Comentario al Evangelio Dominical Mons. Ojea: “La paz es artesanal, es un don de Dios pero también es una tarea nuestra”

Mons. Ojea
Mons. Ojea

“¿Cómo hacemos para enfrentar este clima de violencia?”

“Tener esa creatividad, la sensibilidad, la capacidad para ir construyendola en pequeños gestos, de un modo artesanal, para que de abajo hacia arriba podamos crecer en una cultura del cuidado encontrando pautas en las que todos podemos estar de acuerdo para poder convivir en un clima que excluya la violencia, que nuestros chicos puedan dejar de respirar continuamente este clima de irritación, de violencia, de división que va reinando entre nosotros”

Evangelio VI Domingo Pascua

Un mensaje de paz, “mi paz les dejo, mi paz les doy”, les dice Jesús a los apóstoles en el Evangelio del VI Domingo de Pascua, nos hace ver Mons. Oscar Ojea en su comentario semanal. El presidente del episcopado argentino dice que esa paz no es “como la del mundo”.

Según el prelado, “no vivimos una atmósfera de paz precisamente”, señalando que “en nuestros colegios, en los chicos, han aumentado los casos de bullying, y esto pone de manifiesto que están respirando un clima de violencia”. En ese sentido, destaca que “después de la pandemia se ha acentuado como un repliegue, una sensación de soledad y de un individualismo muy fuerte entre nosotros”.

Ante la dificultad para un diálogo entre generaciones, Mons. Ojea se pregunta: “¿cómo hacemos para enfrentar este clima de violencia?”. A ello responde que “la paz es artesanal, es un don de Dios pero también es una tarea nuestra”. Por eso cuestiona: “¿Qué podemos hacer para construir la paz, para recibir esa verdadera bienaventuranza que nos regala el Señor a los que trabajamos por la paz?”.

En sus palabras, el obispo de San Isidro resalta las actividades comunitarias en los barrios durante la pandemia, insistiendo en que “tenemos que valorarlas, y valorarlas mucho, porque forman parte de una educación para la paz”. Destaca “el trabajo solidario, el trabajo en los comedores, todo lo que se ha hecho alrededor de esto y que tiene que perdurar”, citando como ejemplo la labor del Ejército en el servicio de la comida.

Pacto Educativo Global

Mons. Ojea ve en la educación para la paz, “la respuesta a lo que el papa Francisco llama el Pacto Educativo Global”. Eso en contraposición a “la inercia de las instituciones y las fracturas grandes de la sociedad”, insistiendo en “la cultura del cuidado, una cultura del cuidado con bases en las que nos podamos poner de acuerdo, centrada en la fraternidad y en el cuidado del medio ambiente”, algo en lo que llama a todos a caminar.

Para ello propone el diálogo de “las universidades, los artistas, los comunicadores, los medios de comunicación son importantísimos en este Pacto Educativo Global, la cultura tecnológica, la cultura económica, las familias, es decir, todos los actores sociales desde abajo tenemos que ver cómo nos podemos poner de acuerdo en ese Pacto Educativo Global”.

Nuevamente insiste en que “la paz es artesanal, no como la da el mundo dice el Señor, es decir, no es fruto de falsos equilibrios o de grandes discursos, no es una ‘fachada’, sino que es un ámbito interior, es un ámbito interior en el que nosotros podemos poner las condiciones para una verdadera convivencia”. El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina define la paz como el primer fruto de la Pascua para los cristianos, “es lo primero que nos regala el Espíritu Santo: ‘Mi paz les doy’”.

Desde ahí llama a “tener esa creatividad, la sensibilidad, la capacidad para ir construyendola en pequeños gestos, de un modo artesanal, para que de abajo hacia arriba podamos crecer en una cultura del cuidado encontrando pautas en las que todos podemos estar de acuerdo para poder convivir en un clima que excluya la violencia, que nuestros chicos puedan dejar de respirar continuamente este clima de irritación, de violencia, de división que va reinando entre nosotros”.

Es algo que pide al Señor “en esta espera del Espíritu Santo, que nos regale este don y que nos enseñe a ser creativos para poder recibir a esa bienaventuranza de Jesús: ‘Bienaventurados los que trabajan por la paz’, los constructores de la paz”.

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