita a rezar por el viaje del Santo Padre a Canadá, recordando que es un viaje que ha definido como penitencial, “para pedir perdón por los excesos de la asimilación cultural de Europa hacia los pueblos indígenas”. Desde ahí pide que lo acompañemos “en este pedido de perdón de la Iglesia que se relaciona con los pedidos de perdón de la Iglesia en los últimos tiempos, por ejemplo, con el pedido de perdón ofrecido en el Jubileo del año 2000, por san Juan Pablo II, por aquellos pecados de Iglesia, por los pecados históricos”.

Para Mons. Ojea, “esto nos hace bien, esto nos limpia el corazón y esto nos ayuda a rezar mejor el Padre Nuestro”, recordando finalmente que “nunca lo rezamos solos, aunque estemos solos lo rezamos siempre con Jesús, porque le rezamos al Padre de Jesús, con Jesús”.

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