El día 12 conoceremos el contenido de un documento que ha generado gran expectativa "Querida Amazonía": un título que provoca esperanza

Sínodo para la Amazonía
Sínodo para la Amazonía

La Amazonía ha dejado de ser un lugar olvidado para pasar a ser algo querido

“Todos los esfuerzos que hagamos por mejorar la vida de los pueblos amazónicos serán siempre pocos”

No olvidemos que es un proceso y que sin discernimiento no hay sinodalidad

Asamblea Sinodal
Este viernes se ha dado a conocer que el próximo miércoles, 12 de febrero, será presentada “Querida Amazonía”, la Exhortación Postsinodal del Sínodo para la Amazonía. De momento, sólo se conoce el título, pero de entrada podemos decir que provoca esperanza. El lenguaje, nuestra forma de expresarnos, da a entender sentimientos presentes en nuestra vida, aquello que habita en el corazón de cada uno.

El Papa Francisco tiene entre sus sentimientos, desde el inicio de su pontificado, una gran atención por la Amazonía y por los pueblos que la habitan, especialmente los indígenas. En su encuentro con el episcopado brasileño, celebrado el 27 de julio de 2013, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud en Rio de Janeiro, uno de los puntos tratados fue el que hablaba de “la Amazonía como test decisivo, banco de pruebas para la Iglesia y la sociedad brasileñas”. Poco después de cuatro meses de asumir el ministerio petrino, invitaba a los prelados a reflexionar sobre un punto “relevante para el camino actual y el futuro no sólo de la Iglesia en Brasil, sino también de toda la estructura social: la Amazonía”.

En sus palabras reflexionaba sobre como ha sido la presencia de la Iglesia en la Amazonía, “no como aquellos que tienen las maletas en la mano para partir después de haber explotado todo lo que pudieron”, algo que siempre han hecho las grandes empresas con el apoyo de los gobiernos. Una Iglesia que ha estado desde el inicio, y que “continúa presente y determinante en el futuro de aquella área”. Al dirigirse a los presentes, les recordaba el documento de Aparecida, del que no podemos olvidar que, el entonces cardenal Bergoglio, fue su relator, afirmando que “el fuerte apelo al respeto y salvaguarda de toda la creación que Dios confió al hombre, no para que la explotase rudamente, sino para que la convirtiese en un jardín”. También hablaba de “tener sacerdotes adaptados a las condiciones locales y consolidar por así decir el “rostro amazónico” de la Iglesia”. Para ello les pedía, “¡por favor, sean valientes, tengan parresia!”.

Aldeias-Indigenas-do-Brasil-9

Todo el proceso sinodal ha mostrado la valentía de una Iglesia, comenzando por el Papa Francisco, que se ha empeñado en avanzar por los nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral, tema del Sínodo para la Amazonía. Ya desde el principio, en su encuentro con los pueblos originarios en Puerto Maldonado, en enero de 2018, donde daba por iniciado el proceso sinodal, el Papa Francisco decía estar allí para “unirnos a sus desafíos y con ustedes reafirmar una opción sincera por la defensa de la vida, defensa de la tierra y defensa de las culturas”. La Iglesia de la Amazonía cogió el guante y se empeñó en un proceso que ha llegado a todos los rincones de esta inmensa región, ayudando al mundo a descubrir que “probablemente los pueblos amazónicos originarios nunca hayan estado tan amenazados en sus territorios como lo están ahora”, lo que provoca que “la Amazonía es tierra disputada desde varios frentes”.

No olvidemos lo que desde el principio, desde la convocatoria del Sínodo, el Papa Francisco quería, “encontrar nuevos caminos para la evangelización de aquella porción del Pueblo de Dios, sobretodo de los indígenas, muchas veces olvidados e sin la perspectiva de un futuro sereno”, algo que reafirmó en Puerto Maldonado, al señalar que “todos los esfuerzos que hagamos por mejorar la vida de los pueblos amazónicos serán siempre pocos”. Nadie puede poner en duda que los pueblos han sido escuchados, que ellos llegaron a Roma y alzaron su voz, clamando por respeto.

Si echamos la vista atrás uno descubre cuánto se ha avanzado a lo largo de estos más de dos años de proceso sinodal. Querida Amazonía es un nuevo empujón dentro de este caminar sinodal, que ha llevado la Amazonía y la vida de sus pueblos al centro de los debates, de la Iglesia y de la sociedad. Ha dejado de ser un lugar olvidado para pasar a ser algo querido. Los nuevos caminos van a llegar, esos caminos por los que muchos lucharon a lo largo de tanto años, también la hermana Dorothy Stang, de cuyo martirio se cumplirán 15 años el día en que la exhortación sea dada a conocer. Ella y tantos mártires han ido intercediendo por todo el proceso vivido, han acompañado las mismas luchas que formaron parte de sus vidas, que motivaron su entrega hasta la muerte.

Pero no olvidemos que es un proceso y que sin discernimiento, algo tan propio de la espiritualidad jesuítica, que el Papa Francisco tanto conoce y hace suya, no hay sinodalidad. Las reacciones contrapuestas van a aparecer, habrá quien piense que se ha llegado demasiado lejos y quien por el contrario verá el escrito magisterial como algo que no contempla sus expectativas. No nos dejemos llevar por el chronos y sí por el kairós, y no olvidemos las palabras de Gamaliel, “si esto que hacen es de carácter humano, se desvanecerá; pero si es de Dios, no lo podrán destruir”.

El Papa Francisco con los indígenas del Sínodo

Volver arriba