La fuerza política de las Iglesias pentecostales en Brasil es cada vez mayor, una realidad de la que se han aprovechado los últimos presidentes. En el congreso brasileño existe la llamada “bancada de la Biblia”, que reúne a unos 110 diputados de diferentes partidos, de los 513 que componen el parlamento, lo que muestra la fuerza política de un grupo que responde a los intereses de sus respectivas iglesias.

Una de sus últimas banderas ha sido la condonación de las deudas millonarias que las grandes iglesias pentecostales tienen con el erario público brasileño, que se calculan en unos 190 millones de dólares. En realidad, de lo que se trata es de satisfacer los deseos de los dueños de algunas iglesias, que pretenden no pagar impuestos por sus lucrativos negocios, que nada tienen que ver con la religión ni con el día a día de las iglesias, respondiendo única y exclusivamente a intereses personales.

Bolsonaro, diciendo sentir miedo de una moción de censura, algo que no está dentro de las posibilidades reales, dado que ha conseguido controlar la mayoría del congreso, ha vetado parcialmente la decisión de los diputados, aunque al mismo tiempo, en una de sus artimañas políticas a las que nos tiene acostumbrados, ha dicho estar de acuerdo con la decisión de los congresistas. No olvidemos que esa ha sido una de sus banderas políticas, intentando agradar a un grupo que fue decisivo en su elección como presidente. Al mismo tiempo, es importante recordar que el actual presidente fue diputado federal desde1990 hasta 2018, en que fue elegido presidente de la República, sabiendo bien los tejemanejes del parlamento brasileño.

El Ministro de Economía, Paulo Guedes, ha sido uno de los que más han presionado a Bolsonaro para vetar la decisión del parlamento, con el fin de no vaciar todavía más las arcas de un país que estaban maltrechas y que se han visto prácticamente arruinadas con la pandemia del COVID-19, provocando un déficit sin precedentes en la historia reciente de Brasil.

En esta tesitura, la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil ha emitido una nota sobre el Proyecto de Ley 1581/2020 conocido como “proyecto que perdona la deuda de las iglesias”, dejando claro que “la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil – CNBB no participó de la elaboración, articulación o discusión” en relación al referido proyecto.

Dada la complejidad de un asunto fundamental para el país como es el tratamiento jurídico dado a las organizaciones religiosas, “no puede ser discutido de modo incidental y prácticamente silencioso, sobre el riesgo de surgir intereses particulares que manchen la propia discusión”, afirma la nota firmada por la presidencia de la CNBB. Para el ente episcopal, el Estado debe respetar los derechos de las iglesias, pero al mismo tiempo tiene el “deber de combatir los eventuales abusos de toda y cualquier organización”, algo que está por detrás de esta tentativa de condonación de una deuda que más que beneficiar a las entidades religiosas, pretende satisfacer los deseos de los dueños de las iglesias pentecostales, que en Brasil han actuado en muchos casos al margen de la ley, amparados en los diputados a quienes eligen bajo fuerte presión a los miembros de sus iglesias.

La CNBB está dispuesta a discutir esas cuestiones con el gobierno, pero “de manera franca, transparente y ética”, en una tentativa de “mostrar las lagunas y hasta las injusticias y equívocos que la legislación presente”. De hecho, la nota afirma que “la CNBB desde hace mucho reclama el tratamiento adecuado por parte del gobierno en relación a demandas históricas y hasta hoy no atendidas”. Por ello, la nota se encierra pidiendo “que eso se haga, por tanto, separando los casos condenables de aquellos que reúnen clamores legítimos y justos respetando la verdad, la justicia y el bien social”.