Comentario del XVIII Domingo del Tiempo Ordinario Mons. Ojea: “El compromiso del que come el pan es convertirse en pan bueno para los hermanos”

Mons. Ojea
Mons. Ojea

“El Señor acá empieza a señalar una búsqueda interesada, la multitud busca el regalo, pero no al que hace el regalo, busca el don, pero no al donante

"Encontrarse con Jesús es lo que le da sentido a nuestra vida, nos permite salir de nosotros mismos, encontrar un mundo nuevo”

“El Señor nos descubre otra hambre, no el hambre primaria ya, sino el hambre de sentido, el hambre de Dios, que va unida al hambre de justicia, al hambre de amor, al hambre de afecto”

“Al comer la Eucaristía, es el único alimento que no lo transformo en mí mismo, sino que él me transforma en él

El Pan de la Vida

En el Evangelio de Juan, como nos recuerda Mons. Oscar Ojea en su comentario semanal sobre el Evangelio de cada domingo, “aparecen distintos modos de buscar a Jesús”. El recuerda que “Andrés, el primero de los discípulos, lo busca fervorosamente. María Magdalena, cuando no lo encuentra en el sepulcro, lo busca angustiosamente. Ahora aparece en el Evangelio de este domingo la búsqueda de la multitud”.

Según el presidente del episcopado argentino, se trata de “esa multitud que había recibido la compasión de Jesús, que había sido testigo de la enseñanza larga y de las curaciones de Jesús en medio de la multitud y testigo de la multiplicación de los panes”. Ante una nueva busca Jesús les dice: “ustedes me buscan no porque han visto signos, sino porque han comido pan hasta saciarse”, recuerda el prelado.

Para el obispo de San Isidro, “el Señor acá empieza a señalar una búsqueda interesada, la multitud busca el regalo, pero no al que hace el regalo, busca el don, pero no al donante”. Por eso “Jesús, con mucha claridad, divide las cosas. ‘Ustedes me buscan, busquen más bien el alimento que da vida eterna, no el alimento que perece, el alimento que da vida eterna, trabajen por ese alimento’ y ellos le preguntan: ‘¿Qué cosas tenemos que hacer?’”, recuerda Mons. Ojea, recordando que Jesús les dice: “La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado”.

Partir el pan

El obispo argentino afirma que “aquí Jesús claramente se presenta a su pueblo como el sentido total de la vida, el pan de la vida, encontrarse con Jesús es lo que le da sentido a nuestra vida, nos permite salir de nosotros mismos, encontrar un mundo nuevo”. Y acrecienta que “encontrarse con Jesús supone convertirse en ese pan, ‘Yo soy el pan de vida’”. Para Mons. Oscar Ojea, “el compromiso del que come el pan, el compromiso del que cree en Jesús, es convertirse en pan bueno para los hermanos, poder entregarse a los hermanos”.

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina lleva su reflexión a la realidad de la pandemia, en la que “muchas veces hemos pensado en el sentido de la vida, tal vez no lo hemos conversado con nadie, pero muy secretamente hemos valorado cosas que antes no valorábamos y le hemos preguntado muchas cosas al Señor en el silencio”. Estamos ante un pasaje en el que “el Señor nos descubre otra hambre, no el hambre primaria ya, sino el hambre de sentido, el hambre de Dios, que va unida al hambre de justicia, al hambre de amor, al hambre de afecto”. De ahí deduce que “el Señor se presenta como el que responde a todas esas hambres en el sacramento de la fe, comer a Jesús es creer Jesús: ‘yo soy el pan de vida’”.

Finalmente, Mons. Ojea invita a pedir al Señor “que nos regale el don de la fe, que nos enseñe a valorar la Eucaristía, que es un compromiso con todas las hambres del mundo”. Eso nace del hecho de que “al comer la Eucaristía, es el único alimento que no lo transformo en mí mismo, sino que él me transforma en él”. Según el obispo de San Isidro, “somos transformados en otros Cristos y podemos acudir a saciar las distintas hambres de nuestros hermanos”. Por eso, encierra sus palabras animando a pedir “al Señor en este domingo renovar nuestra fe que es lo único que le da sentido a nuestra vida”.

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