Elegidos dentro de la 57ª Asamblea General de la CNBB Tres obispos pro Francisco en la Presidencia del episcopado brasileño

La nueva cúpula episcopal de Brasil
La nueva cúpula episcopal de Brasil

“Nuestra mirada debe permanecer dirigida hacia los más pobres, fortaleciendo nuestras acciones en el ejercicio de la caridad, del amor, en la búsqueda de la justicia, imprescindible para la construcción de la paz, tan necesaria en la actualidad”, afirmó el nuevo Presidente

El arzobispo de Porto Alegre, Primer Vicepresidente, fue uno de los representantes del episcopado brasileño en el Sínodo de la Juventud

El Segundo Vicepresidente ha dicho aceptar “por la Amazonía y por el pueblo brasileño”

Elección cnbb
Han sido elegidos este lunes, 6 de mayo, quienes van a comandar la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil – CNBB, en los próximos cuatros años. El nuevo Presidente es Monseñor Walmor Azevedo, Arzobispo de Belo Horizonte, el Primer Vicepresidente, Monseñor Jaime Spengler, Arzobispo de Porto Alegre, y el Segundo Vicepresidente, una novedad a partir de este año, Monseñor Mario Antonio da Silva, obispo de Roraima.

Sobre el Presidente, Robson Savio Reis Souza, Profesor del Departamento de la Religión de la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais, de la que el nuevo presidente es Gran Canciller, ha señalado que se trata de alguien “sensible a las propuestas del Papa Francisco”, algo que se puede afirmar también de los dos vicepresidentes. Junto con eso, el Coordinador del Núcleo de Estudio Sociopolíticos define a Monseñor Walmor Azevedo, como “un obispo extremadamente dedicado a la Iglesia, gran administrador, sensible social y pastoralmente, muy preocupado con la formación de los presbíteros, dialogante con todas las fuerzas políticas, concienzudo con la doctrina, el derecho canónico y la tradición eclesial, sabe delegar en los otros y es muy exigente con los resultados”. Desde esa perspectiva, el profesor afirma que esta es una buena elección dentro de la actual coyuntura.

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En una nota emitida poco después de ser elegido, el nuevo presidente, que acaba de cumplir 65 años el pasado 26 de abril, reconocía que se trata de “una gran responsabilidad, pues son muchos los desafíos”, entre ellos podemos destacar la visión enfrentada que existe entre la CNBB y el actual gobierno brasileño en diferentes temas, sobre todo en lo que hace referencia a la reforma de la Seguridad Social, que en sus propuestas supone una amenaza para la mayor parte de la población brasileña.

De hecho, en la nota se muestra contrario a las políticas del gobierno, al señalar que “nuestra mirada debe permanecer dirigida hacia los más pobres, fortaleciendo nuestras acciones en el ejercicio de la caridad, del amor, en la búsqueda de la justicia, imprescindible para la construcción de la paz, tan necesaria en la actualidad”, una afirmación que muestra la crispación social existente en Brasil, que sólo ha aumentado en los últimos meses, donde la polarización es cada vez más evidente. A eso añade la necesidad de cultivar siempre “un corazón sensible a los dolores de los excluidos, de los olvidados, conscientes de que Jesús nación y creció entre los más pobres”. Junto con eso, el Arzobispo de Belo Horizonte pide una Iglesia cada vez más misionera, en salida, siguiendo el pedido del Papa Francisco.

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El primer vicepresidente, en quien muchos veían al nuevo presidente antes de la elección, el franciscano Jaime Spengler, ocupaba hasta ahora la presidencia de la Comisión de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada, cargo similar al ocupado en el Vaticano dentro de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica. De hecho, el arzobispo de Porto Alegre fue uno de los representantes del episcopado brasileño en el Sínodo de la Juventud, celebrado en el Vaticano en octubre de 2018, donde señalaba como uno de los grandes desafíos para la Iglesia hoy en día, el transmitir la fe a los más jóvenes y cooperar para mostrar caminos de vida, de realización, de felicidad y de Dios.

El Segundo Vicepresidente, el único elegido en la segunda votación, pues tanto el Presidente como el Primer Vicepresidente tuvieron que esperar al tercer escrutinio, es alguien de quien podemos decir que aunque nació en el sur de Brasil, se ha amazonizado desde que llegó a la región para ser obispo auxiliar de Manaos en 2010, hasta el punto de responder cuando fue cuestionado si aceptaba el cargo, que lo hacía “por la Amazonía y por el pueblo brasileño”. Su figura ha ido cobrando relevancia en los últimos tiempos dentro de la Iglesia brasileña por el gran trabajo realizado por la diócesis de Roraima en la acogida de los migrantes venezolanos, una labor apoyada de forma expresa y continua por su obispo.

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La elección de Monseñor Da Silva también cobra un significado especial en vista del Sínodo para la Amazonía, que será celebrado en Roma de 6 a 27 de octubre. De hecho, el obispo de Roraima siempre ha sido uno de los obispos más actuantes en la Red Eclesial Pan Amazónica – REPAM, a quien el Papa Francisco ha dado un papel destacado dentro del proceso sinodal. De hecho su presidente, el Cardenal Claudio Hummes, acaba de ser nombrado relator general el pasado día 4 de mayo.

En general, sobre la elección podemos decir, como reconocían algunos de los presentes, que ha sido una votación muy serena y rápida, que vino precedida de la presentación de diferentes candidatos por cada uno de los 18 regionales en los que se divide la Iglesia brasileña, haciéndose visible un ambiente muy fraterno y sinodal. Al mismo tiempo, esas mismas fuentes reconocen que la reacción después de la elección de la nueva presidencia ha sido muy buena.

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