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El prelado peregrinó durante neuve días para recorrer los 200 km de distancia hasta Yuba
Nueve días de camino, doscientos kilómetros: la distancia entre Rumbek y Yuba. Sesenta jóvenes pertenecientes a distintos clanes tribales, dirigidos por el obispo Christian Carlassare, el italiano que estuvo a punto de morir en un atentado hace dos años, poco antes de ser nombfrado prelado de Rumbek y que hoy, por fin, pudo encontrarse con el Papa Francisco a la salida del encuentro con los religiosos sursudaneses, tal y como nos cuenta la Agencia Sir.
Una 'peregrinación' por la paz, similar a la que están realizando los 'tres mosqueteros' de la paz en Sudán del Sur. Con menos lujos: nueve paradas para una media de 20/25 kilómetros diarios, bajo el lema 'Caminando por la paz'.
Hoy, Carlassare puede caminar esa distancia. En abril de 2021, recibió disparos en ambas piernas, que a punto estuvieron de acabar con su vida, o al menos con su movilidad. El 2 de febrero culminaba la peregrinación con los jóvenes, y también con 24 religiosos, sacerdotes, laicos, que partieron de Rumbek el 25 de enero, el día en que concluía la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Ellos han querido seguir rezando, y caminando hacia esa unidad, y esta tarde participarán en la celebración ecuménica junto a Francisco, Welby y Greenshields.
"Nuestra iniciativa ha recibido mucho interés por parte de muchos, e incluso el Papa ha querido reunmirse con nosotros", apuntaba Carlassare. Francisco se encontró con la comitiva a la salida de la catedral, y pudieron hablar, hacerse fotos, compartir regalos y una oración. Y la esperanza de que, pese a las dificultades, la violencia y el odio, se puede seguir caminando. Como hacen las piernas de Christian Carlassare.
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