"Me he entregado a este país de todo corazón" Carlos Orduna: ¡40 años como 40 soles al servicio de la misión en Costa de Marfil!

Carlos Orduna, en la fiesta de sus 40 años de misionero
Carlos Orduna, en la fiesta de sus 40 años de misionero

"A pesar de alguna que otra espina, sólo he recibido rosas y alegrías que me enriquecen y me hacen ser feliz"

"Como suele decir el papa Francisco, 'por favor rezad por mi' para que pueda continuar en la brecha otros 40 años más"

"El marfileño, como todos los pueblos, tiene sus carencias, pero sobre todo es un pueblo acogedor, abierto, generoso, apasionado, sabio y pacífico… (aunque cuando estallan, no hay quien los pare…)"

"Vi que el futuro de nuestra misión en Africa pasaba por interpelar, enganchar e invitar a los jóvenes africanos a comprometerse ellos mismos en la misión. No a seguir esperando misioneros europeos"

La parroquia universitaria de San Alberto Magno de Abidjan y la Comunidad de San Viator han celebrado el 13 de mayo de 2019, los 40 años de vida sacerdotal y misionera en Costa de Marfil del P. Carlos ORDUNA DIEZ, Clérigo de san Viator español, que cuenta algo de su persona y de su recorrido en el país africano.

"Soy un Viator, o sea un "caminante"... Religioso-sacerdote de la comunidad de San Viator. Desde que llegué aquí en 1979 con mis 30 añitos, recién ordenado de cura por el cardenal Tarancón, mi trabajo ha sido y sigue siendo el de "compartir y ayudar al hombre": educación, humanización, evangelización, despertar y formar conciencias... Viví primero, 11 años de iniciación en Bouaké (centro del país). Después, 29 años en la capital (Abidjan), como formador y apoyando al equipo sacerdotal de la parroquia universitaria.

Además, soy profesor y pedagogo... Yo, de cura sólo, no me veo…De profesor sólo, tampoco… Actualmente, enseño en el Departamento de Español de la Universidad estatal de Abidjan donde tenemos 1700 estudiantes de español y portugués. El contacto permanente con estos jóvenes africanos ávidos de formarse, de conocer la cultura y la lengua hispano y latino americanas, a uno le rejuvenece… Yo creo que en España muchos ignoran esta realidad…

Mi historia misionera

Soy maño. Nacido el 19/02/1949 en TOBED (Zaragoza). Mis padres eran maestros. De Zaragoza ganaron plaza y llegaron a Madrid. Fui alumno de los Clérigos de San Viateur en el barrio de Usera... Me atrajo esta familia religiosa. Hice mis votos en 1965. Como joven religioso, trabajé como misionero en Chile de 1970 a 1973. Una experiencia extraordinaria. Viví la ilusión de la llegada de Allende... y la desilusión de su caída…Con el golpe de estado de Pinochet... ¡Qué aventuras vivimos por allí!

Carlos Orduna

Volví a España y caigo en otra… Aterrizo en Madrid justo el mismo día en que asesinaban a Carrero Blanco... Luego me tocó vivir todo lo que siguió… En esos años 74 a 79... estudié Filosofía y Teología en la Complutense y en Comillas (Madrid)... Justo después de mi ordenación en mayo de 1979, me ofrecí como misionero para apoyar a los hermanos de Costa de Marfil que reclamaban “sangre misionera joven”...

La etapa de Bouaké (Costa de Marfil)

Llegué a Bouaké en septiembre de 1979. Allí trabajé como profesor y animador de evangelización y pastoral juvenil en el Colegio Saint Viateur y como colaborador parroquial durante 11 años.

Enseguida constaté algo que me incitó, con otros hermanos, a hacer una opción. Vi que el futuro de nuestra misión en Africa pasaba por interpelar, enganchar e invitar a los jóvenes africanos a comprometerse ellos mismos en la misión. No a seguir esperando misioneros europeos. Así que privilegié con otros hermanos la pastoral vocacional.

Creé el grupo “Compagnons des Viateurs”, reuniendo, implicando y desafiando a chicos y chicas a compartir con nosotros experiencias sociales, misioneras. Esta sería la forma de buscar su vocación, su porvenir: laicado comprometido, vida consagrada, sacerdocio... Me parecía ser la mejor misión que yo podía animar. Fue un trabajo de siembra sin descanso (reuniones, encuentros, campamentos, acompañamiento personal, visitas a los pueblos, a las familias…). Años de ilusiones y también de decepciones, avanzando a veces con luz y otras a tientas, sin saber cómo acabaría aquella aventura... ¡Un poco como Abraham!...

