Cristianismo y atención durante la pandemia La línea de la esperanza, una "pastoral de la oreja"

Yury, Claudia y Nicolás, profesionales al servicio de la Línea de la esperanza
Yury, Claudia y Nicolás, profesionales al servicio de la Línea de la esperanza

La Arquidiócesis de Bogotá dispone de un equipo de profesionales para atender vía telefónica situaciones de crisis y promover la salud mental

Desde mediados de 2021 hasta hoy, la Línea de la esperanza se ha ocupado de al menos 1.397 casos

Con su ayuda, más de tres mil personas se han formado para animar una cultura del encuentro, el cuidado y el buen trato

La pandemia del Covid-19 significó un reto pastoral para la Arquidiócesis de Bogotá. En medio del confinamiento aumentó la violencia intrafamiliar y se multiplicaron problemas relacionados con la salud mental, entre ellos la depresión y la soledad.

Aliada con la fundación Víctimas visibles, la Iglesia local dispuso un equipo de sacerdotes y de profesionales en psicología y en otras disciplinas para atender vía telefónica a quien necesitara ser escuchado, orientado y remitido a atención profesional, con urgencia.

En medio de sus crisis, adultos mayores, personas en medio de conflictos de pareja, jóvenes con ideas suicidas o transeúntes de los caminos del duelo debido a la muerte de algún ser querido, tuvieron al alcance de la mano una voz amiga que les brindó consuelo y asesoría profesional para salir adelante.

Desde mediados de 2021 hasta hoy, han sido, al menos, 1.397 los casos atendidos por la Línea de la esperanza. Así se llama esta iniciativa sui géneris de la Vicaría de la evangelización, enclavada en el trabajo social de la Arquidiócesis de Bogotá. Una verdadera “pastoral de la oreja”, en palabras de Luis Manuel Alí, secretario general de la Conferencia Episcopal, quien destaca el proyecto como un ejemplo de buenas prácticas eclesiales.

Claudia Villate, una de las funcionarias al frente de la línea, explica, además, que más de tres mil personas han sido formadas en una cultura del encuentro, el cuidado y del buen trato. Animadores pastorales y público en general han sido sensibilizados para hacer frente al reto que, inicialmente, trajo consigo el confinamiento, pero que no es ajeno a la cotidianidad de las experiencias de dolor en que transcurre la vida de muchas personas necesitadas de escucha.

Material de difusión sobre los servicios brindados por la línea para mayores de 18 años
Material de difusión sobre los servicios brindados por la línea para mayores de 18 años

Basta con tomar el teléfono y llamar, de lunes a viernes, al 601 484 2094 entre 10am y 10pm. La Línea de la esperanza devuelve la llamada, si el usuario no tiene minutos ni plan de datos. Toda una infraestructura de la solidaridad, volcada también a la calle, tal y como explica Nicolás Benavides.

“Hemos salido a centros comunitarios en sitios periféricos de la ciudad”, manifiesta el psicólogo, para dar a entender que uno de los objetivos ha sido ir en busca de quienes necesitan ayuda, no quedarse esperando a que estos toquen a la puerta. Otra versión de la Iglesia misionera promovida por el papa Francisco, que sabe establecer alianzas, cuando prima la urgencia.

La Línea de la esperanza forma parte de la red distrital de líneas de atención, como la 106, explica Yuri Rojas. Según la funcionaria, el proyecto ya goza de acogida en parroquias y en otros ambientes, dentro y fuera de Bogotá, incluso por parte de usuarios no religiosos. Señal de la necesidad enorme de iniciativas por el estilo.

Cae la tarde en Bogotá y se multiplican los ruidos. Carros, bocinas, vendedores. Pero en el silencio de una pequeña oficina, a espaldas de la catedral primada, alguien toma el teléfono para devolver una llamada. Sabe que, a veces, una simple voz, una voz amable al otro lado de la línea, puede hacer el milagro de salvar una vida.

“La escucha nos ayuda a encontrar el gesto y la palabra oportuna que nos desinstala de la tranquila condición de espectadores”, Francisco

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