Mirar al pasado para agradecer, al presente para reconocer y al futuro para proyectar, fue la propuesta que hizo el cardenal Óscar Andrés Rodriguez Maradiaga, durante la ponencia inaugural de la 40.ª Asamblea General Ordinaria del Celam que se desarrolla en Río de Janeiro del 27 al 30 de mayo.

A la luz de los 70 años de la primera conferencia general del episcopado latinoamericano con la que nació el organismo, el purpurado recordó que la 40.ª Asamblea es celebrativa y busca fortalecer el espíritu de la colegialidad entre los obispos y el servicio a los pueblos del continente.

Caminando con el Celam

El cardenal Maradiaga es una figura destacada en la historia de la Iglesia continental y en el Consejo Episcopal, organismo del que fue secretario general, presidente y referente en distintas áreas.

Una mirada a la historia que de acuerdo con Maradiaga es muestra de “los signos de los tiempos, reflejados en el nuevo plan global y el pontificado de León XIV, que se inicia en el contexto de un año jubilar”. Aspectos que desafían al Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño, centrado en este momento en la celebración por los 1700 años del Concilio de Nicea. Acontecimiento que advierte, marcará el rumbo de las acciones pastorales del organismo durante los próximos meses.

Así, refiriéndose al futuro inmediato del Celam, el cardenal hondureño agradece a Dios por la presencia de León XIV que en su persona reúne a Canadá, Estados Unidos y América Latina. “El Papa con su nombre ya nos recuerda la importancia de la Doctrina Social de la Iglesia que inició su  antecesor en el pontificado, siendo un pionero en tiempos de la revolución industrial que asumió como ideal la denuncia de la injusticia social”, indicó.

Los retos del presente

En un contexto de revolución digital como señala el cardenal Maradiaga, el conocimiento mutuo y la fraternidad entre obispos latinoamericanos, constituye “un don y una tarea para seguir cultivando en un mundo cada vez más individualista y auto referencial”.

Para el Celam, la tarea más inmediata según el prelado, consiste en llevar adelante la implementacion del Sínodo de la Sinodalidad, que en su opinión es una “asignatura pendiente”.

Otra de las perspectivas de trabajo que se abrirá para el organismo en este 2025, es lo que resulte de la citación a las 10 comisiones especiales establecidas por el Papa Francisco, que informarán respecto a los avances obtenidos en la reflexión sobre temas específicos. “El Celam sin duda, será clave en su aplicación a nuestra realidad”, comenta.

A ese proceso se agrega la puesta en práctica de la Constitución Praedicate Evangelium, que advierte "no se refiere únicamente a la curia vaticana, sino que es un nuevo espíritu para las diócesis del mundo”.

El legado de Francisco

De esta forma define algunos retos que estarán bajo la dirección del Celam, como la participación de la Iglesia continental en la COP30 sobre el cambio climático y que se desarrollará en Belém - Brasil, en el próximo mes de noviembre. “Aquí sin duda el Celam no puede ser un simple observador”, insiste.

Para el cardenal Maradiaga es necesario dar continuidad al legado del Papa Francisco y documentos como“Laudato Si’ y Laudate Deum, esperan ser aplicados valientemente”, y en el caso de los brasileños que acogerán la COP30 así como a las miles de personas que sufren los efectos de la devastación de la casa comín les expresa su respaldo en nombre del Celam.

Reflexión a la que agregó su anhelo de que la COP30 se convierta en el primer viaje del Papa León XIV al continente. “Sería un espaldarazo a una iniciativa que choca con la indiferencia de los grandes de este mundo”, pero que por el momento es un deseo de su corazón.

Sentimientos de gratitud que en estos 70 años cobran importancia. “Gracias al Señor de la historia”, dijo el cardenal. “Gracias a Nuestra Señora de Aparecida y a todos los que han servido en el Celam en estos 70 años. Sigamos remando mar adentro en la misión, la comunión y la participación”.

Organizaciones pioneras

Un camino que se inició hace 70 años y que remontándose a los orígenes, hace que Maradiaga recuerde  la figura del Papa Pio XII que habiendo visitado el continente en sus tiempos de cardenal, tuvo la idea de organizar la primera asamblea episcopal de América Latina en Río de Janeiro, con la que nació el organismo, el mismo que decidió ubicarse en Bogotá, pensando en un punto convergente para las 22 conferencias episcopales del continente.

Igualmente, destaca en este proceso el deseo de la Iglesia latinoamericana de organizarse, sin olvidar que antes del Celam hubo otros organismos que precedieron este modelo de trabajo, como es el caso del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC) que nació en 1942 por iniciativa de los obispos de El Salvador y Costa Rica.

En 1955,  aparece el Celam y ambos organismos surgen con la perspectiva de servir a los episcopados sin perder la relación con la Santa Sede. “En esos años, los episcopados del continente estaban más relacionados con Roma y el Vaticano, que entre ellos mismos ”, recuerda el prelado.

De ahí que la preparación del Concilio Vaticano II y las conferencias generales del episcopado latinoamericano estén entre los mayores logros del Celam, al hacer aportes determinantes para la historia de la Iglesia continental.

Trabajo por la renovación conciliar

Río de Janeiro, Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida además de ofrecer directrices a los obispos de América Latina y el Caribe han lograron interpelar en diversos aspectos a la Iglesia universal a lo que se agrega el posicionamiento de figuras como el cardenal Pironio que alcanzó un alto nivel de influencia en procesos como la renovación conciliar.

Esfuerzos de los que surgieron procesos que fortalecieron conceptos como la pastoral de conjunto y facilitaron el desarrollo de aportes conceptuales y pastorales, así la aparición de nuevas vertientes de análisis como la  Teología de la Liberación basada en la “opción preferencial por los pobres”, que el cardenal señala "ahora es ya un principio maduro de la Doctrina Social de la Iglesia".

Con alegría y gratitud celebra el cardenal Maradiaga los 70 años del Celam en el contexto de la 40ª Asamblea General Ordinaria, que se desarrolla en Río de Janeiro, el lugar donde comenzó la historia, una oportunidad para avanzar en este caminar sinodal, iluminados por las cinco Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano y Caribeño, y tantos procesos pastorales que han marcado la vida de nuestras comunidades, un espíritu de comunión que invita a mirar al cielo con la memoria agradecida para renovar ese envío misionero que nos llena de vida e impulsa a seguir adelante.