Los laicos brasileños celebran su 39ª Asamblea General "Necesitamos laicos que puedan entender su misión como sujeto eclesial". Entrevista con la presidenta del Laicado brasileño

Sonia Gomes de Oliveira, presidenta del laicado brasileño
Sonia Gomes de Oliveira, presidenta del laicado brasileño

"Ese cristiano laico que no estaba acostumbrado a una experiencia comunitaria, en familia, a la experiencia de la Palabra de Dios, que no estaba acostumbrado a esta experiencia de inserción social, a vivir la solidaridad, a pensar en la cuestión social, ha tenido una cierta dificultad para asumir estos retos en este tiempo de pandemia"

"El primer paso es que los propios laicos se reconozcan como sujetos pastorales, no como objetos de atención pastoral, no como quienes hacen las tareas en la Iglesia"

"Como hombres y mujeres laicos, necesitamos entender qué es esta sinodalidad, por qué se habla de esta sinodalidad"

La sinodalidad "es cada uno viviendo su papel, viviendo su vocación, viviendo su camino, la comunión, la unidad, pero según su ministerio"

Asamblea Laicato Brasil

El Consejo Nacional de Laicos de Brasil (CNLB) celebra su 39ª Asamblea General Ordinaria de forma virtual, del 3 al 5 de junio. El tema elegido es "Cristianos laicos y laicas en la misión: responder a los nuevos desafíos".

Tratando de reflexionar sobre el papel de los laicos en la Iglesia de Brasil, especialmente en esta época de pandemia, entrevistamos a su presidenta, Sonia Gomes de Oliveira. Nos ayuda a reflexionar sobre elementos presentes en la vida de la Iglesia, especialmente en América Latina y el Caribe, como la Iglesia en salida, la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, su proceso de escucha y los desafíos de una Iglesia sinodal, tema que estará presente en la vida de la Iglesia en los próximos dos años, como resultado del Sínodo sobre la Sinodalidad.

El Consejo Nacional de Laicos de Brasil celebra una nueva Asamblea General, ¿cuál es la realidad del laicado en Brasil en un momento en que la vida de la Iglesiaestá muy marcada por la pandemia y la Iglesia se ha visto obligada a reinventar su labor pastoral?

El tema de nuestra asamblea es precisamente eso, responder a los nuevos retos. ¿Y cuáles son estos retos? El documento 105 de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), ya presentaba algunos desafíos, el desafío del clericalismo, de una Iglesia de laicos que permanece muy dentro de la Iglesia, incapaz de percibir la realidad social, un laicado desconectado de las cuestiones sociales, un laicado muy centrado en el ministerio interno de la Iglesia, un laicado que no se inserta en la cuestión política. Esto es lo que está dañando esta conciencia, que es muy importante, y lo que queremos para el laicado cristiano.

Con la pandemia, esto se ha revelado mucho más, las iglesias acabaron cerrando y los laicos, toda la Iglesia en sí, toda la gente, acabaron teniendo que ir para dentro de casa, los laicos tuvieron que adaptarse. Ese cristiano laico que no estaba acostumbrado a una experiencia comunitaria, en familia, a la experiencia de la Palabra de Dios, que no estaba acostumbrado a esta experiencia de inserción social, a vivir la solidaridad, a pensar en la cuestión social, ha tenido una cierta dificultad para asumir estos retos en este tiempo de pandemia.

En este tiempo de pandemia, gran parte de los laicos luchaban por abrir las iglesias, no pensando en la defensa de la vida, creyendo, y esto es interesante a la luz de la fiesta del Corpus Christi, que sólo la comunión eucarística es válida, y no valorando la comunión con la Palabra de Dios, la gran fuerza que tenemos que valorar los cristianos laicos. Creo que estos son retos que necesitamos superar los laicos, un laico que pueda entender su vocación, su misión como sujeto eclesial, que necesitamos estar en nuestros ministerios dentro de la Iglesia, pero que necesitamos estar insertos en nuestra misión en la sociedad.

Sonia Gomes de Oliveira

Usted habla de muchos elementos que forman parte de lo que el Papa Francisco llama la Iglesia en salida, una Iglesia que sale al encuentro de la gente, donde los laicos tienen un papel fundamental. Frente a los desafíos y las nuevas realidades, ¿cómo debe concretarse esto en el futuro de la Iglesia de Brasil?

Creo que el primer paso es que los propios laicos se reconozcan como sujetos pastorales, no como objetos de atención pastoral, no como quienes hacen las tareas en la Iglesia. Porque mientras nos veamos así, no podremos salir a esa Iglesia que tanto nos pide el Papa Francisco. Salimos a hacer tareas, porque el cura nos lo pidió, porque alguien nos lo pidió.

Creo que la Iglesia tiene que abrirse a estos ministerios, garantizar la ministerialidad del laico cristiano, y el Sínodo para la Amazonía nos reveló mucho esto, que es necesario tener un laico que pueda, no sé si que pueda realizar muchos sacramentos, pero que tenga una cierta autonomía para que pueda realizar muchos ministerios que hoy dependen mucho de la presencia del sacerdote. Cuando la Iglesia comience a abrirse a esto, entendiendo a la mujer, también en su fuerte papel en la Iglesia, como una gran colaboradora, como una gran contribuyente dentro de la Iglesia, y muchos laicos y laicas, podríamos asumirlo.

