50 años del Vaticano II de la Amazonía brasileña 50 años de Santarém: "Una Iglesia con vitalidad y una posición profética y Solidaria”

Seminario San Pío X de Santarém
Seminario San Pío X de Santarém

"La Cruz para muchos de nuestros hermanos sigue siendo una realidad todos los días, a cada momento nuestro pueblo camina cargando una Cruz"

Un momento para fortalecer la comunión entre las iglesias particulares de la Amazonía, como Pueblo de Dios extendido por la gran Amazonía

"Hace 50 años los obispos se reunieron en nombre de la Iglesia amazónica en Brasil, recogiendo Medellín y recogiendo el Concilio Vaticano II, ilusión, sueños, que empiezan a hacerse realidad en los cuatro sueños que nos habla el Papa Francisco en Querida Amazonía"

50 años Santarém

50 años de Santarém, 50 años de recorrido de una Iglesia, la Iglesia de la Amazonía, marcada por una evangelización inculturada y liberadora. Para recordar el Documento surgido de la reunión celebrada en el Seminario San Pío X en mayo de 1972, se reunieron en el mismo lugar, del 6 al 9 de junio de 2022, 100 personas, cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos, laicos y laicas, entre ellos representantes de los pueblos indígenas y de las comunidades tradicionales.

El encuentro comenzó con una celebración eucarística, presidida por el último obispo ordenado en la Amazonía brasileña, Mons. Raimundo Possidônio Carrera da Mata, que confió a María "la intercesión maternal por todos nosotros, por toda la Iglesia de esta Amazonía, donde tantas realidades necesitan todavía verdaderamente la Resurrección".

El Obispo Coadjutor de la Diócesis de Bragança recordó que "la Cruz para muchos de nuestros hermanos sigue siendo una realidad todos los días, a cada momento nuestro pueblo camina cargando una Cruz por estos caminos, estas veredas, estas tierras, estas aguas de una Amazonía que aún necesita completar su Redención”. Junto con ello destacó la importancia de la mística, "que es la expresión de una fe comprometida que no se rinde ante las dificultades".

Nuestra Señora de Nazaret

El encuentro contará con la presencia maternal de la imagen peregrina de Nuestra Señora de Nazaret, Reina de la Amazonía, que quiere iluminar unos días llamados a ser un momento para fortalecer la comunión entre las iglesias particulares de la Amazonía, como Pueblo de Dios extendido por la gran Amazonía. Un momento para recordar un encuentro que llevó a la Iglesia de la Amazonía a asumir un rostro y lanzarse a una evangelización encarnada y liberadora. Una historia construida por rostros concretos, por testigos que desafían a la Iglesia de la Amazonía a construir el futuro.

Los participantes del IV Encuentro de la Iglesia Católica en la Amazonía Legal fueron recibidos por el arzobispo local, Mons. Irineu Roman, y por el presidente del Regional Norte2 de la CNBB, Mons. Bernardo Bahlmann, que destacó la importancia del encuentro celebrado hace 50 años y del Documento elaborado, "una gran luz para el camino en la Amazonía". La Hna. Maria Inês Vieira Ribeiro, presidenta de la Vida Religiosa brasileña, llamó a continuar el proceso de una Iglesia que se presenta cada vez más a la manera de Jesús.

Felício Pontes se considera fruto del Documento de Santarém, que le llevó a "ver la propaganda oficial de la Dictadura Militar con una mirada crítica, partiendo de los agraviados", reflexionando sobre los grandes proyectos impuestos por la Dictadura a los pueblos de la Amazonía, lo que influyó en su vocación de abogado y, posteriormente, de Fiscal de la República. El Espíritu de Pentecostés debe marcar el curso del encuentro, según la Hna. Maria Irene Lopes, que quiere "crear cada vez más colegialidad entre los obispos de la Amazonía y fortalecer la comunión con la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil", objetivo de la Comisión Episcopal Especial para la Amazonía, de la que es asesora.

50 años Santarém

En el encuentro está presente el cardenal Pedro Barreto, que mostró su alegría por poder participar de este momento, celebrado en una tierra sagrada, la Amazonía, haciéndose eco de las palabras del Papa Francisco en Puerto Maldonado. Un encuentro que "es una oportunidad para encontrarnos", insistiendo en dos palabras: "gracias, porque hace 50 años los obispos se reunieron en nombre de la Iglesia amazónica en Brasil, recogiendo Medellín y recogiendo el Concilio Vaticano II, ilusión, sueños, que empiezan a hacerse realidad en los cuatro sueños que nos habla el Papa Francisco en Querida Amazonía". Junto a esto, "el compromiso, el compromiso de caminar juntos", llamando a cuidar el bioma amazónico para la vida de la humanidad.

Mons. Raimundo Possidônio hizo un Memorial del Encuentro de Santarém y del posterior camino de la Iglesia de la Amazonía. De los obispos de Santarém, el obispo coadjutor de Bragança, destacó su "grandísima conciencia de ser Iglesia y de la realidad", analizando los documentos elaborados en los encuentros de Manaos (1997) y Santarém (2012). Como aspectos fundacionales de la Iglesia en la Amazonía, destacó "la pasión por el Cristo vivo y el Reino". Junto a ello, el espíritu de colegialidad, sinodalidad, comunión y participación, profecía y martirio, encarnación en la realidad y evangelización liberadora.

Santarém fue precedido por un camino previo, presentado por el obispo, por documentos que fueron vistos como una toma de posición, en actitud profética, de los obispos de la región. Todo ello influyó en un documento "que creó el rostro de la Iglesia amazónica", que se fue definiendo a lo largo de los años, preocupándose, entre otras cosas, por la cuestión ecológica. También otras experiencias vividas, contempladas en diferentes documentos, que Mons. Possidônio resumió diciendo que "a lo largo de seis décadas, la Iglesia ha mostrado su vitalidad y su posición profética y solidaria".

Alguien que ha recorrido este camino de 50 años es Mons. Gutemberg Freire Regis, elegido prelado de la Prelatura de Coari en 1974, pero que desde 1969 ha vivido "el desafío de ser un sacerdote misionero aquí en la Amazonía". En Santarém descubrió el incentivo de "estructurar una Iglesia local", con una destacada presencia de los laicos en la elaboración de los planes pastorales, junto con la preocupación por formar comunidades, por formar sacerdotes diocesanos, por preocuparse por los problemas de la gente, por la dimensión social de la evangelización.

Mons. Gutemberg Regis Farias

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