La Asamblea Sinodal del Sínodo de la Sinodalidad inició este 18 de octubre los trabajos del cuarto Módulo, que debate sobre “Participación, responsabilidad y autoridad”. Poco a poco se van conociendo algunos detalles, entre ellos que el Documento de Síntesis, como ha informado Paolo Ruffini, “será breve y estará al servicio de un proceso que va a seguir adelante, será un texto transitorio que va a contener los puntos de consenso y aquellos donde no hubo acuerdo”, así como las preguntas abiertas a ser respondidas.

Un Documento de Síntesis y una Carta al Pueblo de Dios

El prefecto del Dicasterio para la comunicación insistió en que “la Síntesis no es un Documento Final y tampoco el Instrumentum de la próxima asamblea” y tendrá una redacción sencilla. Igualmente se ha decidido elaborar una carta mensaje para contar a todo el Pueblo de Dios la experiencia de los participantes en la Asamblea Sinodal.

En la rueda de prensa diaria estuvieron presentes el cardenal Leonardo Ulrich Steiner, arzobispo de Manaos (Brasil), Mons. Zbigņev Stankevičs, arzobispo de Riga (Letonia), Mons. Pablo Virgilio S. David, obispo de Kalookan (Filipinas), y Wyatt Olivas, que con 19 años es el participante más joven del Sínodo.

Una Iglesia con una larga experiencia de sinodalidad

El cardenal Leonardo Steiner compartió la experiencia de la Amazonía, "una Iglesia que tiene una larga experiencia de sinodalidad, sin utilizar la palabra sinodalidad. Una Iglesia que ha buscado involucrar a todos los ministerios y a todas las vocaciones en la evangelización, en las discusiones". El arzobispo de Manaos destacó la presencia de indígenas, religiosos, sacerdotes, diáconos permanentes y obispos en las asambleas. Relató la experiencia sinodal en la Archidiócesis de Manaos, con amplia participación en el proceso de escucha, que sirvió para enviar los resultados al Sínodo actual.

Steiner expresó su alegría al ver que "el sínodo está siendo un proceso, no buscamos soluciones de inmediato, sino que nos ejercitamos en la sinodalidad", afirmando que está claro que habrá que llegar a conclusiones y decisiones. Es un proceso sinodal en el que todos buscan aportaciones, "en el que todos tienen la oportunidad de hablar, de expresarse, de exponer sus ideas siempre por el bien de la Iglesia, siempre teniendo en cuenta la misión de la Iglesia, que es anunciar el Evangelio, anunciar el Reino de Dios. Todos nosotros en este proceso".

El cardenal agradeció al Santo Padre por "convocar un Sínodo para que podamos reflexionar y ejercitarnos en la sinodalidad". Y para la Iglesia en la Amazonía, esto es "un incentivo adicional para continuar en este camino de escuchar a todos y de involucrar a todos en el proceso evangelizador". El purpurado destacó el deseo de la Amazonía de "escuchar las culturas de la región, que son las culturas indígenas, para que a partir de la cultura podamos presentar el Evangelio, pero también a partir de la cultura podamos hacer nuestras celebraciones".

Un soplo del Espíritu que quiere renovar la Iglesia

Un Sínodo que es algo que entusiasma al joven norteamericano, especialmente al descubrir el deseo del Papa de escuchar a todos. Un proceso que en el caso de Mons. Zbigņev Stankevičs, obispo en un país con dos millones de habitantes, con un 20 por ciento de católicos, a pesar de las reticencias de algunos, lo ve como “un soplo del Espíritu Santo que quiere renovar la Iglesia”, insistiendo en que la tarefa principal del Sínodo es escuchar a todos, no sólo los católicos, e “intentar reconocer lo que el Espíritu Santo quiere decir a Iglesia hoy”, siendo clave las enseñanzas del Concilio Vaticano II y la llamada a despertar el sentimiento de corresponsabilidad. Descubrir los dones y carismas de todos y ver cómo pueden aplicarse para el servicio de la Iglesia. Algo que también aplicó a las mujeres y sus dones particulares.

Por su parte, el obispo filipino se refirió a los muchos migrantes filipinos en todo el mundo y cómo es apreciada su presencia. Eso lleva a los obispos a preguntarse si han formado a estas personas en la corresponsabilidad en la misión, objetivo de este Sínodo, llamando a hacer que los laicos se den cuenta de su corresponsabilidad en la misión como tema más importante del Sínodo. Igualmente, como ya han hecho otros, la disposición de la Sala Sinodal en mesas redondas, a diferencia del otro Sínodo en que participó, pues eso muestra “nuestra igualdad, somos todos discípulos en el Bautismo, estamos destacando nuestra igualdad como bautizados”.

Escuchar para saber lo que son y sus necesidades

Para el cardenal Steiner, "escuchar a las comunidades nos da una idea de lo que piensan las comunidades, de lo que son, de lo que les gustaría ser y de las necesidades que tienen". Señaló que "nuestras comunidades del interior, casi todas están dirigidas por mujeres, y las mujeres insisten en tener más formación para poder ejercer mejor su ministerio, su liderazgo, y piden ministerios propios", citando como ejemplo el Ministerio del Bautismo, que permitiría celebrar el Bautismo sin la presencia de un sacerdote, destacando la creciente conciencia de las comunidades de que "pueden celebrar un sacramento como comunidad".

En cuanto a las comunidades indígenas, en Manaos hay más de 70.000 indígenas, con culturas y lenguas diferentes, defendió la necesidad de "escuchar para entender cuáles son sus necesidades, cuáles son sus sugerencias, cómo celebrar la Eucaristía, cómo estar a su lado, cómo cuidar el medio ambiente". El cardenal denunció la deplorable situación en la que se encuentra la Amazonía con la sequía, donde "los grandes y famosos ríos de la Amazonía están casi secos", y junto a ello el humo y los incendios.

Una Iglesia activa, samaritana, presente, misericordiosa, consoladora

El presidente del Regional Norte 1 de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil destacó que "los indígenas nos ayudan a comprender esta realidad, esta relación con el medio ambiente. Ellos nos alertan y nos ayudan a entender la necesidad de hacer realidad el cuidado de lo que el Papa Francisco llama nuestra casa común." Por eso, "escuchar a nuestras comunidades de esta manera sinodal nos ayuda mucho a ser una Iglesia activa, samaritana, presente, misericordiosa, pero también consoladora".

Una sinodalidad que "ayuda mucho, porque las comunidades nos dicen cómo ser Iglesia, no el obispo diciéndonos cómo deben ser las comunidades, sino las comunidades ayudándonos a entender mejor cómo ser Iglesia en la realidad que vivimos". También señaló que, como expresión de la sinodalidad, las comunidades dicen cómo quieren celebrar, teniendo en cuenta la piedad popular, que siempre ha alimentado la vida de las comunidades. Por último, subrayó que "a la hora de tomar decisiones, votan todos, menos el obispo. Las líneas de evangelización, cómo debemos ser Iglesia, todo el mundo vota. Yo, como obispo, me empeño en no votar, porque ellos son la Iglesia, y representan a las comunidades" y son estas personas las que nos ayudan a ser una Iglesia evangelizadora, que "se entiende también como la Iglesia de los pobres".