Spengler, Ambongo y Ferrão alzan la voz en nombre del Sur Global Obispos del Sur Global: “Queremos llevar a la mesa del poder de este mundo los gritos de los pobres y el clamor de la tierra”

Obispos del Sur Global en la COP30
Obispos del Sur Global en la COP30

“La tierra casi sangra. La bondad de la tierra, su generosidad y hospitalidad están en peligro”

África, un continente de grandes riquezas con una población en su mayoría muy pobre, “resultado de un sistema económico de lo más perverso, que nunca ha puesto al ser humano en el centro de sus preocupaciones”

Un documento, fruto del discernimiento colectivo, con un mensaje pastoral, que “es un llamamiento a la conciencia frente a un sistema que amenaza con devorar la creación como si el planeta fuera una mercancía más”

Las iglesias del Sur Global, América Latina y el Caribe, África y Asia han asumido la necesidad de caminar juntas. Uno de los caminos comunes emprendidos es el del cuidado de la Casa Común, una reflexión presente en el panel “La voz profética del Sur Global para el Cuidado de la Casa Común”, llevado a cabo en la Zona Azul de la COP 30, que se realiza en Belém (Brasil) de 10 a 21 de noviembre de 2025.

Los cardenales Jaime Spengler, presidente del CELAM, Fridolin Ambongo, presidente del Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar, y Felipe Neri Ferrão, presidente de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia, profundizaron el "Mensaje de las Conferencias y Consejos Episcopales Católicos de África, Asia, América Latina y el Caribe con ocasión de la COP30. Un llamado a la justicia climática y la Casa Común: Conversión ecológica, transformación y resistencia a las falsas soluciones".

Obispos del Sur COP30

La Tierra casi sangra

Spengler denunció que “la tierra casi sangra. La bondad de la tierra, su generosidad y hospitalidad están en peligro”, recordando que la tierra es “un organismo vivo que necesita respeto y cuidado. No es un mero recurso para ser explotado”. Una tierra a la que no escuchamos, lo que demanda la necesidad de “recuperar la capacidad de escuchar, de oír a la tierra”. El presidente del CELAM señaló que los pueblos del Sur Global “quieren y deben ser escuchados. Desean participar en los espacios de diálogo, elaborar o colaborar mejor en la construcción de indicaciones viables para hacer frente a los retos del cambio climático, que son cada vez más perceptibles, frecuentes y que afectan a todos, sin distinción, a los más pobres quizás de una manera muy particular”.

Desde ahí propuso “promover y apoyar redes de solidaridad y desarrollo marcadas por principios éticos”, subrayando que “la crisis climática no es solo técnica, es también existencial, de justicia”. En palabras de Spengler, “ante esta realidad, no puede haber lugar para el negacionismo, el aislamiento o la protección de intereses exclusivos. Las soluciones que deben buscarse, construirse, promoverse y que deseamos deben unir justicia, fraternidad, ecología, derechos de la naturaleza y dignidad humana, involucrando a todos, y repetiría lo que dijo el Papa Francisco, si no me equivoco, en Portugal, todos, todos”.

Spengler en la COP

África, un continente rico con muchos pobres

Una presencia en la COP 30 que es un grito de socorro de los obispos ante la gravedad de la crisis climática, según Ambongo. Pastores que “queremos llevar a la mesa del poder de este mundo los gritos de los pobres y el clamor de la tierra”. La voz de África, un continente de grandes riquezas con una población en su mayoría muy pobre, “resultado de un sistema económico de lo más perverso, que nunca ha puesto al ser humano en el centro de sus preocupaciones”. Un continente muy frágil desde el punto de vista climático, donde los desiertos avanzan, donde la selva de la cuenca del Congo, el segundo pulmón del planeta después de la Amazonía, se ve hoy gravemente amenazada por la deforestación masiva.

Cambio climático que, según denuncio el cardenal congolés, “es la causa de la migración forzosa y del aumento de los conflictos armados en el continente”, produciéndose el fenómeno de los refugiados climáticos. También de conflictos armados en busca del cobalto, el coltán y el litio. Por eso África grita: “Basta de falsas soluciones”, y su Iglesia, juntos con las de Asia y Latinoamérica busca “salir del estancamiento en el que se encuentra el mundo”. Eso porque “las generaciones futuras también tienen derecho a encontrar un planeta habitable”. Para ello, pide que “tengamos el valor de salir de la lógica de las soluciones a corto plazo, de las promesas financieras que no responden a los retos de la adaptación, la mitigación y la pérdida de daños”, exigiendo “políticas globales que reconozcan las interconexiones entre la migración y el cambio climático, la sequía, el colapso de la biodiversidad, las malas cosechas y los conflictos”.

Ambongo y Ferrão

Conciencia frente a un sistema que es una amenaza

Por su parte, Felipe Neri Ferrão destaco en Asia su “inmensa diversidad espiritual, cultural y ecológica”, pidiendo “una transformación no solo técnica, sino también ética, profética y profundamente humana”. Un documento, fruto del discernimiento colectivo, con un mensaje pastoral, que “es un llamamiento a la conciencia frente a un sistema que amenaza con devorar la creación como si el planeta fuera una mercancía más”.

Para el arzobispo de Goa, “es necesario que los países más desarrollados reconozcan y asuman su responsabilidad social y ecológica como principales responsables históricos”. Para ello, piden “una financiación climática justa y accesible para las comunidades y organizaciones locales, incluidas las mujeres, que no genere más deuda, a fin de garantizar la resiliencia en el Sur Global”. Junto con ello, la exigencia de “que se escuche y se respete la sabiduría ancestral de nuestras comunidades y se detenga la expansión de los combustibles fósiles”. También “promover la espiritualidad ecológica, las políticas de protección, el acompañamiento de las mujeres y las niñas, que son las más afectadas, y el fortalecimiento de las redes interreligiosas para la defensa de la vida”.

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