“¿Cómo podemos dar al pueblo lo que necesita desesperadamente?” Gallagher: "Es urgente encontrar soluciones oportunas y viables para Siria"

El beso de Klimt sobre las ruinas de Siria, de Tammam Azzam
El beso de Klimt sobre las ruinas de Siria, de Tammam Azzam

La red eclesial ha comprometido cerca de 2.000 millones de dólares a lo largo de una década "para llegar a unos 4,5 millones de beneficiarios al año, de los cuales cerca de la mitad, más de 2 millones, sólo en Siria"

"Es urgente encontrar soluciones oportunas y viables" para poner fin a "la dramática situación" que vive la población siria, tras diez años de conflicto. Lo afirmó Monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, al enviar ayer un videomensaje a la quinta Conferencia de Bruselas sobre el futuro de Siria y la región.

El evento, organizado por la Unión Europea y las Naciones Unidas, se celebró los días 29 y 30 de marzo de modo virtual debido a la pandemia de Covid-19. El prelado subrayó:

“Los signos visibles de esperanza y solidaridad son el único remedio, el único antídoto contra el cansancio y la desesperación de la población local, para que pueda reconstruir el país y recuperar la confianza en el futuro. En las condiciones actuales, de hecho, es imposible seguir adelante”

Además, instando a todos a plantearse una pregunta apremiante, Monseñor Gallagher dijo textualmente:

“¿Cómo podemos dar al pueblo lo que necesita desesperadamente?”

Más allá de las necesidades inmediatas

Por otra parte, el Prelado recordó que, en diez años de conflicto, la Iglesia católica se ha centrado sobre todo "en las necesidades humanitarias" de los sirios, hasta el punto de que hoy "más de 80 instituciones católicas intervienen en diversos sectores, en solidaridad con numerosas organizaciones e instituciones, tanto en Siria como en los países vecinos".

Las cifras hablan de "6.000 profesionales y más de 8.000 voluntarios" desplegados en el terreno, además de "sacerdotes y religiosos presentes en los distintos territorios". La red eclesial ha comprometido cerca de 2.000 millones de dólares a lo largo de una década "para llegar a unos 4,5 millones de beneficiarios al año, de los cuales cerca de la mitad, más de 2 millones, sólo en Siria".

Sin embargo, subrayó Monseñor Gallagher, la ayuda humanitaria "no puede quedar ligada exclusivamente al apoyo a las necesidades inmediatas" porque representa "una simple 'tubería' de agua en el desierto".

“Lo que se necesita más que nunca es pensar en programas a medio y largo plazo para la promoción de la paz y el desarrollo, y para la reconstrucción del tejido social del país, a fin de que pueda iniciar su recuperación económica”

Reconstrucción para tener paz

Si realmente se quiere construir la paz en Siria, instó el Secretario para las Relaciones con los Estados, entonces "es necesario comenzar a dirigir canales significativos y adecuados de recursos para construir hospitales, escuelas, casas, fábricas y para reiniciar la economía".

Diez años de guerra en Siria
Diez años de guerra en Siria

Si no se pone en marcha "la reconstrucción y la economía", de hecho, "la paz no llegará a Siria". Y recordando las palabras del Papa Francisco a la hora del Ángelus del 14 de marzo, Monseñor Gallagher concluyó su discurso con un llamamiento a "un compromiso decidido y renovado de la comunidad internacional, para que los que están en conflicto en Siria depongan las armas y permitan la reconstrucción del tejido social y la recuperación de la economía." 

“Que no se olvide el indecible sufrimiento en nuestra querida y angustiada Siria y que nuestra solidaridad traiga renovada esperanza”

Apoyo a Siria

El objetivo general de la quinta Conferencia de Bruselas fue "seguir ayudando al pueblo sirio y movilizar a la comunidad internacional en apoyo de una solución política global y creíble al conflicto sirio". Entre los temas abordados se encuentran los relacionados con el sector humanitario y la capacidad de recuperación no sólo de los sirios, sino también de las comunidades que acogen a los refugiados de Damasco, tanto en la propia Siria como en el conjunto de la región. También se renovó el apoyo político y financiero de la comunidad internacional a países limítrofes como Jordania, Líbano e Iraq. Por último, la Conferencia ofreció una plataforma interactiva para el diálogo con la sociedad civil y las ONG activas en Siria y la región.

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