Falleció en la tarde de este martes, 16 de marzo, el obispo emérito de São João da Boa Vista, Estado de São Paulo, monseñor David Dias Pimentel, a la edad de 79 años. Afectado por el covid-19, el obispo emérito estaba en la UCI del Hospital de Maternidad de Unimed, en São João da Boa Vista, desde el 8 de marzo. Con el empeoramiento del caso, el domingo 14 de marzo se le intubó.

Se trata del quinto obispo brasileño que muere como consecuencia de la pandemia del Covid-19, que en los últimos días ha ido aumentando el número de contagios y de muertos. De hecho, este mismo martes se ha establecido un nuevo récord en el número de muertes en el país, con 2.841 fallecidos en 24 horas, lo que eleva el número total a 282.400, el segundo país del mundo con más muertes. Esta situación era denunciada, una vez más en los últimos días en un nuevo manifiesto del “Pacto por la Vida y por Brasil”, del que forma parte la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil - CNBB, en el que se denuncia que “el pueblo no puede pagar con la propia vida”, exigiendo medidas ante el elevado número de muertes y la falta de medidas del gobierno Bolsonaro.

Hasta ahora, los obispos fallecidos víctimas del Covid-19 en Brasil habían sido, monseñor Aldo Pagotto, arzobispo emérito de Paraíba, fallecido el 14 de abril de 2020, monseñor Henrique Soares da Costa, obispo de Palmares, Estado de Pernambuco, que murió el 18 de julio, el cardenal Eusebio Oscar Scheid, arzobispo emérito de Río de Janeiro, fallecido el 13 de enero, y monseñor Mauro Aparecido dos Santos, arzobispo de Cascavel, Estado de Paraná, que falleció el pasado 11 de marzo.

Nacido en el archipiélago de las Azores, en Portugal, el 18 de marzo de 1941 y ordenado sacerdote el 21 de diciembre de 1969 en Brasil, país al que emigro con su familia en 1960, el obispo fallecido, que fue el cuarto obispo de la diócesis, desde el 25 de marzo de 2001 al 28 de septiembre de 2016, había sido ordenado obispo el 31 de enero de 1997 y nombrado auxiliar de Belo Horizonte, asumiendo como lema episcopal: "Ministrare, Non Ministrari" (Servir, no ser servido).

En nota de pesar por el fallecimiento, la CNBB, destaca su ministerio al pueblo de Dios en Brasil desde el servicio, “especialmente en el Estado de São Paulo, la tierra que adoptó como hogar”. En sus palabras, la presidencia de la entidad muestra sus “condolencias a la familia de monseñor David, al obispo diocesano, monseñor Antonio Emídio Vilar, al clero y al pueblo de la diócesis y a sus amigos, al tiempo que reafirmamos nuestra fe en la resurrección y en la victoria de la vida sobre la muerte”.

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