Al inicio del año 2022, todavía marcado en Brasil por la pandemia del Covid-19, que tanto ha afectado a la población del país, especialmente a los más pobres, el presidente de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), lanzó un mensaje en el que afirma que «la humanidad debe comprender que la llamada nueva normalidad no puede significar un retorno al pasado«.

«Las actitudes egoístas, el consumo sin límites, el desprecio por la casa común y la indiferencia hacia los más pobres han causado muchas enfermedades», insiste Mons. Walmor Oliveira de Azevedo. Por ello, «el nuevo año debe inspirar cambios profundos«, que, según él, son transformaciones que «deben empezar dentro de cada uno de nosotros».

El arzobispo de Belo Horizonte señaló que «los cristianos tienen el reto de mostrar el camino, ser ejemplares en el seguimiento de Jesucristo. Se trata de sembrar la fraternidad y la amistad social mediante gestos de solidaridad y de defensa de los derechos y la justicia”.

Según Mons. Walmor, «cuando los discípulos de Jesús miran a cada persona, reconocen que hay un hermano, una hermana. Por tanto, sienten compasión y no se dejan dominar por la indiferencia y el odio”. En esta perspectiva, subraya que «hay que construir la meta de 2022, reconstruir cada vez más la fraternidad, la amistad social, sobre los pilares de la solidaridad y las enseñanzas de Jesucristo nuestro Señor».

Su presidente recuerda que «estamos ya en el contexto del Año Jubilar para celebrar el 70 aniversario de la CNBB, del 14 de octubre de 2021 al 14 de octubre de 2022». Considera que este momento es «una oportunidad para reverenciar las siete décadas de nuestra Conferencia Episcopal, rindiendo homenaje a los evangelizadores y pastores, que ayudaron a tejer esta hermosa historia, dejándonos una herencia profética».

En este Año Jubilar, según el arzobispo de Belo Horizonte, «avanzaremos más en la tarea de invertir en una iglesia sinodal, efectivamente de comunión y de participación fecunda en la misión«. Insistió en que «no será, por lo tanto, un simple tiempo de conmemoraciones, sino que contemplaremos nuestra historia, atentos a los desafíos superados por los evangelizadores que nos precedieron para revigorizar, siempre más, el compromiso de ayudar a Brasil a ser más justo, solidario y fraterno». Finalmente, Mons. Walmor insistió en que «es hora de reconstruir Brasil, es hora de reconstruir la sociedad en la justicia y la paz».