24 países se consagran en Fátima al Sagrado Corazón de Jesús España y Portugal, unidas contra el coronavirus: "Líbranos de la pandemia que nos afecta"

El cardenal Marto, durante la consagración
El cardenal Marto, durante la consagración

También se unieron Albania, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Eslovaquia, Guatemala, Hungría, India, México, Moldavia, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Polonia, Kenia, República Dominicana, Rumania, Tanzania, Timor Oriental y Zimbabue

"Ampara a los niños, a los ancianos y a los más vulnerables, conforta a los médicos, a los enfermeros, a los profesionales de la salud y a los voluntarios cuidadores, fortalece a las familias y refuérzanos en la ciudadanía y en la solidaridad, sé la luz de los moribundos, acoge en Tu reino a los difuntos, aleja de nosotros todo mal"

España, Portugal y otros 22 países se consagraron al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María para implorar "auxilio y protección en este momento de tribulación" marcado por la pandemia del coronavirus. En una solemne ceremonia, convocada por la Conferencia Episcopal portuguesa en Fátima, el cardenal Antonio dos Santos presidió el rezo del Rosario ante la crisis del COVID-19.

Un acto al que según expresó el cardenal portugués, «queremos confiar a su corazón materno nuestras súplicas, para que las presente junto a Dios e interceda por nosotros». En plena crisis por el coronavirus, «este rosario quiere tener presente a las víctimas directas e indirectas de la pandemia que nos afecta; a los profesionales de la salud, incansables en sus esfuerzos por socorrer a los enfermos; a las autoridades, en su esfuerzo para encontrar soluciones y por todos nosotros y por nuestras familias».

Los pastorcitos, víctimas de otra pandemia

Desde la basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, donde dos Santos recordó que están sepultados los santos Francisco y Jacinta Marto «también víctimas de una pandemia» se pidió especialmente la intercesión de la santa de quien se celebra el centenario de su muerte: «ella, que experimentó la soledad del hospital en sus últimos momentos, consuele con su intercesión a tantos enfermos que en estos días y de forma dramática, experimentan la soledad del aislamiento al que están sujetos».

De esta forma, España y Portugal se unieron en una misma oración que según calificó el presidente de la CEE, cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona «es una hermosa iniciativa de comunión y súplica a la Virgen para que concluya esta pandemia».

Tras la oración del rosario, en la que se fueron introduciendo diferentes peticiones «en nombre de los obispos de Portugal y España» se renovó la consagración al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María de los dos países.

Tal y como expresó dos santos, al acto se unieron las conferencias episcopales de Albania, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Eslovaquia, Guatemala, Hungría, India, México, Moldavia, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Polonia, Kenia, República Dominicana, Rumania, Tanzania, Timor Oriental y Zimbabue

Oración de consagración

Corazón de Jesucristo, médico de las almas, Hijo amado y rostro de la misericordia del Padre, la Iglesia que peregrina sobre la tierra en Portugal y España, naciones que son Tuyas:

Mira para Tu costado abierto, que es su fuente de salvación, y Te suplica en esta singular hora de sufrimiento;  asiste a Tu Iglesia, inspira a los gobernantes de las naciones, escucha a los pobres y a los afligidos, enaltece a los humildes y a los oprimidos, sana a los enfermos y a los pecadores, levanta a los abatidos y a los desanimados, libera a los cautivos y prisioneros y líbranos de la pandemia que nos afecta.

Corazón de Jesucristo, médico de las almas, elevado en lo alto de la Cruz y palpado por los dedos del discípulo en la intimidad del cenáculo, la Iglesia que peregrina sobre la tierra en Portugal y España, naciones que son Tuyas:

Contempla como imagen del abrazo del Padre a la humanidad, ese abrazo que, en el Espíritu del Amor, queremos darnos unos a otros según Tu mandato en el lavatorio de los pies, y Te suplica en esta singular hora de sufrimiento; ampara a los niños, a los ancianos y a los más vulnerables, conforta a los médicos, a los enfermeros, a los profesionales de la salud y a los voluntarios cuidadores, fortalece a las familias y refuérzanos en la ciudadanía y en la solidaridad, sé la luz de los moribundos, acoge en Tu reino a los difuntos, aleja de nosotros todo mal y líbranos de la pandemia que nos afecta.

Corazón de Jesucristo, médico de las almas e Hijo de Santa María Virgen, por medio del Corazón de Tu Madre, a quien se entrega la Iglesia que peregrina sobre la tierra en Portugal y España, naciones que desde hace siglos son Suyas y en tantos otros países:

Acepta la consagración de Tu Iglesia Al consagrarse a Tu Sagrado Corazón, la Iglesia se entrega a la protección del Corazón Inmaculado de María, configurado por la luz de Tu pascua y aquí revelado a tres niños como refugio y camino que conduce a Tu Corazón. Sea Santa María Virgen, Nuestra Señora del Rosario de Fátima, la Salud de los Enfermos y el Refugio de tus discípulos nacidos junto a la Cruz de Tu amor.

Sea el Inmaculado Corazón de María, a quien nos entregamos, quien diga con nosotros, en esta singular hora de sufrimiento, acoge a los que perecen, da aliento a los que a Ti se consagran y renueva el universo y la humanidad. Amén.

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