También el proceso de formación, que tenemos que entender que cuando nos formamos, y aquí hablo como trabajadora social, que yo en mi papel de profesional de los servicios sociales, entiendo mi bautismo, que allí donde esté como trabajadora social, también podré dar un testimonio de garantía de política pública, de garantía de vida, de protagonismo, y de efectividad de las políticas públicas que defienden la vida de las personas. Porque no basta con estar en estos espacios y garantizar políticas que son de muerte, y muchas veces hemos encontrado laicos que lo hacen. Tenemos que tener laicos con capacidad y con una formación de sujetos eclesiales.

Proceso de escucha

En este protagonismo de los laicos, podemos decir que la Iglesia de América Latina y el Caribe está viviendo una gran novedad, que es la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe. En la presentación de la Asamblea, el Papa Francisco insistió mucho en que no debe ser algo reducido a un pequeño grupo, a una élite, sino que debe involucrar a todos los que forman parte de la Iglesia, donde los laicos son la gran mayoría y los grandes protagonistas. ¿Qué importancia puede tener esta asamblea en el futuro, en los nuevos caminos para la Iglesia latinoamericana y caribeña?

La primera importancia debe empezar por nosotros, los laicos, intentando que esta asamblea llegue a los más alejados, al laico que está más en la periferia, para ser escuchado. Es precisamente cuando en esa carta de convocatoria de esta asamblea, el Papa Francisco dice que la Iglesia se da en la fracción del pan, la Iglesia se da sin exclusión, la Iglesia se da desde esa participación de todos.

Si queremos una respuesta que sea capaz de salir de dentro de los muros de la Iglesia, somos los laicos los que tenemos que salir a escuchar a los más alejados y los que podremos dar una respuesta que sea capaz de conseguir lo que queremos, una Iglesia encarnada en la vida, una Iglesia que escuche a todos, una Iglesia que realmente tenga discípulos misioneros en salida, que sea consecuente con el anuncio del Evangelio, y que pueda estar viviendo también esta experiencia del Evangelio que es la escucha de los empobrecidos.

Ante esta necesidad de escuchar a todos, incluso a los más alejados, ¿cómo está trabajando el Consejo Nacional de Laicos de Brasil en el proceso de escucha de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, que, como se mostró en el Sínodo para la Amazonía, puede ser un elemento fundamental para el proceso de discernimiento posterior?

Lo estamos haciendo por partes, empezando por el proceso de movilización, y esta movilización se da mucho en este encantamiento de los laicos para entender esta asamblea. Que no es sólo ir allí, hacer un informe de la escucha a la gente, sino entender que esto puede ser motivador para todos nosotros también. Así que, en primer lugar, que haya este proceso de escucha en los regionales, a través de los laicos. Que se encanten, se animen y asuman este proceso de escucha, con el mayor número de grupos y laicos que puedan en sus regionales.

Dentro de los consejos diocesanos de laicos, allí donde haya un consejo diocesano de laicos, que puedan salir, hacer esta experiencia, pero que tampoco se queden sólo en los espacios del consejo de laicos. Que puedan buscar asociarse con movimientos sociales, con grupos laicos alejados de la Iglesia. Lo que estamos tocando mucho es llegar a los que no están en los espacios de la Iglesia, escuchar a los laicos que se han alejado de la Iglesia. Pero pue ahora tienen la oportunidad de responder a este cuestionario aquí, a volver a caminar con nosotros.

Aquellos grupos que están en la base de la Iglesia, que a menudo son tan poco escuchados, que el consejo de los laicos también puede asumir el papel principal de estar al lado. Aunque la parroquia no lo haya hecho, que nosotros, como cristianos, corramos atrás de ellos, a toda prisa. Estamos utilizando gran parte del simbolismo de la Resurrección, la mujer que ve a Jesús resucitado y sale a toda prisa a anunciarlo. Que también podamos salir deprisa para poder buscar el mayor número de laicos y laicas, sobre todo los que están alejados, porque los que están en los espacios del consejo son considerados una élite para nosotros. Una élite que ya está en los espacios, ya está agregada. Por lo tanto, vamos atrás, buscando a los que están más alejados.

Sinodalidad

La Iglesia está cada vez más implicada en la realización de aquello que surgió en el Concilio Vaticano II, pero que se dejó de lado durante décadas, que es la sinodalidad. En esta Iglesia sinodal el papel de los laicos es fundamental. ¿Qué significa para los laicos el nuevo Sínodo sobre la sinodalidad y todo el proceso sinodal que comenzará en octubre?

Este proceso de sinodalidad tiene lugar en camino. Y como hombres y mujeres laicos, necesitamos entender qué es esta sinodalidad, por qué se habla de esta sinodalidad. El Papa nos ha llamado mucho la atención sobre este proceso de sinodalidad. Entonces, como laicos y laicas, deberíamos ser capaces de entender cuál es nuestro espacio. Este camino con esta comunión, dentro de esta unidad, como ya decían los primeros cristianos, pero sabiendo que este es nuestro espacio y nuestro lugar.

Está el papel del pastor, como obispo, como sacerdote, pero está nuestro papel, que también tiene su importancia en la Iglesia, que es tan importante como los demás. Esta sinodalidad camina mucho en esta convicción de esta presencia de hombres y mujeres bautizados, respetando el papel del otro, pero con un testimonio maduro, y viviendo su papel y su ministerio, que es el nuestro, el de los laicos. Nosotros, como cristianos laicos, tenemos mucho que aprender de este nuevo proceso de sinodalidad, que no es sólo agachar la cabeza y decir amén, no es eso. Es cada uno viviendo su papel, viviendo su vocación, viviendo su camino, la comunión, la unidad, pero según su ministerio.

Asamblea Laicos

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