Comentario del Evangelio del 12º Domingo del Tiempo Ordinario Mons. Oscar Ojea: “Que podamos en medio de la tempestad recuperar el rumbo”

Mons. Oscar Ojea
Mons. Oscar Ojea

La pandemia “pone al descubierto nuestra vulnerabilidad, nos encontramos de pronto frágiles y desorientados, necesitados de consuelo, desesperados, como los apóstoles que se indignaron mientras el Señor dormía plácidamente en medio de la tempestad”

Es necesario descubrir que somos “llamados a remar juntos en medio de esta confusión, el Señor se despierta para despertarnos”

“El Señor se despierta para decirnos que tenemos que reconducir nuestra vida, que tenemos que reorientarla para dirigirla bien hacia la otra orilla, a donde iban, que tenemos que reorientar nuestra comunión con él y con los hermanos

El padre es el “que acompaña el misterio de una vida y el que da seguridad, el que recibe la vida como viene, el que atraviesa la dificultad sabiendo que el hijo y la hija lo están mirando, y que el mejor ejemplo, la mejor enseñanza, es cómo se atraviesa un tiempo difícil”

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Un pasaje del Evangelio que ha quedado marcado en la memoria colectiva, como nos recuerda Mons. Ojea, al comentar el Evangelio de este 12º Domingo del Tiempo Ordinario.

En su mensaje semanal nos llama a reflexionar sobre un texto que el Papa Francisco, en la histórica oración del 27 de marzo del 2020, en una Plaza de San Pedro vacía, pero con millones de presencias virtuales, usó para “poner la luz de la fe en medio de la pandemia”.

El presidente del episcopado argentino ha recordado las palabras del Papa en las que muestra que la pandemia “pone al descubierto nuestra vulnerabilidad, nos encontramos de pronto frágiles y desorientados, necesitados de consuelo, desesperados, como los apóstoles que se indignaron mientras el Señor dormía plácidamente en medio de la tempestad”.

La pregunta de los discípulos a Jesús “¿No te importa que nos hundamos?”, una pregunta que muchos se han hecho en el último año, encuentra una respuesta en Mons. Ojea: “¡Qué pregunta!, cómo no le iba a importar a Jesús, el creador, el redentor, el compañero de la vida, cómo no le iba a importar esa situación”. Por eso, recordando las palabras del Papa, es necesario descubrir que somos “llamados a remar juntos en medio de esta confusión, el Señor se despierta para despertarnos”.

Señor que nos hundimos

Según el obispo de San Isidro, “el Señor se despierta para decirnos que tenemos que reconducir nuestra vida, que tenemos que reorientarla para dirigirla bien hacia la otra orilla, a donde iban, que tenemos que reorientar nuestra comunión con él y con los hermanos”. Es una situación que debe llevarnos a reflexionar sobre los caminos de futuro, pues “allí van a empezar todos los replanteos que tenemos que hacernos luego de esta pandemia, las enseñanzas que nos deja esta pandemia”.

Un primer elemento a tener en cuenta, afirma Mons. Ojea, “es que necesitamos del Señor, como los antiguos marineros necesitan las estrellas para poder corregir el rumbo”. Por eso, insiste en que “Él está en medio de toda esta situación dolorosa y él nos va a sacar si nosotros también nos ponemos a remar juntos de verdad”.

En un día que en Argentina se celebra el Día del Padre, el presidente del episcopado del país, remitiéndose a la Carta sobre San José, afirma que “solamente puede ser padre aquel que es capaz de acompañar otro ser en su movimiento propio, sin retenerlo en el suyo, sino ayudándolo a ser él mismo”. Mons. Ojea define al padre, como aquel “que acompaña el misterio de una vida y el que da seguridad, el que recibe la vida como viene, el que atraviesa la dificultad sabiendo que el hijo y la hija lo están mirando, y que el mejor ejemplo, la mejor enseñanza, es cómo se atraviesa un tiempo difícil”. Por ello insiste en que “la imagen del padre es la que nos da seguridad en esta vida: su mano, su corazón, su pecho, su mente”.

Finalmente pide la bendición del Señor para “todos los padres y a todos los llamados a ser padres en este día”. Con ello espera “que podamos en medio de la tempestad recuperar el rumbo”, concluye Mons. Oscar Ojea.

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