Comentario al Evangelio del XIX Domingo del Tiempo Ordinario Mons. Ojea: “El Señor que nos enseña a servir”

Mons. Ojea
Mons. Ojea

Nos invita en el Evangelio que nos toca este domingo a dar limosna y hacernos un tesoro en el cielo, allí donde ni la polilla ni la herrumbre pueden corroer ese tesoro, porque dónde está ese tesoro está tu corazón”

La sensibilidad para con el hambre de nuestro pueblo es lo que garantiza una educación para la paz

“En esta fiesta de san Cayetano que coincide con este domingo, paz, pan y trabajo para todo nuestro pueblo

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En su reflexión sobre el XIX Domingo del Tiempo Ordinario, que coincide con la Fiesta de San Cayetano, una fecha de especial raigambre para el pueblo argentino, Mons. Oscar Ojea comienza diciendo que “para la Biblia nuestra vida está hecha para un encuentro, profundo y definitivo con el Señor”.

Desde ahí se pregunta: “¿Cómo es la esperanza de este encuentro? ¿Cómo se prepara este encuentro?”. A ello responde que “este encuentro lo preparamos con una esperanza activa; el Señor nos propone servir al prójimo como modo de esperar este encuentro, nos invita en el Evangelio que nos toca este domingo a dar limosna y hacernos un tesoro en el cielo, allí donde ni la polilla ni la herrumbre pueden corroer ese tesoro, porque dónde está ese tesoro está tu corazón”.

Según el presidente del episcopado argentino, “nos invita a poner el corazón en él y de alguna manera estar livianos de equipaje, abriéndonos a las necesidades del prójimo, estando disponibles a su servicio. De esta manera nos dice cuando lleguemos allí, él se pondrá a servirnos a nosotros, él recogerá su túnica y se pondrá a servirnos, qué maravillosa imagen”. Por eso insiste en que “el Señor que nos enseña a servir, porque el Señor se ha hecho nuestro servidor y quiere servirnos él a nosotros”.

Fiesta de San Cayetano

En relación con la Fiesta de San Cayetano, el obispo de San Isidro resalta que “esta disponibilidad para las necesidades de los hermanos es fundamental para la educación para la paz”. Dice eso tras recorrer “las multitudinarias colas que esperan la apertura del santuario de san Cayetano, y pensando también en la enorme cantidad de hermanos y hermanas que concurrirán a lo largo y a lo ancho del país en todas las capillas, en las parroquias, de san Cayetano, pidiendo paz, pan y trabajo”.

Desde ahí se le ocurre decir a la luz del Evangelio del día, “que la sensibilidad para con el hambre de nuestro pueblo es lo que garantiza una educación para la paz”. Mons. Ojea recuerda antiguos lemas de la Jornada Mundial para la Paz: “si quieres la paz, trabaja por la justicia, si quieres la paz defiende la vida”, lo que lleva a relacionarlo con el “primer pedido a san Cayetano: la paz, el pan y el trabajo”.

Según el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, “el pan que pedimos en cada Padre Nuestro representa todo lo que el hombre necesita para vivir”. Por eso reflexiona sobre “¡Cuántas cosas hay detrás del pan, detrás del pan de cada día!, de ese pan que el Señor nos lo regala no solo para saciar nuestra hambre sino el pan de la fraternidad para ser comido en familia”, insistiendo en que “detrás del pan está el trabajo. El trabajo digno con el que el pan debería llegar a la mesa, el trabajo que nos hace sentir partes y pertenecientes a un cuerpo social, el trabajo que nos hace aportar lo nuestro para el bien común”.

Finalmente, invita a pedir al Señor, “en esta fiesta de san Cayetano que coincide con este domingo, paz, pan y trabajo para todo nuestro pueblo”.

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