Representantes de los pueblos originarios en la asamblea sinodal expresan sus impresiones Los indígenas afirman que “La persona más lúcida del Sínodo es el Papa, y eso nos dio esperanza”

Encuentro de los Indígenas con el Papa
Encuentro de los Indígenas con el Papa

Los pueblos indígenas han hablado de forma directa, sin los rodeos propios del mundo occidental y, por qué no decirlo, de la Iglesia, convirtiéndose en una voz importante, algunos la califican decisiva, en el desarrollo del Sínodo para la Amazonía

Francisco se ha convertido para los indígenas en una especie de estandarte, con quien se sienten seguros, “alguien que genera mucha confianza”

“El Papa quiere escucharnos, pero no tiene respaldo”

“Hemos insistido en que queremos un aliado en la defensa de la Amazonía, de las culturas y de las espiritualidades”, a partir de ahora “sé que nada va a volver a ser lo mismo, y eso ya es avanzar, esa es la parte positiva del Sínodo”

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Los pueblos indígenas entienden la realidad de una forma diferente, son capaces de percibir detalles que a los hijos de otras culturas se nos escapan. Por eso, es importante intentar descubrir lo que el Sínodo para la Amazonía, el primero en que representantes de los pueblos originarios han tenido voz dentro del aula sinodal, ha significado para ellos, que nunca habían soñado participar de un momento simular.

Muchos reconocen que ha sido un tiempo de gran aprendizaje, aunque al principio no fue fácil, el escenario, el ritmo de trabajo, el lenguaje, la desconfianza y falta de comprensión de lo que representan los pueblos originarios por parte de algunos miembros de la asamblea, de las injusticias que estos pueblos han sufrido a lo largo de la historia, fue motivo para que en los primeros días, los indígenas se limitasen a ver y escuchar, para después, de forma directa, sin los rodeos propios del mundo occidental y, por qué no decirlo, de la Iglesia, se convirtiesen en una voz importante, algunos la califican decisiva, en el desarrollo del Sínodo para la Amazonía.  

La voz del Espíritu, de los ancestros, es algo que los indígenas han sentido en estos días, algo que también a ellos, acostumbrados a tener esa actitud en sus relaciones cotidianas, les ha hecho descubrir que la escucha es algo fundamental. Es un Espíritu que siempre ha estado presente en la vida de los pueblos, inclusive antes de la llegada de los misioneros católicos. Es una fuerza que está presente en ellos, que hace que “esté donde esté no tenga vergüenza de hablar mi lengua, de profesar mi fe”, afirma Cesar Tánguila, Presidente de los Servidores de la Iglesia Católica de las Nacionalidades indígenas del Ecuador.

Patricia Gualinga con el Papa Francisco

Si alguien siente la cercanía del Papa y afirma su apoyo incondicional hacia él son los pueblos originarios de la Amazonía. Francisco se ha convertido para ellos en una especie de estandarte, con quien se sienten seguros, “alguien que genera mucha confianza”, como enfatiza Anitalia Pijachi, indígena okaina witoto, que dice haber venido al Sínodo para participar “de un diálogo al que el Papa nos ha invitado abiertamente”. De hecho, como enfatiza Patricia Gualinga, del pueblo kichwa de Sarayaku, “la persona más lúcida del Sínodo es el Papa, y eso me dio esperanza”, una opinión compartida por la mayoría de los indígenas presentes en el aula sinodal. La indígena ecuatoriana destaca la claridad que tiene el Papa Francisco y que en sus decisiones “se la va a jugar de alguna manera”. Él es alguien en quien se destaca “su sencillez y sabiduría”, según José Narciso Jamioy Muchavisoy, taita (maestro) del clan Kamëntsá, de Colombia, lo que le causa admiración, pues “nos ha dado un ejemplo como persona”.

Algo que los indígenas han percibido es que “el Papa quiere escucharnos, pero no tiene respaldo”, afirma Yesica Patiachi, la harakbut de la Amazonía peruana, que ve como algo importante “hacer entender al Papa y a los padres sinodales la realidad de los pueblos indígenas para que a partir de ahí puedan tomar decisiones”, aunque ella misma afirma que, en algunos de los participantes de la asamblea sinodal, “no he visto sentimiento de apertura para entender el dolor de la Amazonía”, lo que el Papa reconocía en Laudato Sí, donde se expresa ese dolor que sienten los pueblos de la Amazonía.

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Para los indígenas el hecho de poder hablar de igual a igual con cardenales, obispos es algo importante, y en ese sentido fue fundamental el discurso inicial del Papa Francisco, donde insistía en hablar sin miedo, con parresia. No olvidemos que, como señala Patricia Gualinga, en sus circunscripciones eclesiásticas “los padres sinodales mandan y aquí son cuestionados, lo que a algunos les incomoda”. De hecho, la líder indígena ecuatoriana reconoce que algunos de los padres sinodales son abiertos con los indígenas presentes en la asamblea, pero otros huyen de ellos.

De cara al documento final, los indígenas esperan que “el Papa tenga una palabra en defensa de nuestro territorio, nuestro autogobierno, nuestra educación, nuestra sistema de salud, que la Iglesia nos acompañe en nuestras luchas”, como dice Anitalia Pijachi. De hecho, los indígenas, en palabras de Patricia Gualinga, “hemos insistido en que queremos un aliado en la defensa de la Amazonía, de las culturas y de las espiritualidades”, a partir de ahora “sé que nada va a volver a ser lo mismo, y eso ya es avanzar, esa es la parte positiva del Sínodo”. Un documento que cuando llegue va a suponer un gran desafío, pues debe ser llevado de vuelta a las comunidades locales, que tendrán dificultad para entenderlo. Pero eso ya es trabajo de la siguiente etapa, la más importante, la postsinodal.

Indígenas con el Papa

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