Enviado del Papa al Congreso Eucarístico Nacional Tagle, en Congo: "El hambre de dinero enferma, el hambre de Dios sana"

Cardenal Tagle . Misa en RD Congo
Cardenal Tagle . Misa en RD Congo

En la solemnidad del Corpus Christi, el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, concluyó como enviado del Papa el tercer Congreso Eucarístico Nacional en el país africano

Estuvo acompañado por los sacerdotes locales Georges Kalenga Masuka, segundo vicesecretario general de la Conferencia Episcopal Nacional, e Yvon Kilongo Kafuku, director del centro pastoral de la archidiócesis anfitriona

El enviado papal hizo llegar a los congoleños "el paternal saludo" del Papa Bergoglio - actualmente hospitalizado en el Hospital Gemelli - recordando su reciente visita a la capital, Kinshasa, del 31 de enero al 3 de febrero

En su homilía, comentando las lecturas del día y el tema del Congreso, advirtió contra el "hambre de dinero, de admiración y de honores: Nos enfermarán a nosotros, a nuestras familias y a nuestro mundo"

"Somos una sola familia en Jesucristo. Y la vida de esta familia es el amor del Espíritu Santo que nos hace crecer", invitó

(Vatican News).- Con una doble exhortación a no desperdiciar "el verdadero alimento que da la auténtica vida", que es Jesús en las especies del pan y del vino, y a estar "atentos a los falsos alimentos y a las bebidas tóxicas, que debilitan y destruyen la comprensión, el respeto, el perdón, la pertenencia y el servicio recíprocos", el cardenal Luis Antonio G. Tagle el domingo 11 de junio, fiesta del Corpus Christi, el tercer Congreso Eucarístico Nacional de la República Democrática del Congo, celebrado en Lubumbashi desde el 4 de junio.

El proprefecto del Dicasterio para la Evangelización, Sección para la Primera Evangelización y las Nuevas Iglesias Particulares, participó como enviado especial del Pontífice y este lunes 12, ha continuado su misión, trasladándose a Goma, capital de la martirizada región de Kivu Norte, para encontrarse con los refugiados que huyen de las zonas de conflicto y de la reciente erupción del volcán Nyiragongo.

Misa

Nombrado el 25 de abril por el Papa Francisco su enviado a la tercera ciudad del país, capital del Alto Katanga, el cardenal estuvo acompañado por los sacerdotes locales Georges Kalenga Masuka, segundo vicesecretario general de la Conferencia Episcopal Nacional, e Yvon Kilongo Kafuku, director del centro pastoral de la archidiócesis anfitriona. Junto con el arzobispo de Lubumbashi, estuvieron presentes en el estadio Mazembe casi todos los prelados del gran país africano y fieles representantes de todas las diócesis. "Dirigíos siempre a Jesús, Pan de Vida: como familia, como Iglesia, como pueblo; tened hambre y sed de Él; venid a Él, habitad en Él y vivid en Él. Amaos los unos a los otros y servíos los unos a los otros en memoria de Él", fue el discurso del Cardenal Tagle.

"Dirigíos siempre a Jesús, Pan de Vida: como familia, como Iglesia, como pueblo; tened hambre y sed de Él; venid a Él, habitad en Él y vivid en Él.  Amaos los unos a los otros y servíos los unos a los otros en memoria de Él"

Al comienzo de su homilía, el enviado papal hizo llegar a los congoleños "el paternal saludo" del Papa Bergoglio - actualmente hospitalizado en el Hospital Gemelli - recordando su reciente visita a la capital, Kinshasa, del 31 de enero al 3 de febrero.

A continuación, comentando las lecturas del día (Dt 8, 2-3. 14-16, 1 Cor 10, 16-17 y Jn 6, 51-58) y el tema del Congreso, finalmente celebrado "después de tres años de aplazamiento", el cardenal habló de "Eucaristía y familia". Y al hacerlo, advirtió contra el "hambre de dinero, de admiración y de honores". Tenemos apetito -explicó- por la última moda, el nuevo teléfono móvil y la última arma o misil. Nos hemos alimentado demasiado de ira, celos y competencia. Bebemos de los pozos de la codicia, la corrupción y la manipulación". Pero, advirtió, "estos alimentos y bebidas que tanto conocemos y amamos no son saludables. Nos enfermarán a nosotros, a nuestras familias y a nuestro mundo. Empobrecerán aún más a los pobres. Incluso pueden matarnos y acabar con la Tierra". Por el contrario, alimentarse del cuerpo de Cristo entregado por la humanidad significa "comer su humildad, su generosidad y su amor. Beber su sangre derramada por nosotros es beber su compasión, su justicia y su perdón.

Codicia

"Bebemos de los pozos de la codicia, la corrupción y la manipulación. Pero estos alimentos y bebidas que tanto conocemos y amamos no son saludables. Nos enfermarán a nosotros, a nuestras familias y a nuestro mundo. Empobrecerán aún más a los pobres. Incluso pueden matarnos y acabar con la Tierra"

Vivir del Verbo de Dios que se hizo carne y sangre es vivir como Él vivió, siempre en comunión filial con Dios y siempre en comunión fraterna con nuestros hermanos y hermanas, especialmente con los más débiles y olvidados". Por eso, señaló el enviado papal, "la familia de Dios nace de la Eucaristía", que "nos hace familia de Dios. Aunque seamos muchos, aunque seamos distintos unos de otros, somos una sola familia en Jesucristo. Y la vida de esta familia es el amor del Espíritu Santo que nos hace crecer". De ahí la invitación final de Tagle a "partir y compartir el pan que es Jesús para construir una comunidad y una familia".

"Somos una sola familia en Jesucristo. Y la vida de esta familia es el amor del Espíritu Santo que nos hace crecer"

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