Un trabajor muere en Brasil, la misma mina donde en 2019 murieron 272 personas Mons. Vicente Ferreira denuncia "este reino de muerte de las multinacionales, de la minería, que sólo piensa en el lucro y descarta la vida"

Dom Vicente Ferreira
Dom Vicente Ferreira

"Una vez más podemos enfrentarnos al hecho de que no fue un accidente"

"En una nota de inspección de hace 15 días, hubo problemas de seguridad en la eliminación de los desechos en la mina y la actividad fue paralizada por la Agencia Nacional de Minería"

Que la Luz de Cristo "nos ilumine, nos fortalezca, en la construcción del Reino de Dios, que es de justicia y de paz"

Tragedia de Brumadinho

Otra muerte en una lista que crece continuamente, otra vida enterrada en la mina Córrego do Feijão, en Brumadinho, en el estado brasileño de Minas Gerais, lugar donde el 25 de enero de 2019 fueron enterradas 272 personas, un sinnúmero de otros seres y parte del río Paraupeba. La culpable de todo esto tiene nombre, la compañía minera Vale.

Las palabras de Mons. Vicente Ferreira, obispo auxiliar de Belo Horizonte, en nombre del grupo de trabajo sobre ecología integral y minería del Regional Este 2 de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil - CNBB, junto con la Región Episcopal de Nuestra Señora del Rosario de la Arquidiócesis de Belo Horizonte, cuya sede está en Brumadinho, la Red Iglesias y Minería, y otros grupos eclesiales, grupos que forman parte de esta lucha, quieren mostrar que "una vez más podemos enfrentarnos al hecho de que no fue un accidente".

Hay pruebas que demuestran la negligencia de la Vale, una de las mayores empresas mineras del mundo, que ha causado innumerables crímenes ambientales y humanos en Brasil durante décadas, siempre con la connivencia de diferentes gobiernos que siguen concediendo permisos para destruir la casa común y la vida de las personas. Esta vez, según las palabras del obispo, "en una nota de inspección de hace 15 días, hubo problemas de seguridad en la eliminación de los desechos en la mina y la actividad fue paralizada por la Agencia Nacional de Minería".

En un video, Mons. Vicente Ferreira dice que "estamos registrando en la Justicia, nuestra indignación, nuestras indagaciones, preguntas". Una vez más el obispo muestra la necesidad de ser una Iglesia profética que denuncia los crímenes que acaban con la vida del planeta y de las personas. Plantea una serie de preguntas que deben llevar a la sociedad brasileña a reflexionar sobre situaciones muy presentes en el país, donde los diferentes gobiernos, al servicio de una economía que mata, ponen el lucro por encima de la vida. En este sentido, son claras las palabras del obispo auxiliar de Belo Horizonte, denunciando: "este reino de muerte de las multinacionales, de la minería, que sólo piensa en el lucro y descarta la vida". 

Frente a esto, a las puertas de la Navidad, Mons. Vicente Ferreira pide que la Luz de Cristo "nos ilumine, nos fortalezca, en la construcción del Reino de Dios, que es de justicia y de paz", y al mismo tiempo, "que con esta Luz de Jesús, nos anime aún más en la construcción de nuevos cielos y una nueva tierra". En sus palabras, el obispo también expresó "nuestro afecto, solidaridad, oraciones por la familia, la esposa, de este joven trabajador que murió a los 34 años, dejando un niño de 3 meses”.

Bomberos rescatan el cuerpo del trabajador

Palabras de Mons. Vicente Ferreira, Obispo Auxiliar de Belo Horizonte

Otra vida enterrada en la mina Córrego do Feijão, esta vez en una ladera de la fosa donde la Vale colocaba los desechos de la ruptura que sepultó a 272 personas y varios otros seres y parte del río Paraupeba, el 25 de enero de 2019. Una vez más podemos enfrentarnos al hecho de que no fue un accidente. Después de todo, en una nota de inspección de hace 15 días, hubo problemas de seguridad en la eliminación de los residuos de la mina y la actividad fue paralizada por la Agencia Nacional de Minería.

Por eso, el grupo de trabajo sobre ecología integral y minería del Regional  Este 2 de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil - CNBB, junto con la Región Episcopal de Nuestra Señora del Rosario de la Arquidiócesis de Belo Horizonte, cuya sede está en Brumadinho, la Red Iglesias y Minería, y otros grupos eclesiales, grupos que forman parte de esta lucha, estamos registrando en la Justicia, nuestra indignación, nuestras indagaciones, preguntas: ¿estaba el trabajador Júlio Cesar, con la retroexcavadora, en una zona de riesgo? ¿Las pendientes eran inestables debido al movimiento de los camiones? ¿Cómo fue posible que esta actividad de poner los residuos en la fosa tenga una licencia ambiental simplificada si es compleja y de riesgo, como se está viendo ahora?

También expresamos nuestro afecto, solidaridad, oraciones por la familia, la esposa, de este joven trabajador que murió a la edad de 34 años, dejando un niño de 3 meses. Y suplicamos a los cielos que esta Navidad, a la Luz de Cristo, que nos iluminen, nos fortalezcan, en la construcción del Reino de Dios, que es de justicia y paz, contra este reino de muerte de las multinacionales, de la minería, que sólo piensa en el lucro y descarta la vida. Que con esta Luz de Jesús, nos animemos aún más en la construcción de nuevos cielos y una nueva tierra.

Volver arriba