Comentario al Evangelio del XVI Domingo del Tiempo Común Mons. Ojea: “Jesús quiere entrar en la intimidad de nuestros hogares, allí donde somos como somos”

Mons. Oscar Ojea
Mons. Oscar Ojea

“No hay caretas en casa, Jesús quiere estar allí compartiendo nuestra intimidad, compartiendo nuestros vínculos más profundos, nuestros vínculos más sagrados”

"No cualquier oración sino la oración que parte de la escucha de la Palabra de Dios, la oración que es escuchar a Jesús y que luego intentar dar una respuesta”

“La amistad es el encuentro de dos soledades que mutuamente se protegen, se respetan y se reverencian

"Este es el amigo verdadero que nos acompaña en todas las etapas del camino y que llega a dar la vida por cada uno de nosotros”

Jesús, Marta y María

El Evangelio del XVI Domingo del Tiempo Común narra la visita de Jesús a casa de Marta y de María. A partir de esa escena, Mons. Oscar Ojea invita a reflexionar a partir de tres pensamientos.

El primer pensamiento, según el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, “es como Jesús bendice una casa”. Mons. Ojea nos dice que “nosotros usamos este texto cuando bendecimos las casas. Jesús quiere entrar en la intimidad de nuestros hogares, allí donde somos como somos, allí donde nos peleamos, nos reconciliamos, nos enojamos, allí donde somos como somos”. Según el prelado, “no hay caretas en casa, Jesús quiere estar allí compartiendo nuestra intimidad, compartiendo nuestros vínculos más profundos, nuestros vínculos más sagrados”.

El segundo pensamiento, en palabras del Obispo de San Isidro, es que “aparentemente Marta y María representan dos actitudes contrapuestas: la contemplación, la oración, por un lado, María, y la actividad en Marta”. Mons. Ojea insiste en que “para Jesús son válidas las dos, las dos son importantes y las dos se complementan. Es importante rezar y es importantísimo trabajar, por eso santa Marta”.

Sin embargo, el presidente del episcopado argentino nos hace ver en Jesús que “lo que le reprocha a Marta es que esté demasiado preocupada y por lo tanto olvide la fuente de su trabajo que es la oración, la fuente de donde viene todo es la oración. No cualquier oración sino la oración que parte de la escucha de la Palabra de Dios, la oración que es escuchar a Jesús y que luego intentar dar una respuesta”. Desde ahí insiste en que “esta es la fuente de toda la actividad, lo que le da la mística, lo que le da la motivación a la actividad. Sin la oración toda nuestra vida cristiana, todo nuestro apostolado, no serviría para nada, no vendría de la fuente verdadera”.

Marta y María

“El tercer pensamiento es la amistad”, dice el prelado, insistiendo en que “era una familia amiga”. Mons. Ojea destaca que “Jesús era amigo de Lázaro, de Marta y de María, y esto está presente en los Evangelios”. Recordando que el miércoles celebramos el día del amigo, que define como una hermosa tradición, cita al poeta Rilke: “la amistad es el encuentro de dos soledades que mutuamente se protegen, se respetan y se reverencian”.

El prelado enfatiza la importancia de “sentir el descanso del corazón cuando queda la amistad”. Según él, “en la amistad somos como somos, porque tenemos confianza en el amigo, en la amiga, y nos sentimos recibidos como somos, sabemos que podemos vivir la comodidad de la verdad y esto es maravilloso”.

También recordó la cita de la Sagrada Escritura que nos dice que “el que encontró un amigo, encontró un tesoro”, invitando a “dar gracias a Dios por el regalo de la amistad y pedirle al Señor por aquellas personas que carecen de amigos, por aquellas personas que están verdaderamente solas y no tienen esta riqueza inconmensurable de poder compartir una amistad”.

Finalmente, señala que eso “se lo pedimos a Jesús que es el amigo por excelencia, pero que fijó la ley suprema de la amistad en dar la vida por el amigo. Este es el amigo verdadero que nos acompaña en todas las etapas del camino y que llega a dar la vida por cada uno de nosotros”.

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