XX Congreso Latinoamericano y del Caribe de Cáritas Sinodalidad, solidaridad y esperanza, modo de avanzar de Cáritas Latinoamericana y del Caribe

XX Congreso Latinoamericano y del Caribe de Cáritas
XX Congreso Latinoamericano y del Caribe de Cáritas

“La comunión constituye la esencia de Dios y del ser humano creado a su imagen y semejanza"

“La solidaridad es un valor fundamental de nuestra identidad”

Dar respuestas a los desafíos desde su conciencia e identidad como Pueblo de Dios, que hunde sus raíces en la comunión y unidad trinitaria, y se mueve con la fuerza sinodal, concretada en la Asamblea Eclesial, privilegiando la opción por los pobres y excluidos, y una mayor participación de los jóvenes y de las mujeres en espacios de decisión

Sinodalidad, solidaridad y esperanza pueden ser consideradas las líneas marco sobre las cuales Cáritas Latinoamericana y del Caribe quiere seguir construyendo caminos de futuro en su tentativa de ser expresión de una Iglesia samaritana en el continente. Una propuesta que está siendo construida en su XX Congreso, que está siendo realizado en Puerto Rico de 1 a 4 de junio de 2023, con la participación presencial de 150 personas de 22 países, a quienes se unen participantes en modo virtual.  

Ricardo Calle

Sinodalidad

Con relación a la sinodalidad, Ricardo Calle, secretario del Fondo Populorum Progressio del Celam, abordó esa cuestión desde la perspectiva de caminar juntos a la escucha del Espíritu Santo y de los pobres, una actitud que se inspira en lo que era vivido por las primeras comunidades cristianas. Una perspectiva que también aparece en Lumen Gentium, que afirma que “la comunión constituye la esencia de Dios y del ser humano creado a su imagen y semejanza; es su vocación”.

Desde ahí afirmó que la sinodalidad es “un modo concreto de vivir la comunión eclesial”, insistiendo en el llamado del Papa Francisco a vivirla, para desde una escucha sinodal permanente discernir un “nuevo modelo eclesial”. Escuchar el sensus fidei, escuchar “a un pueblo, en un lugar y en un tiempo”. Todo eso lo ha llevado a la realidad de Cáritas, a quien ha invitado a dar un paso a una auténtica acción sinodal de todo lo que hace en favor del Pueblo de Dios, desde la articulación, en un proceso articulado, progresivo, lento y global, que toma en cuenta a todos.

Josetxo García

Solidaridad

La solidaridad nos desafía a vivir con y como Jesús la fraternidad en las periferias, según José García, secretario ejecutivo de Cáritas Ecuador. Desde ahí preguntarse: ¿Dónde está tu hermano?, mirar la realidad, lo que nos hace “caer en la cuenta de que el plan original de Dios para la Humanidad está roto”, afirmó. Eso se traduce en una sociedad con grandes distancias, fruto de la inequidad presente en América Latina, el continente más desigual.

La solidaridad en Jesús tiene su primer paso en el proceso de encarnación y desde ahí afirmó, en relación con Cáritas, que “la solidaridad es un valor fundamental de nuestra identidad”. En esa perspectiva, insistió en que la palabra que clarifica y le da todo el sentido y sus contenidos es solidaridad compasiva, que definió como “una experiencia que transforma y moviliza todo nuestro ser”. Para ello propuso asumir algunas actitudes que se derivan de la parábola del Buen Samaritano. Se trata de descubrir que “¡los otros son constitutivos de nuestra propia identidad! Son los otros quienes nos enseñaron a hablar, a imaginar, a amar y a soñar”.

XX Congreso Cáritas

Esperanza

En un momento eclesial en América Latina y el Caribe “de gran movimiento hacia coordenadas pastorales y de servicio humanitario de gran proporción”, Mons. José Luis Azuaje reflexionó sobre la esperanza. Para hacerla realidad insistió en “ser muy conscientes de la responsabilidad que tenemos cada discípulo misionero como seguidores de Jesús ante su Pueblo, ante los pobres, ante la historia”. En un continente que tras el Vaticano II “ha soñado siempre con mejores tiempos”, ha destacado el sueño misionero que el Papa Francisco presenta en Evangelii Gaudium, “un sueño profundo, de largo alcance, comprometedor”.

Afirmando que el Papa invita a tener “un sueño grande y un sueño capaz de cobijar a todos”, hizo ver que “en nuestra América Latina y El Caribe, podemos soñar con nuevos tiempos si somos capaces de superar el inmovilismo y la reactividad con la que solemos hacer las cosas, para proponer novedades, nuevas metodologías y actitudes”, viendo necesario “profundizar el sentido eclesiológico presente en nuestra Iglesia, pero siempre desde la centralidad en Jesucristo y su Reino”.

Una Iglesia Pueblo de Dios, en salida, que en las Cáritas del continente ha dado pasos para ser Iglesia sinodal, que trabaja en redes, escucha, se deja guiar por los sueños del Papa Francisco en Querida Amazonía: social, cultural, ecológico, eclesial. Desde ahí dar respuestas a los desafíos desde su conciencia e identidad como Pueblo de Dios, que hunde sus raíces en la comunión y unidad trinitaria, y se mueve con la fuerza sinodal, concretada en la Asamblea Eclesial, privilegiando la opción por los pobres y excluidos, y una mayor participación de los jóvenes y de las mujeres en espacios de decisión.

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