El patriarca de la Iglesia caldea sobre 'la guerra de los doce días' Cardenal Sako: "Cambiar un régimen es una responsabilidad civil. Imponerlo podría empeorar la situación"

Lo que se ha dado en llamar 'la guerra de los 12 días' ha hecho cundir la preocupación y el miedo también en Irak. Así lo confirma a la Agencia Fides el cardenal iraquí Louis Raphael Sako, Patriarca de la Iglesia Caldea, en una breve entrevista
Ante el escenario de 'una guerra interminable' y los bombardeos justificados como herramientas para provocar cambios de régimen, el cardenal recuerda la experiencia iraquí
"Tras 22 años desde la caída del régimen en Irak, aún no tenemos un verdadero estado de ciudadanía, ni justicia, ni seguridad ni estabilidad. La corrupción y el sectarismo persisten"
"La paz es un don. Debemos acogerlo y protegerlo con empeño, haciendo de la protección de la paz un auténtico compromiso de vida"
"Tras 22 años desde la caída del régimen en Irak, aún no tenemos un verdadero estado de ciudadanía, ni justicia, ni seguridad ni estabilidad. La corrupción y el sectarismo persisten"
"La paz es un don. Debemos acogerlo y protegerlo con empeño, haciendo de la protección de la paz un auténtico compromiso de vida"
(Agencia Fides) – Lo que se ha dado en llamar “la guerra de los 12 días” ha hecho cundir la preocupación y el miedo también en Irak. Así lo confirma a la Agencia Fides el cardenal iraquí Louis Raphael Sako, Patriarca de la Iglesia Caldea, en una breve entrevista. Asegura que ve en estos acontecimientos una señal más de la crisis del orden internacional.
Ante el escenario de “una guerra interminable” y los bombardeos justificados como herramientas para provocar cambios de régimen, el cardenal recuerda la experiencia iraquí. Reitera que “cambiar un régimen depende de los ciudadanos” y que las estrategias de “cambio de régimen pueden empeorar la situación”.
-Bombas de Israel y Estados Unidos sobre Irán, misiles iraníes sobre Israel y bases militares estadounidenses en Qatar. Patriarca Sako, ¿cómo ve usted lo que sucede en los países vecinos o limítrofes con Irak y cómo vive todo esto el pueblo iraquí?
-Lo sucedido es triste. Todos hemos vivido momentos difíciles de preocupación y miedo. El mundo ha perdido su orden internacional. Ahora debemos recuperar el sentido común y rechazar el discurso del odio, la violencia y la guerra. Es pecado destruir la vida y lo que se ha construido. La paz es un don. Debemos acogerlo y protegerlo con empeño, haciendo de la protección de la paz un auténtico compromiso de vida.

-En los últimos días, los bombardeos sobre Irán se han presentado como una operación destinada a debilitar el poder iraní y provocar su colapso. ¿Cómo considera estas estrategias a la luz de la experiencia en Irak?
-Debemos respetar la soberanía de los países y resolver los problemas mediante un diálogo sincero y valiente. Cambiar un régimen es responsabilidad de los ciudadanos. Imponer otro régimen podría empeorar la situación. El cambio debe surgir desde dentro, si los ciudadanos lo consideran necesario. Tras 22 años desde la caída del régimen en Irak, aún no tenemos un verdadero estado de ciudadanía, ni justicia, ni seguridad ni estabilidad. La corrupción y el sectarismo persisten.
-¿En qué pueden depositar esperanza los cristianos en Irak en estos momentos y ante estas circunstancias?
-Los cristianos han sufrido mucho, al igual que todos los iraquíes, a causa del ISIS. Este sufrimiento nos ha empujado al éxodo y a la emigración. Hasta ahora estamos marginados, nuestros pueblos están ocupados por milicias y la cuota de escaños en las instituciones políticas reservada a los cristianos está siendo usurpada... Por todo esto, no parece que se avecine un futuro mejor para los cristianos. Pero a pesar de lo que hemos sufrido, sentimos que tenemos una vocación en esta tierra, con nuestra fe. Por eso, podemos mantener la confianza y esperamos un futuro mejor.

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