En estrevista a la Folha de São Paulo analiza la situación del país El presidente del episcopado brasileño, ve “la necesidad de un consistente programa de vacunación, exigiendo la superación de desgobiernos y politizaciones abominables”

Mons. Walmor Oliveira de Azevedo
Mons. Walmor Oliveira de Azevedo

“La gravedad fue subestimada, y las medidas adoptadas por las instancias gubernamentales ignoraron las preciosas contribuciones del campo científico

“Sin un sentido generalizado de corresponsabilidad, el país sufrió con una explosión de casos y aumento de la pobreza, pues el descontrol de la pandemia agrava sus consecuencias en la economía”

“Nadie tiene el derecho de ofender a otra persona impunemente, dedicarse a lanzar calumnias, esparcir mentiras”

2020 nos ha enseñado “a aprender, con humildad, un nuevo estilo de vida, percibiendo con todavía más claridad que, ante la obra del Creador, somos pequeños y nada controlamos”

Entrega de kits

La Iglesia brasileña, en este tiempo de pandemia, no ha interrumpido su acción misionera entre los más pobres, lo que ha provocado que muchos católicos, a pesar de adoptar las medidas de prevención, se hayan contagiado, inclusive hayan muerto, al servicio de la fe. Quien así habla es Monseñor Walmor Oliveira de Azevedo, presidente de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil – CNBB, en entrevista a la Folha de São Paulo, publicada este 17 de diciembre.

La adaptación de la Iglesia a los tiempos virtuales, ha sido, según el arzobispo de Belo Horizonte, “con sus peligros naturales, pero bastante exitosa”, algo que radica en “la implicación de los fieles laicos, agentes de la Pastoral de la Comunicación, que contribuyeron para que nuestras comunidades expandiesen su alcance a partir de las tecnologías digitales”. Junto con esa vida virtual, el arzobispo insiste en que “la Iglesia organiza sus celebraciones presenciales siempre atenta a los indicadores de la pandemia”, insistiendo en que “es necesario asumir que somos corresponsables unos por los otros”.

Como ha manifestado desde el inicio de la pandemia, el presidente del episcopado brasileño denuncia una vez más que “la gravedad fue subestimada, y las medidas adoptadas por las instancias gubernamentales ignoraron las preciosas contribuciones del campo científico”, algo que ha condicionado la vida de la población, que ha encontrado en las palabras y actitudes del gobierno, principalmente de Bolsonaro, una disculpa que ha contribuido “para que muchos no cumpliesen las medidas de prevención”.  Para el arzobispo, “sin un sentido generalizado de corresponsabilidad, el país sufrió con una explosión de casos y aumento de la pobreza, pues el descontrol de la pandemia agrava sus consecuencias en la economía”.

Covid en Brasil

Ante la actual realidad que Brasil está viviendo, el presidente del episcopado ve “la necesidad de un consistente programa de vacunación, exigiendo la superación de desgobiernos y politizaciones abominables”. Las palabras de Monseñor Azevedo de Oliveira cobran especial relevancia ante la postura del presidente brasileño, que está poniendo todo tipo de dificultades para que la vacuna llegue cuanto antes a la población y ha dicho que no se va a vacunar. No podemos olvidar que Brasil, con 183.959 muertos, que en realidad deben ser más, es el segundo país del mundo en número de fallecidos.

Según el prelado, “podría haber habido más diálogo” con el actual gobierno, “pues la Iglesia tiene mucho a contribuir”. En ese sentido, insiste la postura de la Iglesia tiene como fundamento “el Evangelio de Jesucristo, sin partidismos, sin defensa de intereses mezquinos”. Desde esa perspectiva, el presidente de la CNBB afirma que “la Iglesia, insistentemente, defiende que es preciso cuidar de los más pobres”, algo que debería también ser la base de “todo gobierno que desea tener éxito en la misión de ayudar en la construcción de una sociedad más justa”.

La postura del episcopado y la denuncia de las actitudes del gobierno Bolsonaro, ha hecho que, desde ciertos grupos católicos, la CNBB sea acusada de comunista, un calificativo del que también es víctima el Papa Francisco. En ese sentido, el presidente de la entidad afirma que “nadie tiene el derecho de ofender a otra persona impunemente, dedicarse a lanzar calumnias, esparcir mentiras”, insistiendo en que “algunas personas se dedican a calumniar e actuar con agresividad, adoptando un modo de ser incoherente con la fraternidad cristiana”. Desde la CNBB se están dando pasos para denunciar esos crímenes, afirma su presidente.

Bolsonaro Covid

Sobre las últimas elecciones municipales, celebradas el pasado noviembre, el arzobispo de Belo Horizonte destaca que el resultado muestra que “la gente no tolera extremismos, sea del lado que sea”. Frente a las acusaciones de apoyar a determinados candidatos, lo cual niega, Azevedo de Oliveira señala la necesidad de “alejarse de aquellos que hacen proselitismo y no priorizan a los más pobres”, así como de “aquellos que se proponen construir la ‘bancada de la Iglesia católica’”, dejando claro que “la Iglesia no constituye grupos en los parlamentos para defender sus intereses”.

Preguntado sobre el aborto y la postura contraria que tuvo en relación al aborto de una niña de diez años, embarazada después de ser violada por su tío, meses atrás, el arzobispo parte del principio de que “la vida es inviolable, en todas sus etapas”, algo que ve como “un principio innegociable, que debería inspirar leyes y decisiones en las instancias de poder”. Por eso pide de las autoridades el cuidado para que “las madres puedan vivir una gestación saludable y ofrecer perspectivas de un futuro digno para la madre y su niño”. A pesar de su postura, el presidente del episcopado deja claro que respeta la ley vigente y que “no podemos imponer nuestras perspectivas”.

Frente a los abusos del clero, en los que se ha visto salpicado en las últimas semanas el arzobispo de Belém, investigado por abuso sexual, defiende que nadie puede ser condenado antes de ser juzgado y hace referencia al empeño de la CNBB en el combate de estas situaciones, para lo que ha instituido recientemente el núcleo que va a auxiliar a las diócesis en la creación de sus comisiones responsables para encaminar denuncias a la Santa Sede”. El arzobispo también reflexionaba sobre el racismo, “un mal que necesita ser enfrentado, inclusive en la Iglesia”, y el aumento de personas sin religión en Brasil y en el mundo, algo que es fruto, de que “el ser humano, gradualmente, se cierra en sus propias convicciones, creyéndose el centro de todo”.

2020 nos ha enseñado, en palabras del presidente de la CNBB, “a aprender, con humildad, un nuevo estilo de vida, percibiendo con todavía más claridad que, ante la obra del Creador, somos pequeños y nada controlamos”. Junto con eso, destaca que “este tiempo de pandemia muestra justamente que el ser humano propaga la muerte cuando, irresponsablemente, sin considerar el mañana, trata con irresponsabilidad al planeta”. Pero al mismo tiempo, también “ha inspirado conversiones, luces que brillan en las tinieblas, disipando la oscuridad”.

Iglesia brasileña Covid

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