Una Iglesia es incendiada en la diócesis chilena de Villarica Mons. Stegmeier, tras el incendio de una Iglesia, llama a “reflexionar el porqué de esta violencia irracional”
La iglesia, que quedó completamente destruida por las llamas, que pertenece a la Parroquia San Antonio de Padre Las Casas de la Diócesis de Villarrica, había sido inaugurada en 1999
Mons. Francisco Javier Stegmeier Schmidlin, además de llama a rezar por la paz, afirma que lo ocurrido, “tiene que hacernos reflexionar el porqué de esta violencia irracional y qué caminos hemos de transitar todos como sociedad para dar solución a la crítica situaciones que estamos viviendo”
“Debemos ser capaces de traer la paz a la región, asumiendo cada uno de nosotros un papel activo y decisivo en la construcción de puentes y oportunidades con los que menos tienen, con quienes se sienten marginados"
“Debemos ser capaces de traer la paz a la región, asumiendo cada uno de nosotros un papel activo y decisivo en la construcción de puentes y oportunidades con los que menos tienen, con quienes se sienten marginados"
Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica
En un nuevo episodio de violencia, cada vez más presente en Chile, como denunciaban sus obispos en el mensaje conclusivo de su 122ª Asamblea Plenaria, celebrada de modo virtual de 13 a 16 de abril, un incendio consumió este viernes por la noche una iglesia católica ubicada en la ruta que une Padre Las Casas con Cunco, en la región de La Araucanía, sur de Chile.
La iglesia, que quedó completamente destruida por las llamas, que pertenece a la Parroquia San Antonio de Padre Las Casas de la Diócesis de Villarrica, había sido inaugurada en 1999.
Ante estos hechos, el obispo de Villarrica, en un comunicado emitido este sábado, ha condenado los hechos, afirmando que “mi afecto y mi solidaridad está, en primer lugar, con la comunidad eclesial que ha sufrido esta afrenta”. En sus palabras, Mons. Francisco Javier Stegmeier Schmidlin, además de llama a rezar por la paz, afirma que lo ocurrido, “tiene que hacernos reflexionar el porqué de esta violencia irracional y qué caminos hemos de transitar todos como sociedad para dar solución a la crítica situación que estamos viviendo”.
En una región marcada por la violencia, como es la Araucanía, el prelado insiste en que “debemos ser capaces de traer la paz a la región, asumiendo cada uno de nosotros un papel activo y decisivo en la construcción de puentes y oportunidades con los que menos tienen, con quienes se sienten marginados, con quienes piensan que, en la violencia está la solución a sus demandas sin saber -quizás- que es la violencia la que deslegitima sus aspiraciones y dificulta las soluciones”.
Desde la idea de que “solo en Cristo las personas pueden encontrar su verdadera felicidad”, Mons. Stegmeier muestra el deseo de la Iglesia local a seguir trabajando “en el desarrollo humano de sus habitantes, sin exclusiones”. De nuevo, al final del mensaje hace un llamamiento a la oración “por todos aquellos que sufren esta inútil y creciente violencia, así como por aquellos que equivocadamente buscan soluciones a través de la destrucción y del terror y también por las autoridades responsables del bien común”.
