Iglesias y minería en América Latina Libero Cobre: otra de las mineras denunciadas en el Vaticano

Captura de pantalla del video promocional de la minera
Captura de pantalla del video promocional de la minera

La empresa minera regaló materiales de construcción a una comunidad parroquial en Putumayo

El obispo de Mocoa-Sibundoy se ha negado a ofrecer declaraciones al respeto

Líderes ambientales rechazan estrategias publicitarias de la compañía y sostienen que esta instrumentaliza el factor religioso

Libero Cobre donó tejas para la capilla Divino Niño, del barrio La Independencia, de Mocoa (Putumayo). Así lo dio a conocer la minera, a través de Facebook, el día de ayer, con un video en el que Claudia Córdoba, coordinadora social de la empresa, entrega los materiales de construcción a la presidenta de la Junta de Acción Comunal, Carmen Burbano.

El hecho generó suspicacias entre sectores de la comunidad, porque se trata de la misma compañía que fue denunciada en el Vaticano, recientemente, por parte de la red Iglesias y Minería. Como lo informamos a través de un despacho anterior, esta red ecuménica visitó la ciudad estado y otros países de Europa en el mes de marzo, para hablar sobre varias empresas, entre ellas la Anglogold Ashanti y Libero, que, según informan, intentan cooptar a las comunidades echando mano del factor religioso, en territorios donde tienen intereses.

Hace meses que este medio de comunicación ha intentado infructuosamente acceder a una entrevista con el obispo de la diócesis de Mocoa-Sibundoy, Luis Albeiro Maldonado, en busca de su versión, frente a las denuncias que comprometen su gestión. Esta mañana contactamos nuevamente al canciller de la jurisdicción eclesiástica, para consultarle sobre la donación de la Libero en el barrio La Independencia. Sin embargo, el padre Armando Fabio Bustos se abstuvo de ofrecer declaraciones, en nombre de la diócesis, e informó que el obispo no está disponible. A continuación imágenes de la conversación a través de Whatsapp.

Conversación con el canciller de la diócesis
Conversación con el canciller de la diócesis @HaciaElUmbral

En la sección de comentarios de la publicación de Facebook de la empresa, varios internautas criticaron la donación. Uno de ellos escribió: “Arreglando una estructura pero dañan el futuro de generaciones venideras”. Son parte de quienes se oponen a explotaciones de cobre en territorio amazónico, en uno de los departamentos más convulsionados del país, por cuenta de la guerra.

Minería en zonas de guerra

Según Julio Fierro, integrante de la Corporación Geoambiental Terrae, entidad que asesora a varias comunidades que se oponen a la minería en sus territorios, no debería admitirse ninguna actividad minera en zonas de conflicto.

Recientemente, tuvo lugar en Putumayo una masacre perpetrada a manos del Ejército de la República. El departamento es escenario de una proliferación de conflictos socioambientales, asociados, por una parte, a la economía ilegal de la cocaína, pero también al avance extractivista. A este nivel, hay quienes afirman que no hay mínimas garantías para el respeto del derecho a la consulta previa.

Lo mismo ocurre en el occidente antioqueño, donde, además de la disputa territorial por el control de rutas y plazas de distribución de drogas, se libran fuertes debates sobre la pertinencia o no de la megaminería. El mismo obispo de Jericó reconoció a este medio que, a su llegada al municipio en 2013, la AngloGold Ashanti, empresa interesada en el cobre de la región, acostumbraba hacer donaciones a la Iglesia católica. Práctica a la que el prelado le puso fin, así como lo vienen haciendo varios líderes religiosos en varias partes de América Latina.

El caso más sonado en estos días es el del obispo de Itacoatiara (Brasil), quien, a través de un decreto, anunció que, en atención a las orientaciones del papa Francisco en su carta Querida Amazonía, “parroquias, comunidades, pastorales, organismos, grupos y movimientos, no recibiremos recursos financieros, en moneda u otros bienes, de políticos, de madereras, de empresas mineras, de explotación de petróleo y gas, que contribuyan a la expulsión de sus tierras de los indígenas, quilombos, ribereños y pequeños agricultores”.

