Mensaje de Mons. Walmor Oliveira de Azevedo con motivo del Día de la Patria El presidente del episcopado brasileño llama a “superar el sentimiento de hostilidad hacia quien piensa diferente”

Mons. Walmor Oliveira de Azevedo
Mons. Walmor Oliveira de Azevedo

“Sin el respeto a las diferencias, con la tarea de convertirlas en riqueza y fuerza, la democracia está comprometida”

“Un país mejor, más justo, solidario y fraterno no puede construirse a partir de las hostilidades, de acciones que buscan destruirse mutuamente”

“Adoptar la solidaridad como principio, buscando contribuir a mejorar la vida de los que más sufren”

“Es deber de todo brasileño proteger la Amazonía, proteger a los pueblos tradicionales del territorio amazónico”

7 de Setembro

El 7 de septiembre es la Fiesta Nacional brasileña, el día en que se conmemora la Independencia, ocurrida en la misma fecha, en 1822. Con motivo del Día de la Patria, el presidente de la Conferencia Episcopal de los Obispos de Brasil – CNBB, Monseñor Walmor Oliveira de Azevedo, ha lanzado un mensaje en el que analiza la actual situación por la que Brasil está pasando, mostrando pistas sobre el rumbo que el país debería tomar.

En un país cada vez más dividido, algo a lo que contribuye la postura del actual presidente, Jair Bolsonaro, el presidente de la CNBB denuncia el “creciente odio e intolerancia”, haciendo una llamada a descubrir “las muchas riquezas que residen en nuestras diferencias”. Las redes sociales se han convertido en Brasil en local de agresión, alimentada por un clima hostil que nos aleja de la hermandad, según el arzobispo de Belo Horizonte. Esta situación se agrava con la pandemia del nuevo coronavirus, que ya se ha cobrado la vida de 126.686 personas y ha superado los 4 millones contagios, con desastrosas consecuencias en el campo social y económico. En esa coyuntura, el prelado ve el Día de la Patria como momento “especial para escuchar los gritos de los más pobres”.

En Brasil, coincidiendo con el Día de la Patria, se celebra desde 1995 el Grito de los Excluidos, que según el presidente de la CNBB “señala direcciones importantes y pide nuevas respuestas”, algo fundamental en un país donde “es necesario superar el sentimiento de hostilidad dirigido hacia aquellos que piensan de forma diferente y cultivar siempre la disposición al diálogo”, una actitud a la que muchos brasileños no están dispuestos, comenzando por el actual presidente del país. En sus palabras Monseñor Walmor deja claro que “cuando se reconoce la dignidad de la vida humana, todos son hijos e hijas de Dios, se hace más fácil ser fiel a los principios éticos que garantizan la coexistencia”.

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En sus palabras el arzobispo insiste en que “sin el respeto a las diferencias, con la tarea de convertirlas en riqueza y fuerza, la democracia está comprometida”, una advertencia importante en un país donde el propio presidente de la República se ha erigido en una grave amenaza para la estabilidad democrática, llevando a cabo algo que Monseñor Walmor denuncia, pues “no está permitido atacar, calumniar o despreciar a aquellos con los que se establecen desacuerdos”, que defiende el respeto y el diálogo como algo que forma parte del “grupo de los lúcidos, aquellos que superarán la estupidez del autoritarismo y la indiferencia hacia los pobres de la tierra”. Por todo eso, insiste en que “un país mejor, más justo, solidario y fraterno no puede construirse a partir de las hostilidades, de acciones que buscan destruirse mutuamente”.

Para construir el futuro del país, una tarea ardua dadas las graves consecuencias del COVID-19, fruto de actitudes equivocadas por parte del poder ejecutivo, el presidente del episcopado propone “adoptar la solidaridad como principio, buscando contribuir a mejorar la vida de los que más sufren”, denunciando que “la desigualdad social es una herida vergonzosa en la sociedad brasileña”. Ante esta grave lacra, determina el día a día de uno de los países más desiguales del mundo, Monseñor Walmor exige “a los gobernantes y servidores del pueblo que involucren a toda la sociedad en las instancias de poder más dedicadas a los empobrecidos, con proyectos capaces de generar empleo e ingresos, proporcionando políticas públicas audaces para superar la desigualdad”.

En un país donde fue congelada la inversión en educación y sanidad para los próximos 20 años, el presidente de la CNBB señala que la pandemia muestra la urgencia de invertir en la sanidad pública, que se ha mostrado imprescindible para que las consecuencias del COVID-19 no sean todavía peores, un sistema que no funciona en plenitud “por razones de incompetencia y voluntad política”. En ese sentido, el arzobispo reclama mayor unidad y trabajo en sinergia para superar la pandemia, pidiendo que “las autoridades encuentran maneras de mantener la red de emergencia dedicada a los más pobres hasta 2021, traten de ayudar a los pequeños empresarios e inviertan en la agricultura familiar”, dejando claro que “la prioridad debe ser proteger a los más vulnerables”.

Bolsonaro

En algo que puede ser entendido como una denuncia a las palabras y actitudes de Bolsonaro y sus apoyadores, el presidente de la CNBB exige que las instituciones democráticas deben ser preservadas y fortalecidas, afirmando que “no podemos permanecer callados e inertes ante los ataques a la democracia”. Junto con eso, hace una llamada a “superar la persecución de los que defienden los derechos humanos, pues la vida es un don precioso que hay que defender siempre”. Al mismo tiempo, insiste en “que la cultura de la participación ciudadana responsable prevalezca sobre las manifestaciones antidemocráticas”, momentos de los que ha llegado a participar el actual presidente de la República.

Ante las amenazas a las que se ve sometida la Amazonía y sus pueblos, cada vez más evidentes y de mayor gravedad, Monseñor Walmor Oliveira de Azevedo, afirma que “el Día de la Patria se celebra en el contexto del Tiempo de la Creación, una invitación a cuidar más de la casa común”. En ese contexto insiste en la necesidad de amazonizarse, pues “es deber de todo brasileño proteger la Amazonía, proteger a los pueblos tradicionales del territorio amazónico”. Al mismo tiempo, esa llamada a amazonízarse, debe llevar a la sociedad brasileña a “aprender de nuestros hermanos indígenas a vivir más integrados con los dones de la creación”.

Brasil vive un Día de la Patria marcado por el luto, por la enfermedad. En ese contexto, el presidente del episcopado llama a no perder la esperanza, a confiar en que el mañana será mejor. Recordando las palabras del Papa Francisco: "No dejemos que nos roben la esperanza”, el arzobispo de Belo Horizonte anima a construir juntos “un nuevo tiempo a partir de la fuerza de la solidaridad”.

Monseñor Walmor Azevedo de Oliveira, Presidente de la CNBB

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