Nuncio Paolo Rocco destaca legado de Santo Toribio: "Al único que es necesario tener contento es a nuestro Señor"

El Nuncio en Perú, presidió la Eucaristía que abre la agenda del Año Jubilar dedicado al santo que cumple tres siglos de canonizado. En la homilía habló de sus virtudes y la actualidad de su propuesta evangelizadora

Nuncio Apostólico de su santidad en Perú presidió la apertura del Año Jubilar
Nuncio Apostólico de su santidad en Perú presidió la apertura del Año Jubilar | INGRID SYR

“Una vida santa penetrada por la luz del resucitado”, fue una de las reflexiones que propuso monseñor Paolo Rocco Gualteri, para describir a Santo Toribio de Mogrovejo y sus aportes a la Iglesia continental.

El Nuncio Apostólico de su santidad en Perú, presidió la multitudinaria Eucaristía que el 13 de diciembre dio apertura oficial al Año Jubilar por los 300 años de su canonización en la localidad de Zaña, donde el santo vivió sus últimos años tras una vida de apostolado intenso.

Durante la homilía el Nuncio Apostólico recordó que Santo Toribio de Mogrovejo propuso un modelo de santidad que privilegió la evangelización a través de la catequesis, lo que al paso del tiempo se convirtió en uno de los pilares de su acción pastoral, fruto de una espiritualidad bien cultivada.

“Santo Toribio tenía muy presente que Jesucristo es la salvación, motivo por el cual reservaba mucho espacio en su Ministerio episcopal a la evangelización”, afirmó.

Postura que en palabras del Nuncio interpela a los creyentes de este tiempo que viven “el drama de la cultura contemporánea que se cree autosuficiente y sin la necesidad de la salvación”, por lo que a veces intenta disociar la evangelización de la catequesis.

Eucaristía de apertura del Año Jubilar por los 300 años de canonización de Santo Toribio
Eucaristía de apertura del Año Jubilar por los 300 años de canonización de Santo Toribio | INGRID SYR

Misionero incansable

Así Rocco Gualteri reflexionó sobre el evangelio de San Mateo y la encarnación de dicha página en la vida de Santo Toribio quien fuera, el segundo Arzobispo de Lima y un pastor que gobernó un inmenso territorio durante 25 años.

Tiempo en el que fue un misionero incansable que recorrió más de 40 mil kilómetros a pie; esto le permitió conocer su arquidiócesis, desde las costas del Pacífico a las alturas de los Andes, siempre de una manera directa y personal.

Experiencias que advierte Rocco aparecen consignadas en los denominados "Libros de Visitas" que se constituyen en diarios de sus largos recorridos y una rica fuente de información geográfica y etnográfica del Perú. “Una visión amplia del territorio a la que responden las convocatorias que hizo a tres concilios provinciales y trece sínodos diocesanos”, comenta.

Altar de la celebración de apertura del Año Jubilar efectuada en Zaña - Perú
Altar de la celebración de apertura del Año Jubilar efectuada en Zaña - Perú | INGRID SYR

Evangelio inculturado

Uno de los frutos más notorios de su trabajo pastoral de ese tiempo fue la creación del primer catecismo trilingüe, documento que recuerda el Nuncio, muestra el interés del santo por la riqueza de las lenguas quechua, aimara y español, reconociéndolas como un camino efectivo para facilitar los procesos de evangelización en los territorios.

Para el representante de León XIV en Perú, Santo Toribio de Mogrovejo, reorganizó la Iglesia en la América hispana, y así como “creó caminos, escuelas, iglesias, conventos y hospitales; promovió disposiciones de protección y defensa de los indígenas contra el abuso de los colonizadores, inclusive enfrentándose al poder virreinal” de la época.

Una manera de evangelizar que de vuelta a nuestra realidad es coherente con las enseñanzas del Papa León XIV, otro misionero en Perú quien asegura que “la evangelización también contempla la defensa de la dignidad humana y los auténticos derechos humanos, porque solo se llega a ser discípulo del resucitado en tanto se imita al Maestro, es decir, se hace todo lo que él nos ha enseñado”.

Sacerdotes de las diferentes jurisdicciones eclesiásticas de Perú participaron en la ceremonia
Sacerdotes de las diferentes jurisdicciones eclesiásticas de Perú participaron en la ceremonia | INGRID SYR

Responder con amor

Santo Toribio recorrió el suelo peruano para llevar la buena noticia aceptando el mandato misionero de "ir, hacer discípulos del Señor, bautizar y enseñar". Una respuesta clara al llamado del Padre frente a la que escribió en su momento: "confiando en Dios y poniendo en Él mi cuidado, no he tardado en aceptar".

Para Rocco Gualteri, el cristianismo es la religión de la compañía, no de la soledad y así como los discípulos descendieron desde el monte de Galilea, los que ahora se consagran como discípulos de la Iglesia deben hacerse cargo de los sufrimientos de todos, como hizo Jesús.

“Santo Toribio vino desde España en obediencia al mandato de Jesús y estamos agradecidos con Dios por habernos dado un Pastor tan grande”, indicó.

Paolo Rocco, Nuncio Apostólico en Perú iniciensa el altar
Paolo Rocco, Nuncio Apostólico en Perú iniciensa el altar | INGRID SYR

Volver a la esencia

Al inicio del Año Jubilar, la invitación del Nuncio Apostólico es a volver al mandato de Jesús: "Sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo".

Una certeza que no es producto de la razón sino del Espíritu que “nos asiste y da consistencia a las tareas cristianas de quienes han sido convocados para ser pastores de todos y cada uno de sus discípulos por causa del bautismo”.

Por eso advierte el prelado, es necesario recordar las palabras de Santo Toribio "al único que es necesario tener contento siempre es a Nuestro Señor" convicción que debe ser un aliciente para revivir nuestro compromiso de fe.

De esta manera el Nuncio Apostólico cerró su reflexión destacando en la figura de Santo Toribio de Mogrovejo al “hombre de gran fe y dedicación que trabajó incansablemente por la evangelización y el bienestar de los pueblos indígenas en América Latina. Un legado que sigue siendo una inspiración para muchos en la región”.

Imagen de Santo Toribio de Mogrovejo custodió el altar
Imagen de Santo Toribio de Mogrovejo custodió el altar | INGRID SYR

Vivir para servir

Santo Toribio de Mogrovejo nació el 16 de noviembre de 1538 en Mayorga, España, se formó en Derecho Canónico. En 1579, fue nombrado Arzobispo de Lima por el Papa Gregorio XIII y llegó a Perú en 1581.

Como arzobispo, organizó la Iglesia en el Virreinato del Perú, realizó múltiples visitas pastorales, defendió los derechos de los indígenas y trabajó por mejorar sus condiciones de vida.

Fundó el primer seminario de América Latina y se esforzó para mejorar la formación del clero. Fue beatificado en 1679 y canonizado en 1726 por el Papa Benedicto XIII. En Perú es considerado patrón de los derechos humanos y la educación. Su fiesta se celebra el 23 de marzo, como una forma de conmemorar la fecha de su muerte.

 

 

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