El franciscano sustituye al al P. Francesco Patton, quien fue Custodio desde 2016 Francesco Ielpo, nuevo Custodio de Tierra Santa: “Llevamos 800 años de testimonio de un gran amor por esta tierra y su gente”

(SIR).-El 24 de junio, el papa León XIV confirmó la elección del P. Francesco Ielpo como Custodio de Tierra Santa y Guardián del Monte Sión, por parte del Ministro General de la Orden de los Frailes Menores y su Definitorio.

El Ministro General, Hermano Massimo Fusarelli, comunicó la noticia mediante una carta oficial enviada a los frailes de la Custodia de Tierra Santa. El Padre Ielpo sucede al Padre Francesco Patton, quien fue Custodio desde el 20 de mayo de 2016 hasta la fecha. SIR entrevistó al nuevo Custodio.

¿Con qué ánimo recibió la noticia de su nombramiento como Custodio?

La primera sensación que me asalta es la de una profunda y enorme desproporción entre lo que me piden mi Orden y la Iglesia y mi miserable persona. Solo un loco podría pensar en estar a la altura de semejante tarea. Pero como me dijo mi padre espiritual, «esta desproporción es hermosa, esta sensación de no estar a la altura porque deja espacio para que alguien más actúe, para la acción del Espíritu Santo». Así que el mayor trabajo será en mí mismo para dejar espacio para alguien más, con A mayúscula. Y luego otra cosa…

¿Cuál?

Está claro que hoy ya no es tiempo de líderes solitarios. Una tarea como esta, un servicio como este para la Iglesia debe hacerse como hermanos. La fraternidad es un poco como la raíz de nuestro carisma. La fraternidad es lo que necesitamos, especialmente en Tierra Santa. Hermanos que caminen juntos y que den testimonio de que hay otra manera de vivir, otra manera de afrontar incluso las dificultades y las tensiones.

Hablando de tensiones: su nombramiento llega en un momento marcado por graves conflictos en toda la zona y en Tierra Santa. ¿Con qué «armas» creen usted y la Custodia que pueden afrontar estos trágicos acontecimientos?

Siguiendo a Francisco de Asís. Sin duda, existe una gran sensación de impotencia ante la tragedia, la gravedad y el drama del momento actual. Pero creo que lo que se me pide, lo que se nos pide como frailes menores, es precisamente seguir a Francisco. Francisco de Asís peregrinó a Tierra Santa en 1219 durante otro gran conflicto; estábamos en la época de la Cruzada. Francisco no fue a resolver los problemas porque un hombre pequeño como él ciertamente no podía resolverlos. Así como yo no tengo la pretensión, ni siquiera la idea, de tener que resolverlos.

Seguir a Francisco yendo desarmado y testificando que hay otra posibilidad, que hay otro camino.

Francisco no temió el momento trágico…

Cuando Francisco fue a Tierra Santa, había un conflicto entre dos ejércitos que se disputaban ese territorio. Francisco simplemente derribó todas las barreras y fue de un bando a otro, de un lado a otro, desarmado, con el único deseo de demostrar que podía haber otro camino. Y el otro camino es el que la Iglesia siempre nos ha mostrado. Primero con el papa Francisco y ahora con el papa León, seguimos afirmando que «la guerra no es la solución a los problemas y la paz nunca es el resultado de una victoria en la guerra». Dando testimonio, permaneciendo cerca de quienes sufren, no solo los cristianos, sino de toda la población, de que realmente hay otra manera de vivir y afrontar las dificultades.

Padre Ielpo è originario di Lauria, in provincia di Potenza. dal 2022 ricopriva l'incarico di presidente della Fondazione Terra Santa e delegato del Custode di Terra Santa per l'Italiahttps://t.co/9EZJtptW8a

— Dire.it (@direpuntoit) June 24, 2025

El Ministro General de la Orden, en el mensaje que acompaña a su nombramiento, escribe que «este particular contexto de conflicto que en Tierra Santa y Oriente Medio viola la dignidad de la vida humana, hace aún más urgente y martirial nuestra misión en esos lugares y nos llama a nuestra vocación de testigos y trabajadores de la reconciliación y la paz». ¿Cómo se puede, entonces, llevar adelante la obra de san Francisco?

El camino que debemos seguir es el de seguir sirviendo gracias también a las obras que los frailes, con sacrificio y espíritu de martirio, han llevado adelante durante siglos; pensamos en las escuelas, la asistencia a los más vulnerables, el apoyo a las familias y la formación. Pero también hay otro testimonio, que quizás tenga menos repercusión, pero que es enorme: quedarse, estar allí.

¿En qué sentido?

Les contaré algo. Durante los años de guerra en Siria, tuve la oportunidad varias veces, en 2016, 2017 y 2018, de ir a convivir con los frailes que vivían allí y también de conocer familias. Me impactó una familia de jóvenes casados de Alepo, que se habían enamorado bajo las bombas. Pero en lugar de huir y casarse en otro lugar, decidieron quedarse. Y cuando les pregunté por qué se habían quedado en Alepo, a pesar de la gravedad de la situación, esta fue su respuesta: «Vimos que los frailes no huyeron y se quedaron. Así que nosotros también nos quedamos».

Bueno, creo que en estos 800 años, los frailes de la Custodia han sido esa presencia que ha permanecido «siempre y en cualquier caso». Esto es lo que, quizás más que cualquier otra cosa, estamos llamados a seguir haciendo: dar testimonio de un gran amor por esta tierra y su gente.