Carlos Orduna

El Espíritu Santo ha debido hacer el resto, pues 40 años después, en esta congregación en la que no había ni un solo religioso marfileño, son ahora 44, y yo, el único blanco que queda, 45! Si añadimos los 40 laic@s asociados, formamos una familia viatoriana marfileña de 84 miembros comprometidos en la misión. Los africanos son los responsables… Yo sigo aquí, en un segundo plano, para apoyar, aconsejar, ayudar…Nos dirige el P. François KOFFI, que fue mi antiguo alumno en Bouaké, y que es ahora nuestro primer pastor. Esto parece un milagro…

La etapa de Abidjan (Costa de Marfil)

Después de los 11 años de Bouaké, fui enviado, en 1990 a Abidján, primero para acompañar a los jóvenes viatores en la casa de formación que construimos cerca de la Universidad. Y luego, en 1998, surge una nueva aventura.

El difunto Cardenal de Abidjan, Bernard AGRÉ y mis superiores me confían en 1998 el proyecto de construir una escuela católica como la de Bouaké, en el nuevo barrio de la Palmeraie. La suerte y la Providencia nos acompañaron porque enseguida encontramos, con el apoyo de los Viatores de España (SerSo), los medios necesarios para ello.

En buena colaboración, la diócesis de Abidjan puso el terreno y nosotros el resto... Gracias a la ayuda de Manos Unidas, Gobierno vasco, AECID, Fere, Gobierno de Navarra, Proclade, etc. etc., un gran centro educativo para 1.500 alumn@s vio la luz y lo inauguramos en el 2000.

He sido su director durante 13 años… bastante agitados por cierto… Pues en 2002 estalla en Costa de Marfil un golpe de estado que se convierte en rebelión armada y luego en guerra civil hasta el 2010…Os podéis imaginar las dificultades y aventuras… y con la obra del colegio a mitad, entre las manos…Hasta nos tuvieron que sacar de la quema, a mí y al P. Javier Martínez, otro viator español, en un helicóptero del ejército francés que aterrizó en el campo de fútbol…Por fin, las cosas se medio calmaron… Luego, en 2013, le pasé la antorcha a un hermano africano...

 La etapa actual: misionero-formador

Liberado de esta responsabilidad colegial, pude volver al UCAO (Universidad católica del Africa del Oeste) para completar mi tesis doctoral en Teología Moral que había tenido que interrumpir en el 2000. Tras dos años de silla, ordenador y biblioteca: defensa y "cum laude" en el 2016. El tema, bastante “espinoso”: “Moral cristiana y relaciones prematrimoniales en el contexto marfileño”… Menos mal que “Amoris laetitia” acababa de salir…y pude integrar unos cuantos párrafos... Me ayudó… E inmediatamente después, me llamaron de varios institutos teológicos para seguir siendo formador de futuros sacerdotes, religiosos y agentes de pastoral. Y ahí continúo hasta el día de hoy, compartiendo mi experiencia y haciendo avanzar modestamente el “Reino”.

Viatores marfileños

Al mismo tiempo, echo una mano al equipo sacerdotal de la parroquia universitaria San Alberto Magno como vicario dominical y animador de catequesis universitaria. Centenares de estudiantes se preparan al bautismo durante tres años. En cada fiesta de pascua reciben el bautismo entre 80 y 100 universitari@s. Es impresionante ver cómo adhieren a Cristo tantos jóvenes que lo ignoraban… En España nunca había vivido esto…

¿Mis impresiones de estos 40 años?

A pesar de los calores, los mosquitos, la malaria y otros escollos…, a pesar de todas las crisis y de todo lo que nos ha tocado vivir, Costa de Marfil sigue siendo para mí un país encantador. El marfileño, como todos los pueblos, tiene sus carencias, pero sobre todo es un pueblo acogedor, abierto, generoso, apasionado, sabio y pacífico… (aunque cuando estallan, no hay quien los pare…); un pueblo que, en su pobreza, sabe compartir, es alegre, humano y espiritual a la vez. Las relaciones humanas en Costa de Marfil no son complicadas, es un país de diálogo donde uno encuentra la solución a casi todo. Me he entregado a él de todo corazón y, a pesar de alguna que otra espina, sólo he recibido rosas y alegrías que me enriquecen y me hacen ser feliz. Gracias a Dios, las dificultades han podido ser superadas y convertirse en oportunidades de crecimiento.

A todos los que estéis leyendo estas líneas, espero no haberos aburrido con mis historias y os agradezco vuestro interés. Sobre todo agradezco a RD y a su director J M Vidal, antiguo misionero en Costa de Marfil, que me ha dado la oportunidad de compartiros estos mis 40 años de vida africana. Como suele decir el papa Francisco, “por favor rezad por mi” para que pueda continuar en la brecha otros 40 años más…Necesitamos apoyo, no solo material para aliviar tantas miserias…, sino sobre todo espiritual para seguir adelante.

carlosabidjan@gmail.com

Padre Carlos y jóvenes marfileños

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