Francisco sigue sembrando esperanza entre los católicos de todo el mundo Bergoglio: el papa que "contagia la alegría de ser creyentes"

Tras casi nueve años de pontificado, creyentes y no creyentes de todo el mundo han tenido tiempo suficiente de asimilar y familiarizarse con un papa que rechaza ser tratado con los privilegios de una autoridad medieval; que llama a la solidaridad con los inmigrantes y refugiados y que se posiciona en contra de la pena de muerte y el tráfico de armas. 

El 17 de diciembre el papa Francisco cumple 85 años, una edad que no le impide aún seguir acometiendo sus reformas a pesar de la fuerte oposición que recibe desde los sectores más retrógrados de la sociedad. Con motivo del aniversario del papa argentino, RD ha preguntado a diversas personalidades de la Iglesia y la sociedad catalanas cuáles son los aspectos más destacables de un mandato que está a punto de llegar a los nueve años y cuyo fin se intuye cercano.  

La denuncia del capitalismo salvaje

“En un momento de agobio y perplejidad mundial, tocados por el ídolo del consumo, y en el ámbito eclesial tocados por los escándalos, el papa Francisco contagia la alegría de ser creyentes transmitiendo que nunca quedaremos decepcionados del seguimiento de Cristo que nos llevará a encontrar espacio para los demás, principalmente para los pobres”, señala Dolors Puigdevall, directora de Càritas Diocesana de Girona, quien valora especialmente el planteamiento que sugiere el papa de actuar políticamente y cambiar hacia un estilo de vida austero tras haber puesto “nuestra casa, la Tierra”, al límite.

En una línea parecida van las reflexiones de Antoni Matabosch, presbítero de Barcelona, quien destaca que el papa haya denunciado “con fuerza y constancia el peligro de la destrucción de nuestro mundo y la ideología del progreso continuado”. “Francisco —sostiene Matabosch— defiende una doctrina social en denuncia de un capitalismo que crea marginados a expensas de los más ricos”.

Una Iglesia por el diálogo

“Francisco promueve una Iglesia abocada a dialogar y acoger a todos, aunque no esté de acuerdo con lo que piensan o hacen. Una Iglesia hospital de campaña, que acoge y evangeliza por el ejemplo, por ósmosis, que no se preocupa por la aparatosidad exterior sino por la fibra interna del amor de Dios”, reflexiona Matabosch, quien ve en Bergoglio un papa providencial que ha dado “un fuerte empuje evangélico y de testimonio a la Iglesia” y ha plantado cara a la pederastia y la corrupción de la curia vaticana. 

“El papa Francisco no sólo ha denunciado la existencia en la Iglesia de hechos del todo reprobables y pidiendo perdón; ha tenido la valentía de hacer investigar lo que ocurría en todas las diócesis del mundo, dando voz a las víctimas y posibilitando la reparación y pedir perdón de los pastores responsables, algo ineludible si se quiere que la Iglesia sea creíble”, advierte, por su parte, Maria Dolors Oller, doctora en Derecho y profesora del ISCREB.

Antoni Matabosch aprecia los “grandes gestos de fraternidad” que el papa ha protagonizado con las demás confesiones cristianas y con otras religiones, como por ejemplo con el Imán de Egipto; y valora el coraje de llevar a cabo “un Sínodo sobre la Amazonía con propuestas atrevidas, surgidas desde las bases”. “Y con el actual proceso sinodal —agrega Matabosch— el papa quiere mostrar en la práctica que la Iglesia es toda ella sinodal, corresponsable, que camina hacia formas de ser y hacer co-participadas”.

"Para salir es necesario abrir las puertas"

Ignasi Miranda, periodista de Ràdio Estel, destaca la exhortación programática Evangelii Gaudium (La joya del evangelio), con la que Francisco propone una “Iglesia en salida” y “de puertas abiertas”. “Para salir es necesario abrir las puertas”, reconoce Miranda. “El actual obispo de Roma afirma que prefiere 'una Iglesia herida por haber salido que una Iglesia sana por haberse quedado dentro de las sacristías o con las puertas cerradas'”, agrega. 

Desde que en 2013 llegó a la Santa Sede, Francisco, el primer papa jesuita y castellanoparlante de la historia de la Iglesia católica, ha sido atacado con dureza por un gran número de detractores. Pero a pesar de todo, sigue sembrando la esperanza entre muchos católicos de todo el mundo que se sienten acompañados con su visión y que consideran providencial su liderazgo.

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