En el domingo de Cristo Rey, con el que la Iglesia culmina el año litúrgico, se quiere expresar, según Mons. Oscar Ojea que “él es el centro de nuestra vida, él le da sentido a nuestra vida, él tiene el verdadero poder”.

Para el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, este va a ser el tema del Evangelio de este domingo: “¿dónde está este el verdadero poder?” El obispo de San Isidro nos hace ver que él le va a decir a Pilato: “mi Reino no es de este mundo”. Para el prelado, “esto no significa que sea de otro mundo el Reino de Jesús, significa que es de otro modo, y aquí aparecen dos lógicas de poder”.

En primer lugar, presenta “una lógica que está basada en la ambición, en la competencia, en la rivalidad y que no vacila en emplear cualquier método como el chantaje o la manipulación de la conciencia para ganar poder. Una lógica a la que no le importa el odio que siembre, lo que importa es llegar al poder, tener poder, con todo lo que esto significa de como uno es mirado y de cómo uno es enaltecido de alguna manera”.

Frente a eso, “la lógica del poder en el Evangelio está basada en la humildad y en la gratuidad, es la lógica de Jesús, es una lógica de fraternidad, porque el poder de servicio, el poder se dirige a servir a los hermanos”, afirma Mons. Ojea. En ese punto se cuestiona: “Y ¿esto como está sostenido por Jesús?”. La respuesta es que “está sostenido justamente en la verdad, él es la verdad: ‘yo soy el camino, la verdad y la vida’”.

Ante la pregunta de Pilatos: “¿qué es la verdad?”, el prelado argentino advierte que “en realidad nosotros nos hemos acostumbrado tanto a la mentira, es tan cotidiana la mentira para nosotros, que es como que nos hubiéramos olvidado de lo que significa vivir en la verdad”. Por eso insiste en que “la verdad no se posee, la verdad no se compra, no se negocia, no se acapara, la verdad se descubre, porque la verdad es el encuentro con una persona, la verdad es el encuentro con Jesús”.

Para el presidente del episcopado argentino, “uno, cuando se encuentra de veras con Jesús entra en la verdad. Pilato no pudo descubrir que estaba delante de la verdad misma, delante de Jesús”. Junto con eso, “lo que produce el encuentro con Jesús, el verdadero Rey, lo que produce el encuentro con la verdad, es la unidad de uno mismo, la posibilidad de la coherencia entre lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos”. Para Mons. Ojea, “vivir en una unidad, que es vivir en la verdad, y desde allí si podemos construir un Reino, podemos construir un Reino con una lógica diferente”.

Finalmente, animó a que “pidamos al Espíritu que nos enseñe a descubrir la verdad, a servirla humildemente, y de este modo poder difundirla y propagarla. Él es Reino de la verdad y de la vida, de la santidad y de la gracia, de la justicia, del amor y de la paz. Pidámosle al Espíritu poder descubrir la verdad y construir juntos este Reino”.