Entrevista con el presidente de la Red CLAMOR Cardenal Ramazzini: “Lo primero que le diría a quien desprecia a los migrantes es que no se considere cristiano”

Cardenal Álvaro Ramazzini
Cardenal Álvaro Ramazzini

“Un reto, al menos personalmente, es el tema de promover, cómo lograr insertar en una sociedad nueva, donde muchas veces los puestos de trabajo te exigen una cualificación profesional alta a muchas personas”

“¿Cómo logar realmente que esa acogida también se dé de parte de sociedades en las que lo que importa es que tú tengas dinero y que produzcas dinero?”

“Tenemos que seguir haciendo esfuerzos para entender que no es asunto de ley, sino que es asunto que va mucho más allá de las leyes, es asunto de sufrimiento humano, de carencias humanas, de problemas humanos, que deben ser vistos desde una perspectiva humana”

“Todo migrante es mi hermano, toda migrante es mi hermana, nadie en la Iglesia debe de ser extranjero”

“Estamos perdiendo esa valoración del otro como persona, y que espera que yo lo trate como persona, que lo respete como persona y que lo ayude como persona”

En septiembre de 2023 el cardenal Álvaro Ramazzini fue elegido presidente de la Red Clamor, organismo de la Iglesia católica que acompaña los migrantes y refugiados en América Latina y el Caribe. El Papa Francisco llama a acoger, proteger, promover e integrar, para así enfrentar “una realidad dolorosa por todo lo que hemos visto que sucede”, en palabras del obispo de Huehuetenango, que ya se ha preguntado repetidas veces “cómo llevar a la práctica esos cuatro verbos que el Papa nos propone”.

Migrantes atravesando el río Turquesa cerca del pueblo de Bajo Chiquito
Migrantes atravesando el río Turquesa cerca del pueblo de Bajo Chiquito

El reto es promover

El purpurado afirma que “algunos de ellos ya lo hacemos, el que sigue siendo un reto, al menos personalmente, es el tema de promover, cómo lograr insertar en una sociedad nueva, donde muchas veces los puestos de trabajo te exigen una cualificación profesional alta a muchas personas”. El cardenal habla de la realidad de su país, Guatemala, donde muchas personas ni siquiera tienen la educación formal necesaria y por eso van y hacen los trabajos, en el caso de Estados Unidos, donde hay una inmigración de guatemaltecos muy fuerte, que los norteamericanos no hacen.

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Ante esa situación se pregunta: “¿Cómo logar realmente que esa acogida también se dé de parte de sociedades en las que lo que importa es que tú tengas dinero y que produzcas dinero?”. El presidente de la Red Clamor responde que “los cuatro verbos siguen siendo desafiantes y van a seguir exigiendo políticas migratorias integrales”. También cuestiona qué país está poniendo en práctica hoy por hoy los cuatro verbos, aunque puedan justificar que eso es algo que viene del Papa.

Un asunto de sufrimiento humano

En realidad, “los cuatro verbos implican acciones que podrían ayudar realmente a una manera de enfrentar y de afrontar el tema de la migración de un modo humano”, insistiendo en que “es ahí donde tenemos que seguir haciendo esfuerzos para entender que no es asunto de ley, sino que es asunto que va mucho más allá de las leyes, es asunto de sufrimiento humano, de carencias humanas, de problemas humanos, que deben ser vistos desde una perspectiva humana”. Reconociendo que lo legal debe existir, el cardenal guatemalteco afirma que “hemos olvidado que debajo de una legalidad debe existir siempre un espíritu en el que se respete la humanidad”.

Un desprecio a los migrantes, una xenofobia que está presente en personas que se dicen cristianas, católicas. Ante eso el presidente de la Red Clamor afirma que “lo primero que le diría a quien desprecia a los migrantes es que no se considere cristiano”. Eso porque la esencia de la identidad cristiana es “vivir el Evangelio, porque para nosotros no solamente es la norma que debe normar nuestra vida, sino que es palabra que nos da vida”, recordando que “así se lo dijeron al Señor Jesús, solamente tú tienes palabras de vida eterna”, algo que cardenal considera “una consideración que muchas veces la olvidamos”, y que seremos juzgados al final de la vida “sobre si le dimos acogida o no le dimos acogida al migrante”.

