La Diócesis de Roraima ha encerrado este 15 de marzo la fase de investigación para la canonización del Beato José Allamano, fundador de los Misioneros y Misioneras de la Consolata. Tras nueve días de trabajo, desde el 7 de marzo, se ha celebrado la última sesión del Tribunal Diocesano para la Causa de los Santos, que ha estudiado la veracidad de la curación milagrosa del indígena Sorino, del pueblo yanomami, atribuida a la intercesión del ahora beato.

Según el padre Lucio Nicoletto, vicario general de la diócesis de Roraima y delegado del obispo para la investigación, este es el momento de "agradecer al equipo que trabajó durante una semana para recuperar los documentos". El religioso de la Consolata destacó la importancia de la recuperación del indígena yanomami Sorino, inexplicable a los ojos de la ciencia, algo que espera "pueda dar frutos de amor y de testimonio de una vida llena de amor".

El obispo diocesano, monseñor Mario Antonio da Silva, agradeció también a los Misioneros de la Consolata, de los que destacó su espíritu misionero, a los testigos y a todos los que han participado en el proceso. El segundo vicepresidente de la Conferencia Nacional de Obispos Brasileños – CNBB, recordó un pensamiento del Beato José Allamano, "la vida humana se hace más intensa y significativa cuanto más se vive con amor", destacando que durante el proceso que tuvo lugar en los últimos días "el amor de Dios nos ha acompañado". Monseñor Mario Antonio dijo que "este tribunal es algo que concluye, pero no termina, sino que se expande, abriendo nuestros ojos y nuestros corazones para la misión”.

Después de los juramentos de quienes han participado en la investigación y de los diferentes procedimientos estipulados por el Derecho Canónico, las cajas que contienen los documentos relativos al proceso de canonización han sido cerradas y selladas y entregadas a Sor Renata Conti para ser enviadas a la Congregación para las Causas de los Santos de la Santa Sede.

El obispo diocesano ha leído un mensaje enviado a la diócesis de Roraima por el padre Stefano Camerlengo y la hermana Simona Bambrilla, superiores generales de los Misioneros y Misioneras de la Consolata, que comenzaba agradeciendo "el compromiso en la realización del proceso diocesano con vistas a la canonización de nuestro querido padre fundador, el beato José Allamano". En la carta se afirma que "la fama de santidad del fundador ha sido siempre motivo de alegría y esperanza. Allamano hizo de la santidad su estribillo", destacando su ejemplo de vida, algo que quieren hacer presente "para que muchas personas encuentren consuelo y esperanza".

Los superiores destacaron que "el milagro que celebramos es un milagro misionero, lo que está muy en consonancia con el espíritu de Allamano, para quien santidad y misión van juntas, son caras de una misma moneda". El texto subrayaba que "en la misión la santidad encuentra un hogar, en la misión la santidad encuentra su más profundo significado y propósito", destacando la importancia que el reconocimiento del milagro puede tener en la misión ad gentes. Por último, pidieron la intercesión del Fundador por los que sufren el Covid-19 y el consuelo para los que han perdido a sus seres queridos y familiares en esta pandemia.

Con la reliquia llegada de Roma en la mano, que fue regalada a la diócesis de Roraima por la hermana Renata Conti, monseñor Mario Antonio agradeció los más de 70 años de presencia de los Misioneros y Misioneras de la Consolata en la diócesis. Según el obispo, "Jóse Allamano siempre ha caminado por estas tierras y seguirá haciéndolo a través del testimonio de los misioneros de la Consolata", insistiendo en que "más que nunca, este tribunal refuerza esta presencia del carisma de apertura a la misión".

Durante el encuentro con la prensa local, después de que el P. Raimundo Vanthuy Neto hiciera un breve recuento de la historia de la evangelización en el Estado de Roraima, el obispo destacó que "el fruto de esta investigación diocesana no es sólo páginas y páginas escritas, tiene mucha vida, mucha esperanza, mucha fe, mucha entrega, es una opción por el Reino de Dios". Monseñor Mario Antonio da Silva insistió en que en las cajas que se enviarán al Vaticano "está el corazón de la misión, y lo que está aquí está también en el corazón de Dios".

El segundo vicepresidente de la CNBB, hizo una lectura amazónica de lo que está ocurriendo con el proceso de canonización del Beato José Allamano, "que es la predilección de Dios por los pueblos indígenas", algo que cobra mayor valor en "un contexto de muchos desafíos y dificultades para los pueblos indígenas, pero también para los brasileños y brasileñas más pobres y necesitados". Para el obispo, "el milagro es una acción de Dios para la dignidad y la vida en abundancia de sus hijos e hijas”.