Comentario al Evangelio del XVI Domingo del Tiempo Ordinario Ojea: “La oración se cristaliza en el servicio de caridad”

“El Señor quiere destacar que no estemos absorbidos, que no estemos tomados solo por la actividad”
“Servir y amar al Señor con el corazón de María y con las manos de Marta, con un auténtico espíritu contemplativo, deseosos de escuchar su Palabra”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
En el Décimo Sexto Domingo del Tiempo Ordinario, el obispo emérito de San Isidro, Mons. Oscar Ojea, inició su comentario a las lecturas del día diciendo que “hoy tenemos a través de la Palabra de Dios el gran tema de la hospitalidad, tan importante en el mundo de la Biblia y tan difícil en el mundo actual".
"Vemos estos tres personajes que se presentan a Abraham. Y, Abraham prácticamente les ruega que no pasen de largo, que se queden con ellos. En realidad, él sabía que la visita de un extraño, de un extranjero, conllevaba un regalo, una promesa; y así fue, estos hombres le prometen que Sara va a tener un hijo y Abraham se queda de pie junto a ellos", según el obispo argentino, para quien “es una actitud de un enorme respeto y delicadeza por el que viene a visitarnos”.

El huésped es escuchado
En el Evangelio, Ojea destaca que “Jesús es escuchado por María. El invitado, el huésped es escuchado. No podemos invitar a alguien a nuestra casa y empezar a hablar solo de nuestras cosas; tenemos que escucharlo. El que llega necesita ser escuchado”. Analizando la realidad actual, el obispo mostró “qué difícil es hoy en el plano social escuchar a los migrantes. Ellos necesitan sacar de adentro tantas historias, tantas cosas que comunicar. El que es hospedado necesita hablar y necesita ser escuchado. Esto es parte fundamental de la hospitalidad. Esto es lo que hacía María, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra”.
Analizando el texto, dijo que “el Señor no va a contraponer esta actitud a la actitud de Marta que servía y que se queja, sino que el Señor quiere remarcar entre estas dos actitudes, la contemplativa de María y la activa y servicial de Marta. El Señor quiere destacar que no estemos absorbidos, que no estemos tomados solo por la actividad”.
La oración no es completa si no llega a las manos
Ojea recordó que “el Papa Francisco solía decir que la Palabra de Dios se escuchaba con la mente, con el corazón y se llevaba a las manos”. En esa perspectiva, “María representa la mente y el corazón que escucha la Palabra de Dios, pero esa oración se cristaliza en el servicio de caridad. No es completa si no llega a las manos, decía el Santo Padre. Entonces, sí, verdaderamente Marta representa esas manos serviciales”, afirmó.
Finalmente, “le pedimos a la Virgen Santísima que nos haga servir y amar al Señor con el corazón de María y con las manos de Marta, con un auténtico espíritu contemplativo, deseosos de escuchar su Palabra. Pidámosle que esta Palabra baje siempre a nuestras manos para que seamos coherentes con lo que decimos que creemos”, concluyó el obispo.
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