Funeral de Estado en el Duomo, con Mattarella y Giorgia Meloni Delpini, sobre Berlusconi: "Ha sido un político, un hombre de negocios, una figura en el candelero... pero un hombre"

Funeral por Berlusconi en el Duomo de Milán
Funeral por Berlusconi en el Duomo de Milán ANSA/Vatican Media

"Estar contento sin demasiados pensamientos ni preocupaciones. Estar contento con los amigos de toda la vida, con las realizaciones que dan satisfacción, con las cosas buenas, con los buenos momentos, con el aplauso de la gente, con el elogio de los partidarios"

Con honores de jefe de Estado, quien fuera tres veces primer ministro italiano (pero nunca presidente) fue despedido en la catedral de su ciudad natal, con una ceremonia a la que asistieron, entre otros, el presidente Sergio Mattarella o la primera ministra, Giorgia Meloni (visiblemente emocionada, por cierto)

Polémico funeral de Estado por Silvio Berlusconi en el Duomo de Milán. Con honores de jefe de Estado, quien fuera tres veces primer ministro italiano (pero nunca presidente) fue despedido en la catedral de su ciudad natal, con una ceremonia a la que asistieron, entre otros, el presidente Sergio Mattarella o la primera ministra, Giorgia Meloni (visiblemente emocionada, por cierto), y que estuvo presidida por el arzobispo Mario Delpini.

En su homilía, el prelado destacó que "Silvio Berlusconi ha sido ciertamente un político, ha sido un hombre de negocios, ha sido, ciertamente, una figura en el candelero". Pero en este momento de despedida y oración, añadió, "¿qué podemos decir de Silvio Berlusconi?", se preguntó.

"Era un hombre: deseo de vida, deseo de amor, deseo de alegría. Y ahora celebramos el misterio de la plenitud. Es un hombre y ahora se encuentra con Dios", subrayó, destacando la necesidad de cada ser humano de "vivir y desear que la vida sea buena, bella para uno mismo y para los seres queridos. Vivir y entender la vida como una oportunidad para aprovechar los talentos recibidos. Vivir y aceptar los retos de la vida. Vivir y atravesar los momentos difíciles de la vida, no dejarse abatir por las derrotas y creer que siempre hay esperanza de victoria, de redención, de vida".

"Vivir y no rehuir los desafíos, los contrastes, los insultos, las críticas, y seguir sonriendo, desafiando, contrastando, riéndose de los insultos", añadió, incidiendo en el deseo de "amar y buscar el amor (...) amar y recorrer los caminos de la entrega. Esto es lo que se puede decir del hombre: un deseo de amor, que encuentra su juicio y su plenitud en Dios".

Y el hombre, todo hombre, es también un deseo de felicidad. "Estar contento sin demasiados pensamientos ni preocupaciones. Estar contento con los amigos de toda la vida, con las realizaciones que dan satisfacción, con las cosas buenas, con los buenos momentos, con el aplauso de la gente, con el elogio de los partidarios", finalizó.

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