Cardenal Alvaro Ramazzini
Cardenal Alvaro Ramazzini

Comprometerse desde la fe en Jesucristo

Según el purpurado guatemalteco, “una persona que no se pone delante del Evangelio y no se cuestiona lo que el Evangelio propone y exige para ser verdaderamente cristiano, seguramente no va a logar entrar en un proceso de conversión que ayude no solamente a acoger, sino también a promover a una persona migrante”, lo que encuentra como lógico “desde una lógica del mundo en el sentido joánico, desde una lógica del dinero, desde una lógica de qué me importa a mí lo que le pase a los otros si estoy bien”, lo que considera “nada cristiano”. Para el presidente de la Red Clamor el reto es que “si uno quiere de veras comprometerse con los migrantes debe de hacerlo desde la fe en Jesucristo y desde la voluntad de ser un discípulo de Jesucristo”.

Con relación a la asamblea sinodal que este 4 de octubre ha iniciado su primera sesión, señala que le gustaría que “pudiéramos ir juntos buscando la aplicación a los diversos niveles de la sociedad en general de lo que siempre hemos dicho: todo migrante es mi hermano, toda migrante es mi hermana, nadie en la Iglesia debe de ser extranjero”. En sus palabras reflexiona sobre la clara separación en muchos estados entre Iglesia y Estado, afirmando que “el reto no está tanto en que para nosotros los cristianos, el Evangelio es palabra que da vida, sino, sobre todo volver de verdad a las raíces de lo que somos”.

Tratar al otro como persona

El cardenal insiste en que “somos seres humanos, y en la medida en que yo considero que soy un ser humano y considero que los otros lo son, lógicamente tendría que haber una reacción y la reacción es que estamos en el mismo barco, estamos en el mismo planeta, por qué no nos vamos a ayudar unos a otros”. En su reflexión recordó “El drama del Humanismo Ateo” de Henri de Lubac, donde aborda la cuestión de la pérdida de un humanismo verdadero, planteando que existiendo personas ateas veían en el otro un prójimo al cual ayudar, algo que considera estamos perdiendo, “estamos perdiendo esa valoración del otro como persona, y que espera que yo lo trate como persona, que lo respete como persona y que lo ayude como persona”, resaltando que ”estamos en esa fase de olvido de quienes somos en esta tierra”.

Algo que critica en Estados Unidos, cuestionando “cómo es posible que, en un país como Estados Unidos, que en general se considera cristiano, protestantes y católicos, cómo es posible que la esencia del cristianismo: ‘fui forastero y tú me acogiste’, no se viva”. En esa coyuntura reconoce la existencia de la separación Iglesia y Estado, pero afirma que “tenemos un sistema legal que, en un país que se afirma cristiano, sin embargo, los fundamentos de esa esencia del cristianismo se dejan a un lado porque estamos en una sociedad totalmente laica, laica en el sentido estricto de la palabra”, algo que dice no lograr entender.

VI Asamblea de la Red CLAMOR
VI Asamblea de la Red CLAMOR

Cristianos que no se comportan como tales

En ese sentido, dice haber denunciado en su país “cómo es posible que diputados que se dicen cristianos, católicos y no católicos, actúen de una manera tal dentro del Congreso cuando se trata de elaborar leyes en las que se olvidan de su identidad religiosa”. Sabiendo que el Congreso es laico, cuestiona si esos diputados siguen siendo creyentes o no.

En vista del reconocimiento como ciudadanos y miembros de las comunidades eclesiales, el cardenal se refiere al caso de Estados Unidos, con dos millones doscientos mil migrantes guatemaltecos sin documentos, pidiendo como primer paso, “una reforma migratoria integral”, algo que siempre ha dicho. En ese sentido señala que “Estados Unidos es el único país del hemisferio Norte, México ya lo hizo, que no ha firmado el acuerdo de la OIT de la reunificación de trabajadores migrantes con sus familias”, denunciando que “la reforma migratoria en Estados Unidos sigue siendo una quimera, un sueño”.

Como Iglesia, insiste que “tenemos que seguir hablando, tenemos que seguir tocando la conciencia, ser los primeros en ser un ejemplo de acoger”. Por eso denuncia que “me duele cuando en una comunidad cristiana católica, las actitudes de los fieles de esa comunidad son de cerrarse a los que vienen de fuera, diciendo son extranjeros”, repitiendo que “nadie es extranjero en la Iglesia”, y preguntándose “cómo lograr ese cambio de mentalidad”, algo que ve como un reto, “en este caso los que tenemos una mayor responsabilidad en la Iglesia”.

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