Comentario al Evangelio dominical Mons. Ojea: “El camino del encuentro para el Señor va a ser el camino de la humildad”

Mons. Oscar Ojea
Mons. Oscar Ojea

“El Señor quiere venir a encontrar el corazón del ser humano, nosotros no debemos poner obstáculos para ese encuentro. La luz viene hacia nosotros, la luz de Dios”

“Cómo nos cuesta mirarnos por dentro y convertirnos de verdad. Cómo nos cuesta mirarnos por dentro y tener gestos valientes, nobles, sinceros, de confesar nuestros pecados, de ser sinceros con nosotros mismos"

“El Adviento nos prepara para un encuentro en plenitud, un encuentro entre dos libertades: la libertad de Dios y la libertad del ser humano”, no advierte Mons. Oscar Ojea al comentar el Evangelio del II Domingo de Adviento. Según el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, “el Señor quiere venir a encontrar el corazón del ser humano, nosotros no debemos poner obstáculos para ese encuentro. La luz viene hacia nosotros, la luz de Dios”.

Juan Bautista

Dejar aquello que no hacemos con amor

Según el obispo de la diócesis de San Isidro, “cuando la luz ilumina mucho se ve muy claramente el hollín, se ve muy claramente lo que está sucio”. Desde ahí hace ver que “por eso es bueno este llamado a la conversión de san Juan Bautista que significa dejar aquello que no hacemos con amor, dejar aquello que hacemos mal, hacer un buen examen de conciencia y convertirnos de verdad”.

Reflexionando sobre la vida de la humanidad, advierte sobre “cómo nos cuesta mirarnos por dentro y convertirnos de verdad. Cómo nos cuesta mirarnos por dentro y tener gestos valientes, nobles, sinceros, de confesar nuestros pecados, de ser sinceros con nosotros mismos. Siempre acusamos a los demás, casi nunca a nosotros mismos. Esto es fundamental para la conversión”.

Dejarse conducir por el Espíritu de Dios

Mons. Ojea también ve como segundo punto el “dejarse conducir por el Espíritu de Dios para poder esperar el modo sorprendente como Él viene a nosotros”. Desde ahí hace ver que “lo esperamos, lo deseamos, lo buscamos, lo necesitamos. Necesitamos a este Rey de justicia que viene a establecer una justicia largamente esperada y deseada por la persona humana, pero sin embargo esto parece demorarse y nosotros no nos abrimos a las sorpresas de Dios”.

Citando al profeta Isaías señala que “el Señor viene como de un árbol tronchado, de un tocón. Cuando nadie esperaba que ese árbol diera fruto aparece un retoño, sobre ese retoño se posa el Espíritu Santo y allí surge el Rey, el Rey tan esperado. Los efectos de este reinado de justicia son extraordinarios y son sorprendentes”.

Jesús uno más

En palabras del profeta Isaías, el presidente del episcopado argentino recuerda que “el novillo se puede llevar bien con el león, el lobo con el cordero y un niño pequeño los conducirá”. Según el Mons. Ojea, “es como un símbolo de la paz, los animales se domestican al servicio del hombre, incluso ante el hombre débil”.

En relación con Juan Bautista afirma que “jamás va a esperar el modo con el que Jesús se va a acercar a él, como uno más para hacerse bautizar. El camino del encuentro para el Señor va a ser el camino de la humildad, Él viene a través de lo débil, de lo que parece insignificante, de lo pequeño”. Por eso advierte que “tenemos que estar atentos para dejarnos sorprender”, pidiendo “que nos preparemos bien para este encuentro”.

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