El presidente de los obispos italianos abre el encuentro de Bari Bassetti advierte de "la peligrosa tentación de las involuciones identitarias" que fomentan el odio al extranjero

Inauguración del encuentro de Bari
Inauguración del encuentro de Bari

“Debemos reconocer el pecado de la división de la Iglesia (…). Nuestras divisiones eclesiales han trazado y reforzado las divisiones culturales, políticas y militares de los pueblos del Mediterráneo"

El purpurado invita a sumarse al "apasionante desafío de la transmisión del Evangelio" haciendo frente "al choque de civilizaciones y al fundamentalismo religioso"

'Mea culpa' del presidente de los obispos italianos, Gualtiero Bassetti, en la inauguración del congreso de Bari. “Debemos reconocer el pecado de la división de la Iglesia (…). Nuestras divisiones eclesiales han trazado y reforzado las divisiones culturales, políticas y militares de los pueblos del Mediterráneo", admitió el cardenal de Perugia, uno de los arzobispos italianos más cercanos al Papa Francisco.

Unas divisiones que se han de superar con diálogo y reconocimiento mutuo, “derrocando a las Cruzadas”, y “aprendiendo a valorar nuestras tradiciones plurales, y participando con convicción en el camino ecuménico con el testimonio de la caridad, la justicia y el diálogo interreligioso”.

Y es que, pese a las divisiones, “todas las iglesias nos enfrentamos al apasionante desafío de la transmisión de Evangelio”, subrayó Bassetti, haciendo frente “al choque de civilizaciones y del fundamentalismo religioso”.

Arranca el Congreso de Bari

Iglesias de mártires, iglesias de diálogo

"Hay Iglesias en el Mediterráneo, acostumbradas a ser una presencia minoritaria, que conocen un aumento de los fieles relacionados con el fenómeno de la migración", continuó el cardenal, quien rindió un homenaje a aquellos mártires por la fe y por diálogo interreligioso: "Hay Iglesias que existen como minorías, pequeñas semillas, en medio de las poblaciones islámicas. Es a estas iglesias, a su mediación y a la sangre de sus mártires, a quienes debemos la anticipación y la recepción teológica y espiritualmente más profunda de la doctrina conciliar sobre el diálogo interreligioso con el Islam".

"El Papa Francisco y el gran imán de Al-Azhar han realizado un acto profético con su amistad y su documento sobre la fraternidad humana para la paz mundial y la coexistencia común"

, recordó el cardenal, quien hizo suyo el "testimonio de altísimo valor" del testamento del beato Christian De Chergé, uno de los mártires de Argelia, en el que llamaba a superar las diferencias. Algo que consiguió, aunque le costara la muerte.

Cristo es quien emigra, quien llama a nuestras puertas

Centrándose en uno de los focos del evento, la migración, Bassetti, pidió “no ver la cuestión de los migrantes de manera sectorial, como si se tratara sólo de un problema de 'éxodos' que empobrecen nuestros territorios o de llegadas que nos desestabilizan”.

Frente a esto, la postura del Evangelio: “Para nosotros, aquel que se va, o que decide quedarse, quien con demasiada frecuencia muere durante el viaje o conoce sufrimientos e injusticias indecibles en nuestras costas es Cristo que emigra, se queda, sufre, llama a nuestras puertas", denunció el presidente de los obispos italianos.

"La Iglesia Católica es una de las pocas realidades unidas en el Mediterráneo, y por esta razón tiene una responsabilidad particular", recordó, invitando a “vivir una nueva fase, valiente, coherente y profética de la recepción conciliar inaugurada por el ministerio y el magisterio del Papa Francisco, quien con la invitación a la conversión pastoral y misionera nos empuja a una práctica más intensa de la sinodalidad que implica al pueblo de Dios", concluyó Bassetti.

Arranca el encuentro de Bari

"La cuestión de la ciudadanía es crucial para todas las Iglesias del Mediterráneo y para el bienestar de los países", finalizó el cardenal, advirtiendo de la “peligrosa tentación de involuciones identitarias” que “socavan el fundamento de los derechos inviolables de la persona”.

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