Monseñor Segismundo Martínez Álvarez, obispo emérito de la diócesis de Corumbá, en el estado brasileño de Mato Grosso do Sul, falleció en la tarde de este miércoles 21 de abril. Hospitalizado desde el 28 de marzo, es el séptimo obispo brasileño víctima de la pandemia de Covid-19, que ya se ha cobrado la vida de más de 381 mil personas en el país. La misa de cuerpo presente se celebrará este jueves a las 10 horas en el santuario de Nuestra Señora Auxiliadora de Corumbá.

Nacido en Acebes del Páramo, León, España, el 23 de febrero de 1943, ingresó en los Salesianos en 1961 y fue ordenado sacerdote el 2 de julio de 1972. El obispo fallecido estudió filosofía en Medina del Campo (Valladolid) y teología en Verona (Italia). También era licenciado en pedagogía, economía, administración y contabilidad.

Después de prestar diferentes servicios en la congregación salesiana en Brasil, en los estados de São Paulo, Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, fue nombrado obispo de la diócesis de Corumbá el 7 de diciembre de 2004, siendo ordenado por su predecesor, Mons. Milton Antonio dos Santos, el 30 de enero de 2005. A finales de 2018 el Papa Francisco aceptó su renuncia.

La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil - CNBB emitió una nota de pesar, firmada por la presidencia, donde muestra su "solidaridad con la familia, la Sociedad Salesiana de Don Bosco, los amigos y el pueblo de Dios presente en la diócesis de Corumbá".

La nota agradece a Dios "las más de cuatro décadas dedicadas como misionero salesiano a la Iglesia en Brasil y al carisma educativo, especialmente a la Iglesia particular de Corumbá". Se le recuerda por la "serenidad y la profunda vivencia de la fe como marcas del ministerio de este pastor". Junto a esto, la presidencia de la CNBB, recordando las palabras del Papa Francisco a la 58ª Asamblea General, celebrada virtualmente la semana pasada, donde dice: "El pregón de Pascua es un pregón que renueva la esperanza en nuestros corazones: ¡no podemos rendirnos! Como cantamos en la Secuencia del Domingo de Resurrección: "Duelo fuerte y más fuerte: es la vida la que se enfrenta a la muerte". Sí, queridos hermanos y hermanas, el más fuerte está de nuestro lado. ¡Cristo venció! ¡Ha vencido a la muerte! Renovemos la esperanza de que la vida vencerá".