Decreto del obispo amazónico
Decreto del obispo amazónico

Discernir, sostener, sustentar

El ecoteólogo colombiano Alirio Cáceres, integrante del equipo de la campaña de Desinversión, de la red Iglesias y Minería, hace un llamado al discernimiento. En su opinión, ni por ingenuidad ni por irresponsabilidad, la Iglesia católica debe prestarse para caer en “el juego” de las estrategias publicitarias de las corporaciones, con las cuales estas buscan “limpiar su imagen”. Pactar con mineras en escenarios de convulsión social como el nuestro es una forma de traición; un sacrificio detrás de favores que dan la espalda al “dios de la vida” que “nos quiere bienaventurados y en armonía con la Casa Común (la naturaleza)”.

Según Cáceres, es urgente un debate sobre la relación entre las iglesias y la minería. Las jurisdicciones eclesiásticas no solamente deberían negarse a recibir donaciones por parte de las empresas. También deberían dejar de invertir en aquellas entidades financieras que circulan los bienes a compañías que atentan contra el buen vivir o la vida sabrosa de los pueblos. Conceptos que los pueblos indígenas y afro reivindican para afirmar su soberanía y para clamar por la solidaridad, también, de las instituciones religiosas.

El papa Francisco ha escuchado ese clamor y en el Vaticano se oyeron las críticas contra la Libero y la AngloGold Ashanti. El video que circula por estos días en Facebook solo hace que el tema vuelva a ser noticia. No todos los obispos están dispuestos a callar.

Rebeldía y silencio

Miembros de la comunidad de Mocoa manifestaron que existen sacerdotes que se oponen a las actividades de la compañía. Este medio buscó declaraciones de uno de ellos, pero al cierre de esta nota el presbítero se había abstenido de pronunciarse.

En ambientes de conflicto socio-ambiental es comprensible la autocensura. Si es por miedo, también, hacia sus autoridades eclesiásticas que estos misioneros no se pronuncian, estamos ante un problema adicional.

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Solo después de publicado este artículo, Religión Digital recibió una carta por parte del párroco de la Inmaculada Concepción de Mocoa, Álvaro Antonio Luna, a quien le habíamos escrito en horas de la mañana, consultándole sobre la donación de la minera. El sacerdote responsabiliza a la empresa y a la junta de acción comunal, y sostiene que nunca a lo largo de su vida como ministro ha buscado ayudas económicas en las empresas extractivas. A su juicio, la explotación que pretende la Libero Cobre es "amenazante y dolorosa". 

Declaración del párroco, enviada después de la publicación de esta nota
Declaración del párroco, enviada después de la publicación de esta nota

"Estoy convencido de que los templos y los lugares dedicados a Dios debe hacerlos la comunidad de manera sencilla y con sus propios recursos; debemos evitar dineros o ayudas de economías ilícitas, politiqueras y multinacionales, que cada día nos empobrecerán más", agregó, el presbítero, citando al papa Francisco, quien considera que los territorios amazónicos están "amenazados por actores económicos que implementan un modelo ajeno".

La curia diocesana sigue sin responder nuestra solicitud de información. A ella, a su obispo, a la conferencia episcopal de Colombia, a la red Iglesias y Minería, así como a los organismos competentes del Estado colombiano, pedimos velar por la seguridad de la comunidad parroquial de la Inmaculada Concepción, objeto de presiones por parte de la compañía.

A la empresa Libero Cobre la invitamos a un debate público con autoridades civiles y representantes de organizaciones sociales y de la academia, acerca de la oposición de sectores de la sociedad y de la Iglesia católica a sus actividades. 

Y a los lectores les agradecemos su apoyo para la divulgación de nuestro contenido.

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