El patriarca de Moscú acepta una mesa de diálogo, pero pide consultar antes a Pekín El Consejo Mundial de las Iglesias explora con Kirill nuevas vías de paz para Ucrania

El Consejo Mundial de las Iglesias explora con Kirill nuevas vías de paz para Ucrania
El Consejo Mundial de las Iglesias explora con Kirill nuevas vías de paz para Ucrania Patriarcado Ortodoxo de Moscú

"Visitamos Moscú para discutir el compromiso también de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el diálogo sobre la guerra y sus consecuencias, incluso con respecto a las profundas divisiones en la familia ortodoxa en este contexto", recalcó el secretario general del CMI

Kirill confirmó el "papel único del CMI como convocador y plataforma para el diálogo entre las iglesias sobre cuestiones difíciles y divisorias"

Tal y como adelantó RD, el secretario general del Consejo Mundial de las Iglesias, Jerry Pillay, parece decidido a abordar un 'plan de paz' para Ucrania y, tras viajar al país, se ha dirigido a Moscú, donde ha sido recibido por el patriarca Kirill. ¿Una puerta abierta de las religiones para poner fin al conflicto?

Como relata el CMI en un comunicado, el organismo ha arrancado el compromiso tanto de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana como de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania para "participar en procesos de diálogo". "La consolidación y la unidad de la sociedad ucraniana, especialmente entre los creyentes ortodoxos cristianos mayoritarios, es una necesidad obvia en las circunstancias actuales a las que se enfrentan la nación y el pueblo de Ucrania", subrayó Pillay, antes de viajar a la capital rusa.

Kirill, con la delegación del CMI, en Moscú

"Visitamos Moscú para discutir el compromiso también de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el diálogo sobre la guerra y sus consecuencias, incluso con respecto a las profundas divisiones en la familia ortodoxa en este contexto", recalcó el secretario general del CMI, quien agradeció "el compromiso de Su Santidad el Patriarca Kirill de explorar esta posibilidad".

Cuatro ejes de diálogo

Durante su encuentro, ambos líderes señalaron cuatro ejes de diálogo: en primer lugar, "la necesidad de poner fin a la guerra"; en segundo término, "trabajar por la unidad de la familia ortodoxa, tan gravemente dividida en este contexto", en tercer lugar, "debatir el papel de las iglesias en la construcción de la paz, tanto internamente entre los cristianos como externamente, al abordar las cuestiones de la guerra y la violencia"; finalmente, "proponer una reunión inicial de mesa redonda de diálogo para abordar estas cuestiones, con la participación de todas las partes interesadas".

Durante la reunión, Kirill confirmó el "papel único del CMI como convocador y plataforma para el diálogo entre las iglesias sobre cuestiones difíciles y divisorias", al tiempo que subrayó su preocupación por los ataques contra los cristianos en distintas partes del mundo. Sobre la división en la ortodoxia con motivo de la guerra de Ucrania, Kirill "expresó su preocupación por la viabilidad de una mesa redonda de diálogo debido a las arraigadas influencias externas", pese a lo que "expresó su voluntad de participar en la mesa redonda de diálogo", aunque pidió consultar primero la opinión de Pekín.

"Está claro que las perspectivas sobre el conflicto, sus causas y el camino hacia una paz justa siguen estando muy polarizadas. Sin embargo, esto sólo subraya la importancia crítica de los esfuerzos para crear espacios seguros para el diálogo, y para el CMI esto debe comenzar con los intentos de superar la división intraortodoxa que refleja la actual confrontación geopolítica", reveló Pillay, quien insistió en la voluntad del CMI de "ser un instrumento de diálogo entre las iglesias sobre las cuestiones que nos dividen".

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