El tema de la justicia sigue muy vivo en la vida de la sociedad boliviana y de la Iglesia Bolivia: Los obispos reclaman una justicia independiente que defienda los derechos de todo ser humano

Obispos de Bolivia
Obispos de Bolivia

“Hay que rezar mucho, pero también denunciar estas situaciones, no se puede permitir que esto ocurra solo en Bolivia, una justicia totalmente manipulada por el aspecto político"

“Aquí en Santa Cruz estamos al borde de la huelga, para exigir justicia, para exigir algo que no sea sólo para una región, no sólo para unos pocos..."

(Agencia Fides).- “En el Evangelio, la mujer, la viuda, quería justicia, y tuvo que lidiar con un juez al que no le importaba ni Dios ni los hombres, parece como si hubiese vivido en Bolivia, donde muchos piden la reforma de la justicia, sin ser escuchados”. Así lo ha subrayado Mons. Robert Flock, Obispo de la Diócesis de San Ignacio de Velásquez, durante la Santa Misa celebrada ayer en la parroquia de San Rafael en la que ha administrado el sacramento de la Confirmación a un grupo de jóvenes.

El juez del que habla el Evangelio, administrador de la justicia, carecía de dos de los siete dones del Espíritu Santo, ha señalado el Obispo: no tenía el Santo temor de Dios, ni la misericordia, “porque dejaba sufrir a personas que seguían viviendo injusticias”.
El tema de la justicia sigue muy vivo en la vida de la sociedad boliviana y de la Iglesia.

Proceso de reformas

En varias ocasiones, los Obispos han reclamado la necesidad urgente de iniciar un proceso de reforma con la participación y el consenso de todas las instituciones y las fuerzas vivas del país, ya que “es urgente contar con un sistema judicial adecuado e imparcial, que devuelva la confianza y la esperanza a tantas personas que son víctimas de la demora y la manipulación de la justicia”.

El pasaje del Evangelio que la liturgia proponía ayer (Lc 8,1-8) ha ofrecido la oportunidad a muchos pastores de volver a tratar este tema en sus homilías. Así, Mons. Percy Lorenzo Galván Flores, Arzobispo de La Paz, en su homilía de la misa que ha presidido en la Catedral, ha recordado que “cerca del 60% de los detenidos en La Paz están en prisión preventiva”, y estarán en la cárcel hasta que se investigue su situación, por lo que pasaran días, semanas, meses, y para muchos ya son años.

"No podemos callar ante esta injusticia"

“También debemos saber, queridos hermanos y hermanas, que en muchos casos están en prisión por razones puramente políticas, y no podemos callar nuestra voz ante esta injusticia, ante el ejemplo de la parábola que nos presenta la Palabra de Dios”. El Arzobispo también ha señalado que la atención sanitaria a estos detenidos es mínima, al igual que el respeto a los derechos humanos. Si los presos preventivos son declarados inocentes, se pregunta, ¿quién les devolverá los años perdidos, su honor, sus esposas, sus hijos abandonados?

Obispos de Bolivia
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“Hay que rezar mucho, pero también denunciar estas situaciones, no se puede permitir que esto ocurra solo en Bolivia, una justicia totalmente manipulada por el aspecto político”, ha continuado diciendo el Arzobispo de La Paz, “como Iglesia tenemos la obligación de exigir esta justicia, una justicia independiente, una justicia limpia, una justicia que defienda la dignidad y los derechos de todo ser humano”.

Un diálogo sin condiciones 

Por su parte, Monseñor René Leigue Césari, Arzobispo de Santa Cruz de la Sierra, también ha recordado la importancia de la perseverancia en la oración, confiando en que Dios, en su momento, nos escuchará, incluso en un momento tan difícil, tan complicado, como el que están viviendo los bolivianos. “Aquí en Santa Cruz estamos al borde de la huelga, para exigir justicia, para exigir algo que no sea sólo para una región, no sólo para unos pocos... ¿Y en manos de quién está la solución? Creo que la solución está en manos de quien tiene más poder de decisión y, en este caso, del Gobierno”, ha dicho Mons. Leigue Césari.

El arzobispo ha pedido que todos asuman la responsabilidad en lugar de “buscar a alguien en quien descargar el problema para solucionarlo”, y que se entable un “diálogo abierto y sincero sin condiciones”, para identificar y encontrar soluciones juntos. De lo contrario se permanece igual que se está ahora, y esto es lo que se oye una y otra vez en muchas ocasiones: “Estamos abiertos al diálogo pero esto ya está decidido, ustedes vienen a dialogar pero esto no se puede tocar, así que ¿qué diálogo es ese?”.

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